Con fines artísticos y políticos, mañana se presenta la muestra colectiva con la que estudiantes de la Cátedra de Posporno -electiva en la carrera de Bellas Artes en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario- cuestionan la pornografía tradicional y comercial, lo cisheteronormado, como una invitación a "pensar otras corporalidades, cuerpos disidentes que no siguen la línea de construcción hegemónica y de mercado". Se trata de la primera cátedra del país en la materia y ya lleva dos años consecutivos con cursada semanal en la facultad de Entre Ríos al 700. Estudiantes de la cohorte 2019 presentarán diferentes propuestas con una idea en común: corporalidad y performances en clave estético-política, que no solo visibiliza lo genitocentrado. La cita, a las 19 en el hall de calle Corrientes al 700. 

La cátedra nació a partir de la propuesta del Programa Universitario de Diversidad Sexual, de la UNR, a fines de 2017, con un proceso de creación; y comenzó a dictarse en 2018. Este es el segundo año consecutivo y asisten una veintena de estudiantes, sobre todo de la carrera de Bellas Artes, pero también llegaron de Psicología, Historia, Filosofía, Letras, Antropología y otras. "El desarrollo de las clases es teórico-crítico y gira en torno a todo lo que convoca al tema, con estudios sobre porno y posporno; y eso se combina con clases prácticas para el proceso de obra artística que se presenta a fin de año", dijo Javier Gasparri, titular de la Cátedra. "En ese proceso se empieza a trabajar muy tempranamente para que les estudiantes vayan diseñando su perspectiva a partir de sus intereses. Hay obras de todo tipo que arman un abanico bien amplio", dijo.

"La idea es trabajar de manera colectiva y autogestiva, con la apropiación del espacio", sumó Didac Terre, profesor de la propuesta. La triada se completa con la figura del artista Mauro Guzmán, que "permite el vínculo entre lo teórico y esta apropiación del cuerpo en el espacio para deconstruir, construir o desarmar un enclave de organización arquitectónica de los espacios y repensar la hegemonía de determinados cuerpos, cómo se construyó un saber androcéntrico cisheteronormado y qué visibilidad se le da a aquellas corporalidades que no pueden ser productoras. Pensar todas las posibilidades identitarias de habitar los espacios", planteó Terre. 

 

Gasparri planteó que el posporno "son prácticas y acciones artísticas que toman los códigos de visibilidad y representación del porno tradicional para subvertirlos: hay una dimensión con un fin artístico y político en lo que tiene que ver con subvertir las representaciones de cuerpos y sexualidades hegemónicas para mostrar otros cuerpos, otros placeres, otras prácticas; y por otro lado, tiene que ver con las formas capitalistas de circulación ligadas a la industria del porno y que se dan a partir de una apuesta por lo autogestivo y lo artesanal". Terre agregó que buscan "repensar el porno desde una localía sudaca y apropiarse de las herramientas pornográficas para subvertir ese discurso y transformarlo en una herramienta propia del arte para, a partir de ahí, construir obras que interpelen y generen un gran interrogante".

La movida, señaló Gasparri, "nació a partir del activismo sexo-genérico ligado a las vertientes transfeministas y queer, desde hace unas cuantas décadas, aunque en los últimos años ha tenido su mayor auge con muchísimos realizadores y artistes tanto en Argentina como en otras partes del mundo. Nos interesa poner el énfasis en las producciones latinoamericanas o sudamericanas. Un poco lo que llamamos 'el posporno en el culo del mundo', jugado a la apuesta por una forma decolonial y que tenga que ver con nuestras perspectivas".


La movida nació a partir del activismo sexo-genérico ligado a las vertientes transfeministas y queer, desde hace unas cuantas décadas.

También planteó que la idea de una obra en (de)construcción (como invita la cátedra) es un juego de palabras "en torno a pensar cómo deconstruimos nuestro pensamiento tradicional en torno a los cuerpos, pensar otras corporalidades, los cuerpos disidentes que no siguen la línea de belleza hegemónica y de mercado, que en gran medida es la que propicia el porno como cuerpos deseables". Al mismo tiempo, instó a pensar la cuestión de la "obra en construcción", porque "ahí lo que se plantea es una crítica al límite de las artes entendidas en su sentido más tradicional. Lo que aparece es la idea de pensar las obras como proceso, en permanente construcción y romper con lo clásico".

El lunes, se podrán ver trabajos individuales, colectivos y obras que conversan entre sí. Las habrá estáticas y performáticas. "Hay una idea de deconstruir tiempos y límites sobre una obra. Todas las sensaciones van a ser exploradas", adelantó Terre. También mencionó "el poder de la erótica y del goce corporal, cómo el posporno viene a marcar, a señalar y habilitar preguntas. No es solo una crítica a la imagen cisheteronormada, sino al capitalismo y al neoliberalismo. Lo que se busca desde la cátedra es trabajar los interrogantes de manera colectiva". Gasparri sumó la idea de "obras de diferentes registros con una fuerte presencia de los cuerpos, pero una de las cuestiones es que afecta el régimen de visibilidad del porno tradicional en el sentido de que no es una visibilidad genitocentrada, sino una idea que propone otros territorios corporales y otras formas de placer, otra gramática corporal".