La comunidad del pueblo wichi El Algarrobal se concentra hace una semana en las puertas de la Municipalidad de Pichanal, en el departamento Orán, en reclamo de la finalización de una obra que les permita tener acceso al agua potable.

El presidente de la comunidad, Nelson Campos, detalló que en el gobierno pasado se hizo la perforación de un pozo de agua pero la obra no se finalizó. El viernes pasado cuando iniciaron el reclamo se reunieron con el nuevo intendente saencista Sebastián Domínguez.

Si bien el jefe comunal se comprometió acta mediante a enviar trabajadores para que terminaran la obra, luego “fueron a mirar nada más, no pasó nada”, afirmó Campos. Por eso volvieron a concentrarse en el municipio. Si bien ahora les enviaron obreros al lugar y están trabajando, el referente sostuvo que seguirán concentrados en la Municipalidad hasta que se la culmine.

Mientras tanto, cuarenta familias wichis solo acceden al agua mediante un caño que tienen a unos 300 metros, que puso el ex intendente Julio Jalit en respuesta a un reclamo ante la carencia de este insumo básico. Campos relató que se turnan por la madrugada, a las 2 o 3, para recolectar en tachos porque en verano de día no hay presión suficiente. En el lugar las temperaturas de esta época rondan los 43 grados. 

Campos dijo que el agua sale con arena, y los niños y las niñas padecen diarreas por su mala calidad. El gobierno municipal anterior “estaba haciendo la perforación del pozo de agua”, esa es la obra que quedó sin terminar, “la cañería falta, el pozo y la bomba ya están”, indicó.

“(Obreros municipales) fueron a trabajar ahora, la decisión nuestra es permanecer hasta que culminen con el trabajo porque cuando nos retiramos no lo hacen más”, afirmó Campos. Dijo que la comunidad se cansó de las “mentiras” de los “gobiernos de turno”, por eso decidió manifestarse y las familias pasaron incluso Nochebuena y Navidad en las puertas de la Municipalidad. “Lamentablemente estamos en la intemperie”, dijo el presidente comunitario. 

Según explicó, en noviembre de este año el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) entregó 18 casas sin terminar a las familias de la comunidad que ya tienen colocadas las cañerías, pero va a faltar la colocación de éstas para el resto de viviendas precarias de más de 20 familias. 

"El Concejo Deliberante tampoco viene a dialogar", sostuvo. Planteó que si bien algunos concejales han colaborado en estos días alcanzándoles comida o bebida en Navidad mientras están en la protesta, no han hablado aún de un proyecto por la problemática del agua. 

Vivienda

Campos detalló que en materia de viviendas, el IPV entregó 18 casas de 20 que estaban previstas mediante un convenio entre Provincia y Nación. Pero no estaban terminadas. "La gente del IPV vino a entregar las viviendas, las recibimos con el compromiso de que iban a terminar. Nos dijeron que era para que vayamos habitando, nos han hecho firmar que estaban recibidas, nos dieron las carpetas, estamos pidiendo que terminen las obras", manifestó el referente. Sostuvo que faltan cielorasos, que terminen los baños, los pozos ciegos quedaron abiertos y cuando llueve también la pintura se sale, las puertas no cierran bien y se entregaron sin los servicios. Aunque las casas aún tienen garantía, le piden al intendente "que si no le compete a él, ayude a tramitar" una solución.

Además, aún hay alrededor de 24 familias viviendo bajo plástico. "Hace un año elevamos una nota al Ministerio de Asuntos Indígenas, vino una señora (no recuerda el nombre) a decirnos que no tienen plata para ninguna obra", recordó Campos. Planteó que no piden específicamente casas de material, sino aunque fueran prefabricadas que son "lo más económico en la zona". "Nunca pudimos dialogar con la ministra", sostuvo. 

"Son varias familias (con necesidad habitacional), en el gobierno anterior estuvimos al frente del municipio solicitando, no pasó nada, nos mandaron a Salta a la deriva", dijo Campos. El ex intendente Jalit no dio respuesta.


Hambre

Campos dijo que solicitaron merenderos al ex Ministerio de Asuntos Indígenas pero tampoco tuvieron una respuesta favorable. "Nos agravó la crisis, se sintió muchísimo en la comunidad", aseveró.

"Los chicos están con bajo peso, tienen problemas de salud, diarrea por el agua. Según el último censo que hicimos para pedir un merendero o comedorcito para la comida diaria, son 72 niños (y niñas) en la comunidad. Los adultos no comemos para darles a ellos, a veces nos pasamos a mate para no sentir hambre", relató.

El gobierno provincial envía al mes solo un bolsón por familia, o dos, cuando se trata de familias numerosas con más de 3 chicos y chicas, señaló el referente wichi. Sin embargo, dijo que esa mercadería a veces solo dura 3 días. 

Campos dijo que hicieron reclamos en la Anses y esperan respuestas porque hay madres de la comunidad que dejaron de cobrar la Asignación Universal por Hijo y desconocen los motivos.

Tampoco cuentan con acceso a la salud. "No tenemos salita de primeros auxilios, nada", sostuvo el presidente de la comunidad.