Desde París

 Frío y paciencia. Por estas fechas de compras navideñas los centros comerciales están repletos de gente hasta tal punto que suelen formarse grupos enormes en torno a las cajas y los mostradores donde se envuelven las compras con papel regalo. Ahora los grupos no están adentro sino afuera: en las paradas de los autobuses, en los andenes del Métro o de las estaciones de trenes. El movimiento social desatado por la reforma de las pensiones sigue vigente y con mucha fuerza. Los transportes públicos son escasos y entre las navidades y los paros los parisinos han ido a buscar al fondo de si mismos la convicción y la tolerancia. Todos estás concernidos. 

A pesar de las incomodidades que acarrean, las huelgas en los transportes públicos gozan aún de un respaldo mayoritario. Una encuesta realizada este fin de semana por la consultora IFOP indica que 54% respalda las huelgas. Al mismo tiempo, la encuesta revela que la sociedad está de acuerdo con una buena parte de las medidas anunciadas por el primer ministro Edouard Philippe, pero se opone mayoritariamente a que la edad de la jubilación se extienda hasta los 64 años (63%°) Ese ha sido precisamente el eje más polémico de la reforma, el que prolongó el movimiento social y el que cambió la relación de fuerzas en el movimiento sindical. 

Hasta que no se supo el contenido completo de las transformaciones hacia un régimen universal de jubilaciones, el sindicato reformista CFDT se mantuvo afuera del movimiento de oposición. No obstante, cuando el Ejecutivo expuso los detalles, la CFDT juzgó que la posibilidad de que se amplíe la jubilación a los 64 años representaba “una línea roja” que el gobierno atravesó. De ahí en más, la CFDT se unió a la CGT, FO y FSU, llamó a la huelga para este martes 17 y puso como condición el retiro de esa disposición.

La portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye, reiteró este lunes que la “reforma permanece, no la retiraremos”. La semana, con todo, empieza a teñirse de negro, tanto para la población como para el gobierno. El Ejecutivo perdió a la figura clave de la reforma, Jean-Paul Delevoye, el ahora exComisionado para las jubilaciones, autor del informe que dio lugar a la reforma y motor de la misma. Jean-Paul Delevoye fue forzado a la renuncia luego de que se descubriera un claro conflicto de intereses. El responsable se había olvidado de declarar ante la Alta autoridad para la Transparencia de la vida pública (HATVP) 13 funciones que estaba ejerciendo, algunas honoríficas, otras remuneradas. ”Mi error es de una ligereza culpable. Pago por eso. Es la dura ley de la responsabilidad, del ejemplo y de la transparencia”, Delevoye. El gobierno extravió en el peor momento a un hombre de centro derecha respetado incluso por los sindicatos, pero, al final, manchado por un conflicto de intereses. 

La Navidad que se avecina es un factor más de presión para el presidente Emmanuel Macron. Navidad es sinónimo de vacaciones de invierno, de decenas de miles de personas que viajan para estar con sus familias y de consumo. Las tres constantes de cada año están amenazas por el movimiento social cuya clave, hoy, sigue siendo la postura de la CFDT y de su líder, Laurent Berger, quien antes apoyaba la reforma. Con su cambio de postura, el Ejecutivo no sólo perdió a un aliado sino, también, la ventaja que le daba poder construir un relato público para acusar a la CGT de radical. Con Laurent Berger en el mismo campo que las demás fuerzas sindicales se reduce el margen de negociación. 

En un par de días, el gobierno se quedó sin Monsieur Retraite (El Señor Jubilación) y el sindicato que estaba a favor de la reforma. De aquí al próximo fin de semana todo apunta a permanecer en pie, tanto el conflicto como las largas caminatas para regresar a casa.