Jardín escondido

Foto: Pablo Mehanna

La primavera avanzada invita a salir, a comer afuera, a sentarse en jardines y patios, paliando el calor con un Gin Tonic reparador. Pero en medio de la urbe porteña no son tantos los lugares con un amplio espacio exterior que permita cumplir este deseo. Afortunadamente, al menos para los amantes del aire libre, abrió Revuelta, a metros de la entrada del Hotel Own Gran Palermo Soho, con un precioso jardín que ya es el espacio más codiciado del lugar. Allí Federico Nudelman, un ex Niño Gordo, propone una carta donde conviven ingredientes varios con mirada de autor. Entre las entradas hay un akusay con zanahoria, espárragos, naranja, zucchini y palta con una vinagreta thai con maní ($200); una fatay abierta de cordero confitado con yogurt y chalaca de menta ($230); y una burrata con mortadela a la plancha, rabanito, fruta de estación, garrapiñada y brotes ($280), entre otras. Suena mucho, pero todo funciona con equilibrio entre lo salado, agridulce y picante. A esto se suman cinco platos principales, desde una milanesa de lengua con fideos al huevo y pesto ($410) hasta una pesca frita con puré de arvejas, menta y alcaparras ($420). De postre, sirven un tradicional tres leches (cuyo origen se disputan varios países de América) con helado y merengue que es total y absolutamente adictivo ($180).

A Revuelta se entra por el costado del hotel, tiene un cartel chiquito y discreto en altura que puede pasar desapercibido. La carta de vinos suma etiquetas jóvenes, frescas, con poca madera, en muchos casos de bodegas poco conocidas pero que están haciendo vinos fantásticos a precios amigables (desde $450). En la mesa sirven botella de agua sin costo, un gesto bienvenido. Cálido, acogedor y con una propuesta propia y original, Revuelta es un gran lugar para ir en esta primavera. Uno de esos lugares ideales para grupo de amigos, para parejas e incluso para llevar un niño, comiendo algo rico bajo la luz de las estrellas.

Revuelta queda en Gurruchaga 2121. Teléfono: 5471-3981. Horario de atención: martes a sábados a partir de las 18.

Terraza francesa

Foto: Pablo Mehanna

En una renovada esquina de Palermo, frente a Plaza Armenia, abrió la primera sucursal argentina de Gontran Cherrier, una cadena de pâttiserie con locales en todo el mundo que llevan el nombre de un reconocido artisan boulanger (es decir, panadero artesanal) francés. El lugar es un verdadero paraíso pastelero: todo es adictivo, delicioso e invita a la gula. Tal vez se deba a que tanto la harina como la manteca que utilizan las traen desde la lejana Francia; o puede que sea por la mano de Carolina Gottwald, la chef a cargo de la cocina. Sea cual fuere la razón, el resultado es inmejorable. Abierto desde temprano, en Gontran Cherrier se puede arrancar con un café (desde $100) con un pain au chocolat perfecto ($105), una croissant de almendras ($140) o un Kouign Amann (pan bretón a $130), entre más delicias. Quien busque sabor local lo encontrará en opciones como el scon de yerba mate ($140) y se suman panes (desde $65 la clásica baguette) y la viennoiserie, una versión europeizada de las facturas albicelestes. Para acompañar, hay bebidas especiales a base de café preparadas por un barista (desde $220), tés y jugos naturales. Para el almuerzo, la carta ofrece sándwiches, ensaladas y las llamadas “specialités”, una selección de platos con muy poca carne y muchas verduras, incluyendo varias tartas de la cocina francesa, esas que aparecen en los libros clásicos, como la quiche Lorraine ($390) o la pisssaladiere ($280).

La restaurada casona de dos pisos es amplia, luminosa y cuenta con una amplia terraza donde, de jueves a domingos, se puede cenar o beber un cóctel (desde $250). La selección de vinos es variada e incluye por ejemplo etiquetas de champagne francés, para una cita de lujo. Una buena idea: sentarse allí a ver el atardecer, entre los juegos y la calesita de la plaza, luego de haber visitado la muestra de arte itinerante que exhiben en el primer piso, con una copa de vino y un sándwich preparado con un pan delicioso. El plan perfecto.

Gontran Cherrier queda en Malabia 1805. Horario de atención: lunes a miércoles de 9 a 21 y jueves a domingos de 9 a 24.

Patio interior

Foto: Pablo Mehanna

Escondido en una de las esquina de la Plaza Dorrego, en el corazón del San Telmo turístico y dentro del hotel que lleva el mismo nombre, está Anselmo Wine Bar, un coqueto restaurante de aires modernos que propone un espacio lejos del protocolo hotelero más formal, para disfrutar de una combinación de arte, música y el cielo abierto. Con una carta que tiene como eje las tapas, Anselmo es un buen lugar para hacer una parada estratégica y descansar. Durante el año, el hotel tiene distintas propuestas que cruzan la gastronomía con lo visual, como el ciclo Festín, donde todos los meses se proyecta una película y luego un chef invitado elabora una cena con platos inspirados en el país del film en cuestión. Hay música en vivo, también muestras y durante diciembre y enero se expondrán las fotografías de Abraham Votroba. Entre las tapas, se puede pedir una picada para compartir con quesos y fiambres caseros, aceitunas, frutos secos, chips de batata y panes ($920); unos buñuelos de verdura ($270); hummus y pan pita ($260) o el combo de tres empanadas ($250). Entre los postres, zapallos y batatas en almíbar con queso brie ($300) y la Torta Némesis ($350), todas combinaciones creadas por la chef Sabrina Espinosa.

El hotel conserva la fachada original del 1900, tiempo de compadritos y tangueros que hicieron famoso al barrio. Tanto el Wine Bar -abre a las 19-, como El Almacén -de 12 a 15- dan a un patio interior, florido y resguardado, perfecto para compartir un cóctel o una copa de vino de una lista con etiquetas de conocidas bodegas que van desde los $500. Todos los mediodías se suma un menú que incluye plato, bebida y postre a $650.

El patio interno es el punto de encuentro de turistas y locales, un oásis tranquilo y apartado con aires de tradición porteña y el glam de una cadena internacional como Curio Collection by Hilton. Un oasis donde comer y beber bien sin dejar el aguinaldo.

 

Anselmo Wine Bar queda en Don Anselmo Aieta 1069. Teléfono: 4834-3200. Horario de atención: todos los días de 17 a 1 (el Almacén abre de 12 a 15).