El gobierno de Brasil implementó una cuota de importación de trigo libre de aranceles de 750 mil toneladas por fuera del Mercosur. La medida había sido acordada entre el presidente Jair Bolsonaro y su par norteamericano, Donald Trump, en la visita del brasileño a la Casa Blanca en marzo de este año. La cuota libre de aranceles tendría como principal beneficiario a los Estados Unidos, aunque el Ministerio de Agricultura del vecino país informó que la cuota está abierta a cualquier país proveedor y no tiene fecha de término. Ello iría en detrimento de los exportadores argentinos, que  tiene acceso libre de aranceles al mercado vecino gracias al Mercosur, y que estarían en capaacidad de atender una demanda extra del país que preside Jair Bolsonaro.  

La ratificación de la medida comercial fue planteada desde algunos sectores como un gesto de Bolsonaro en contra de Alberto Fernández, aunque las entidades que representan a las productores y cerealeras dicen que el tema viene de larga data. La Casa Blanca publicó el 19 de marzo de 2019 la “Declaración conjunta del presidente Donald Trump y el presidente Jair Bolsonaro” en donde afirma que “el presidente Bolsonaro anunció que Brasil implementará un contingente arancelario, permitiendo la importación anual de 750 mil toneladas de trigo estadounidense a tasa cero”. Por su parte, Trump se comprometió a permitir la reanudación de las exportaciones de carne de res de Brasil, para lo cual “Estados Unidos acordó programar una visita técnica del Servicio de Seguridad e Inspección de Alimentos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para auditar el sistema de inspección de carne cruda de Brasil.

 Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), señaló al respecto que “se trata de una cuota histórica que tiene Brasil desde cuando ingresó a la OMC en 1995. Este año, Bolsonaro se la ofreció a Trump. Pero después se dieron cuenta de que no podían dársela a Estados Unidos sino a todos los países del mundo. Es una cuota que durará seis meses. Esto estaba arreglado entre Macri y Bolsonaro para que lo hagan después de las elecciones argentinas”, explicó a este diario . Consultado sobre si esta medida comercial puede leerse como una reacción de Bolsonaro ante la elección de Alberto Fernández, Idígoras respondió que “no, porque ya estaba resuelto”.