2019 fue un gran año para el freestyle. Al menos es lo que se desprende de los números, que dibujaron una flecha siempre para arriba. La novena jornada de la Freestyle Master Series (FMS) argentina se pudo entender como una suerte de resumen de ese proceso, con 13 mil personas que colmaron el Movistar Arena, en el barrio porteño de Villa Crespo, para contemplar el desenlace de la única liga local, que nuclea a los 10 mejores freestylers del país o, al menos, los 10 mejores de entre los que deciden participar. Y así como en 2018 Wos se alzó con la corona internacional en la Red Bull y con la nacional en FMS -tras derrotar a Papo-, 2019 tuvo a Trueno como gran protagonista. Después de un flojo 2018, el rapero de La Boca mostró un despegue inédito, que lo llevó a ganar la Red Bull local, y anoche, a quedarse con la FMS de este año, batiendo también a Papo en una batalla que debía ganar sin réplicas para poder campeonar. A modo de cierre de círculo, fue el propio Wos -probablemente el mejor freestyler argentino, ahora apartado de las batallas-, quien le traspasó la copa de campeón al chico de 17 años. El mismo cuadro que se dio en octubre, en la Red Bull.

Además de las 13 mil entradas que configuraron un nuevo sold out, la jornada definitoria de la FMS local fue seguida por casi 500 mil personas vía streaming, en diferentes ciudades de habla hispana. Otro número grandilocuente para un formato que se replica en otros tres países -México y España ya tienen su ganador, Teorema festejó este domingo en Chile- y que, según coincide la mayoría de los protagonistas, definitivamente ayudó a profesionalizar el trabajo y multiplicar las oportunidades de mostrarse. Son batallas más largas y variadas que en otro tipo de competencias, además del lógico entrenamiento que genera un certamen que se desarrolla en todo un año, y no en una sola jornada. En el recorrido de la noche, varios raperos recordaron cómo se conformaba la escena hasta hace no mucho tiempo, y se miraban ahora, convertidos en celebridades. Todavía dura el estupor por semejante avanzada.

Durante las últimas semanas, ciertas dudas sobrevolaron el entorno de las FMS locales, con el retiro rutilante de Azcino en México, más algunos desajustes en la versión española, que pusieron entre signos de pregunta el futuro a largo plazo de estas competiciones. En la Argentina, con la generación de El Quinto Escalón ya instalada en la escena, la pregunta es si habrá capacidad de renovación en el mediano término. Por lo pronto, además del crecimiento de figuras como Stuart y MKS -quien terminó segundo- la evolución de Trueno parece una buena señal: un competidor que el año pasado había descendido y pudo volver por los retiros de Wos y Dani, para en menos de un año terminar como ganador, adelantándose a favoritos y longevos, no es algo que se vea todos los días. Trueno ya había sido sorpresa en la Red Bull, ahora dio el batacazo contra Papo, un MC que compite desde 2010 y que, con excepción de su título nacional de 2016, carga con un karma en las batallas definitorias de grandes escenarios. Aquel choque fue el de dos generaciones. Astuta la organización, que para una ronda temática eligió el concepto “YouTube”, lugar que les concierne a los dos: Trueno empezó como youtuber, Papo ahora se llena de visitas con videoreacciones. Al cabo de la contienda, en la que el marplatense estuvo contra las cuerdas casi todo el tiempo -levantó en la ronda Deluxe, pero no alcanzó-, no sólo Trueno quedó como campeón, también clasificó a la edición internacional junto con MKS, Stuart y Dtoke.

Más allá de resultados y posiciones, el desenlace de esta liga -que en cada jornada pasó por una ciudad distinta del país- dejó como evidencia que sus participantes desarrollaron una capacidad performativa inalienable. Se plantan en las tablas y ofrecen puesta, se muestran dominadores del micrófono y del público. Público que conoce el repertorio de códigos internos, acotes que reaparecen y antiguas batallas que se citan, a modo de un universo propio. Las rimas impactantes se festejan, y cuando no pasa, el competidor puede decaer. Le pasó a Papo en la final, quien puso en rimas su sentimiento de soledad contra 13 mil personas. El desenfado y la proyección de la voz de los raperos, son consecuencias de una profesionalización que no tiene vuelta atrás. La única excepción parece haber sido Replik, ya descendido antes de empezar la fecha, que sonó introvertido y desganado frente a MKS. Pareció despertar ya habiendo pasado más de la mitad de la batalla, con dardos venenosos para con la competencia y lo que la rodea: “Cuando comenzó el año sí quería estar en la liga /Pero hubo cosas consecutivas, miedo y miradas frías / De ver que todo esto es una falsedad y pura hipocresía / Un circo para niños”, espetó.

Otro que perdió la categoría fue Sub, a pesar de entregar todo en una batalla áspera contra Stuart, mientras que Nacho se jugará la permanencia en un play-off contra Zaina, el joven que pretende ascender y ubicarse entre los diez mejores, junto con los ya ascendidos Wolf y Mecha. Klan superó al histórico Dtoke, que cumplió con su habitual cuota de espectáculo cuando desconoció el formato en la ronda del hard mode, para pedir que nadie descendiera: “Replik, por mí no te hubieras ido, lo siento / Pero sé que no controlo este modo / Y si por mí fuera, el año que viene estamos todos / ¿Qué? ¿No hay entradas, no hay tickets para pagarle a dos más?”. Después de agradecerles a El Misionero y a DJ Zone -animador ineludible y gran creador de beats, respectivamente- por ser la columna vertebral del espectáculo, selló un minuto controversial que va a ser recordado por unos como solidario, y por otros, como poco profesional, al pedirle al jurado que le pusiera un cero y así darle ventaja a su rival, que corría riesgo de descenso.