Si la defensa argentina hubiera sincronizado mejor sus movimientos no se habría dado ese eslabón de pase cruzado, toque hacia atrás y zurdazo de Cavani a la red ante la salida de Andrada en el primer gol del partido. Puede ocurrir, claro. Y además hay que decir que fue la única estocada a fondo de los del maestro Tabárez, que casi siempre fueron muy bien contenidos. 

Si Andrada, que siempre está muy bien parado, hubiera reaccionado un segundo antes seguro que manoteaba un poco mejor la pelota y la mandaba por arriba del travesaño al corner y no al fondo del arco, como ocurrió con el tiro libre de Suárez. Error del arquero, pero antes error de Pezzella que cometió una falta ingenua al mismo Suárez en el borde del área. Los uruguayos se cuidaron muy bien de no darle tiros libres de riesgo a Messi. Argentina le regaló uno a Suárez. Hasta aquí Andrada parece el gran candidato a quedarse con el arco de la selección en las Eliminatorias, a pesar de los interrogantes que abrió con este gol.

Si Campaña no se hubiera quedado clavado en el arco es probable que no se hubiera concretado el primer empate argentino. Pero el arquero de Independiente contribuyó a que la pelota terminara donde terminó después del exacto centro de Messi y el potente cabezazo de Agüero que, por supuesto, no tiene la culpa del estatísmo del arquero rival. Agüero, movedizo como siempre, aportó lo suyo con un par de llegadas más, especialmente en una en la que levantó el remate porque llegó forzado en una jugada que merecía concluir en golazo. Y si Campaña no se hubiera reivindicado con una gran atajada parando un cabezazo de gol el Kun se habría anotado otro poroto para ser considerado pieza fundamental en las Eliminatorias.

Si el reglamento no se hubiera vuelto tan severo con la cuestión de ls manos casuales Dybala habría marcado el gol que en ese momento del partido el equipo de Scaloni se merecía largamente. Pero también es verdad que antes no se cobraban las manos casuales como la que dio origen al segundo empate cuando ya se jugaba tiempo de descuento. Y daba la sensación de que Argentina se iba a quedar con las manos vacías Campana se la hizo fácil a Messi porque se corrió antes de que pateara y le regaló el palo.

Si pensamos que estamos por debajo del piso que teníamos después del Mundial de Rusia estaríamos mirando con excesivo pesimismo. El surgimiento de De Paul, Paredes y Lautaro Martinez , la continuidad de Tagliafico y Acuña y la vigencia de Messi-Agüero son algunos de los datos para poner en la balanza. Estamos mejor, sin duda.

Pero si nos creemos que la buena cosecha de cuatro puntos sobre seis ante futuros rivales de las Eliminatorias es una señal de que hay que esperar tranquilos lo que viene, creo que también equivocaríamos el diagnóstico. Falta tiempo de trabajo para encontrar el funcionamiento, falta ajustar piezas y falta que el equipo crezca al compás de los buenos resultados en los partidos por los porotos.