La AFA volvió a quedar comprometida por su propia lógica de atar todo con alambre. La FIFA y la Conmebol la intimaron ayer a retroceder en la aplicación del artículo 87 del estatuto que determina quién hará el examen de integridad a los candidatos a presidente del fútbol argentino. Para los dirigentes reunidos en asamblea el viernes pasado, debe ser el Colegio Público de Abogados. Para las dos organizaciones es una atribución de la Comisión de Gobernanza y Transparencia de la Confederación Sudamericana. Una fuente de esta última le dijo a PáginaI12: “En septiembre de 2016 la Conmebol aprobó su nuevo estatuto y desde ese momento todas sus asociaciones miembro tienen que adecuarse a él”.

En el caso de que la AFA no cumpla con ese requisito “el asunto será evaluado por los órganos pertinentes tanto de la Conmebol como de la FIFA para que, de ser el caso, tomen las medidas que crean oportunas, que podrían resultar en una posible sanción entre cuyas opciones podría encontrarse la suspensión de la AFA”. Es curioso, pero sobre la ética y capacidad del candidato o los candidatos a futuro presidente del fútbol argentino, podría pronunciarse un dirigente que acaba de irse de Boca, Orlando Salvestrini, quien se sumó a la Comisión de la Conmebol que ahora determinará quién está capacitado para dirigir la AFA. Angelici es el mentor de la jugada que quedó plasmada en el artículo 87. Sus diferencias con el ex vocal de su comisión directiva eran notorias. También con el actual presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, quien le dio la bienvenida a Salvestrini en su organización. 

La misma fuente de la Confederación Sudamericana informó que “no se fijaron plazos para que la AFA cambie el artículo 87, pero deberá rectificarse porque la decisión de poner al Colegio de Abogados como evaluador de la ética de los candidatos a presidente resultó una torpeza. Ni siquiera se había firmado un convenio entre la AFA y el Colegio para llevar adelante esa iniciativa”.

La vía de una nueva asamblea extraordinaria es la salida que tiene la asociación para modificar el polémico artículo que se votó el viernes 24 de febrero. “Una decisión que se tomó de apuro”, como reconoció un asambleísta. El conflicto de intereses no alcanza a disimular lo burdo de la situación planteada por la FIFA y la Conmebol. Dos organizaciones manchadas por casos de corrupción. Con dirigentes que las gobernaban hasta hace poco que están detenidos o sobre los que pesan pedidos de extradición a Estados Unidos por recibir sobornos. Sus sucesores en la administración del fútbol mundial ahora quieren hacer buena letra cuando formaban parte de las estructuras de poder hasta que estalló el escándalo de la FIFA en mayo 2015.

“Las diez asociaciones afiliadas a la Conmebol tienen que adecuarse al nuevo estatuto, lo dice el artículo 31”, agregó la fuente de esa entidad. De sus palabras se infiere que no la emprendieron solo contra el fútbol argentino. Que es una norma a cumplir por todos los países. Si la AFA no cambiara el contenido del artículo 87 se expone a una suspensión que podría llegar hasta un mes. El 23 y 29 de marzo la Selección nacional jugará dos partidos clave por las Eliminatorias mundialistas. Una sanción para esas fechas le impediría sumar puntos en la tabla de posiciones donde hoy está en el quinto puesto, o sea en condiciones de jugar un repechaje. 

Armando Pérez recibió la nota de intimación como presidente de la Comisión normalizadora. Con este nuevo frente abierto suma otro problema a su desgastada gestión. Una nueva asamblea, con las formalidades que requiere, podría postergar nuevamente la elección a presidente. El fútbol argentino sigue en estado de coma.

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