La renegociación de la deuda ya comenzó, el enfoque es el correcto y es lógico que el nuevo gobierno tenga su propio presupuesto una vez que se defina qué pasa con los vencimientos de este año. Esos son algunos de los puntos del discurso de Alberto Fernández ante la asamblea legislativa que fue valorado por economistas de diferente signo ideológico consultados por este diario. También destacan la convocatoria al consejo económico y social para llegar a acuerdos más estables sobre el rumbo de la economía y la idea de relanzar el crédito para las pymes. Asimismo, advierten que no hubo referencias concretas en relación al sector agropecuario y a la actividad en Vaca Muerta.

Rodrigo Alvarez, de la consultora Analytica, consideró que fue un discurso “pragmático y lógico, con lineamientos concretos y no un conjunto de buenas intenciones”. “Hay líneas de acción que parecen interesantes. La primera que remarcó es la creación del consejo económico y social, ya que después de ver el péndulo de las políticas económicas en los últimos ocho años, es lógico tratar de encontrar pilares más estructurales, con reglas, señales y políticas de mediano y largo plazo”, indicó. En relación al tema de la deuda externa, Alvarez analizó que “es lógico que no se discuta el presupuesto hasta que no se defina la reestructuración; también me gustó la asociación entre el crecimiento y la deuda. Si Argentina no crece, no hay forma de que pueda hacer frente a ninguna carga de intereses”. “Veo que la negociación de la deuda ya comenzó al cargar de responsabilidades al FMI, que las tuvo al diseñar el programa económico, y también de los acreedores, aunque en este caso es discutible. Pero Alberto quiere que los acreedores perciban un riesgo de pérdida para llegar algo mejor a una negociación en la que Argentina corre con mucha desventaja”, agrega.

“Me pareció que Alberto manejó virtuosamente un delicado equilibrio entre ilustrar un panorama dramático de estos cuatro años y sembrar un marco de esperanza sobre la base de un cambio de timón en la política pública. Marcó una orientación casi antagónica con el gobierno que se fue, desde el punto de vista del impuso al mercado interno, el enfoque sobre la deuda, las relaciones internacionales, el desempleo y la precarización del mercado de trabajo. Creo que manejó bien ese equilibrio, de generar esperanza y no dejar de remarcar un panorama muy difícil”, consideró el economista de la UMET Mariano De Miguel.

Martín Vauthier, economista de la consulta EcoGo, evaluó que “fue un discurso razonable para buscar equilibrios de parte del líder de una coalición heterogénea. Después habrá que ver los detalles de las medidas, en términos de reestructuración de la deuda, política fiscal, monetaria y el dólar. De todas maneras, no se esperaban definiciones técnicas ni detalles y creo que lo que se miraba mucho era el tono. En ese sentido, la moderación y el énfasis sobre la unidad es lo más destacado y positivo”. “Cuando uno mira la situación objetiva de la deuda, el país ya está en default desde que no se pagaron las letras del Tesoro. El reperfilamiento implica un default, la Argentina ya está afuera de los mercados financieros internacionales y ningún país paga con recursos propios los vencimientos de capital de deuda. Más allá de los análisis de solvencia, al ser deuda de muy corto plazo, Argentina no tiene posibilidad de cumplir con los objetivos de corto plazo. Probablemente la reestructuración haga que por los próximos dos años se despejen lo más posible los vencimientos. Creo que no necesariamente tiene que ser algo agresivo con los acreedores. Se puede hacer si el programa económico es creíble”.

"En primer lugar, destaco el foco en el nuevo contrato social, la idea de incorporar a todos, empezando por los más postergados. La necesidad de este aporte solidario que planteó está cimentada en un sistema impositivo que actualmente totalmente regresivo y ata de manos al Estado para redistribuir ingresos. También es muy importante el énfasis que el Presidente le puso a la necesidad de crecer como precondición de poder pagar la deuda, reafirmando que Argentina tiene un compromiso pleno de hacer frente a sus compromisos. Hay que salir creciendo, y para eso necesitamos volver a encender la economía", indicó a este diario Sergio Chouza, economista de la Universidad de Avellaneda.

“Si bien el discurso tuvo algunas cosas interesantes, hay que ver las medidas concretas, sobre todo teniendo en cuenta el tema de la deuda, porque en los primeros seis meses hay vencimientos por 40 mil millones de dólares”, advirtió Santiago Taboada, del Estudio Ferreres. “El Presidente parece ser consciente de los desafíos inmediatos que tiene por delante y es lógico presentar un presupuesto propio una vez negociada la deuda. Con respecto al acuerdo económico y social, si bien puede ser una opción útil para bajar la inflación con menores costos, hay que tener cuidado con las herramientas que se utilizan en materia cambiaria y fiscal para poder mantener consistencia a lo largo del tiempo. Nos pareció positiva la idea de recomponer relaciones con Brasil e interesante la visión del largo plazo, en la búsqueda de soluciones estructurales. Por otro lado, no nombró al campo ni hizo mención a Vaca Muerta, y estamos esperando qué medidas se toman para esos sectores”, agregó Taboada.