Desde el mediodía y hasta la noche, el Teatro Nacional Cervantes (TNC, Libertad 815) está inaugurando la temporada 2017 con un ritual poético en homenaje a Eduardo “Tato” Pavlovsky. A las 12, noventa lectores compartían al público la obra completa del dramaturgo, director, actor y psiquiatra fallecido en 2015. El rito se extenderá hasta las 23. “Es un acto de justicia, porque Tato es una voz indiscutible del teatro argentino, que no se había escuchado en este edificio”, dijo a Página/12 Alejandro Tantanian, nuevo director del TNC. También definió a la propuesta como “una declaración de principios”: “Tomamos el edificio de manera literal. Y una vez que todo Pavlovsky se haga en este teatro, la cuenta estará saldada y empezaremos a trabajar”, concluyó.

Las palabras de Pavlovsky resuenan no solamente en las salas María Guerrero, Orestes Caviglia y Trinidad Guevara, sino también en las salas de ensayo del noveno y décimo primer piso, en los talleres de vestuario y escenografía y en la oficina de reuniones; sitios desconocidos para la mayoría de los que visitan el teatro. Con su entrada general de 20 pesos, el público puede ingresar a las lecturas que desee (serán, en total, 33), dependiendo de la capacidad de las salas. Los espectadores rondan por el edificio con unos bellos afiches en la mano: de un lado la cara de Tato gritando y el nombre del ciclo --“Integral Pavlovsky”--, del otro una frase suya y la extensa grilla. En distintos stands se reparten las entradas para cada espectáculo, veinte minutos antes del comienzo.

Kala Moreno Parra
Alejandro Tantanian y Cristina Banegas leyeron Potestad.

 

El ritual comenzó con Potestad, una de las obras “eternas” del dramaturgo, según juzgaba una espectadora. Compartieron la lectura Cristina Banegas y Tantanian. “Es un honor participar de esta movida extraordinaria. Este homenaje a Tato era imprescindible y más en este lugar, en donde nunca se había hecho una obra suya. Potestad es extraordinaria. Estábamos muy conmovidos, creo, todos los que estábamos ahí, celebrando a este hombre extraordinario. Es un gran personaje de nuestra cultura. Un gran transgresor e híper lúcido”, lo recordó la actriz. En relación con el formato elegido para homenajearlo, Banegas sostuvo que “la enunciación del discurso de los personajes llega más allá de que no haya escenografía o luces” y que “tiene algo que ver con el radioteatro”, por la invitación a “imaginar la acción al escuchar a los actores”. En los distintos espacios del Cervantes, la gracia y la profundidad de los textos de Pavlovsky hacían que los espectadores rieran y se emocionaran con diferencia de segundos.

Kala Moreno Parra
Onetto, Machin

 

 Paso de dos, El cardenal, Pequeño detalle, Sólo brumas, Asuntos pendientes, El bocón, La muerte de Marguerite Duras y Rojos globos rojos cerrarán la jornada, a la que se han sumado como lectores Oscar Barney Finn, Ricardo Bartís, Mirta Busnelli, Rubens Correa, Villanueva Cosse, Analía Couceyro, Susana Evans, Eduardo Misch, Daniel Fanego, Ariel Farace, Alejandra Flechner, María José Gabin, Stella Galazzi,  Emilio García Wehbi, Juan Gil Navarro, Ramiro y Sofía Guggiari (nietos del actor) y Martín Pavlovsky (hijo), entre muchos otros.

 

Kala Moreno Parra
Martín Pavlosky.