“Por el resto de mi vida recordaré el estar en mis veintitantos y que la gente me pregunte si James está vivo, lo cual es surrealista”, dice Jessica Barden con una voz levemente chillona. La actriz británica, que interpreta a Alyssa en la oscura comedia dramática The End of the F***ing World, se refiere obviamente al enigmático final de la primera temporada: un disparo que suena y la pantalla que vira al negro mientras su enamorado James (Alex Lawther) cae a tierra. “Pero todo es temporario, y un día solo será algo realmente gracioso que me pasó a mí. Y si un día tengo hijos, podré decirles que era famosa en Instagram, lo que también es muy gracioso, y ellos pensarán que soy realmente incapaz. Todo es temporario”, dice, sabiamente.

Vestida con jeans y un saco de tweed, con un tatuaje de su nombre en la muñeca, la intérprete de 27 años está sentada con una rodilla contra la mesa en una oficina de la emisora Channel 4; acaba de llegar de Los Angeles, donde la actriz nacida en Yorkshire vive ahora. Ella también es conocida por obtener a los 15 años el personaje regular de Kayleigh Morton en la legendaria telenovela inglesa Coronation Street (en el aire desde 1960), y por robarse el protagonismo en Tamara Drewe (Stephen Frears, 2010) interpretando a la astuta adolescente Jody. También se destacó como la inglesa Sophie en Hanna (Joe Wright, 2011), junto a Saoirse Ronan. Pero cuando en 2018 Netflix incluyó en su plataforma The End of the F***ing World –un programa que había pasado sin pena ni gloria por Channel 4 en 2017-, el personaje de Alyssa catapultó a Barden al estrellato.

Los rumores de que Channel 4 estaba impulsando una segunda temporada de la serie se confirmaron en marzo de este año, cuando Barden posteó una foto del guión para sus 1,2 millones de seguidores en Instagram. A fines de octubre hizo nuevos posteos, una foto de Alyssa en traje de novia y otra en la que vestida como su personaje se tiraba del pelo, con la frase “Yo después de esperar casi un año por la temporada 2”. La serie finalmente llegó a Cannel 4 el 4 de noviembre, y a Netflix un día después.

Pero aunque Barden parezca segura de sí misma en persona, dice que sufre de una terrible ansiedad. “Tengo un terror al escenario muy fuerte”, dice. En el Toronto Film Festival de septiembre, en la premiere de la película Jungleland –donde interpreta a una adolescente en fuga que termina en un viaje de carretera con dos hermanos interpretados por Jack O’Connell y Charlie Hunnam- no pudo subir a escena para una sesión de preguntas y respuestas. “Simplemente no pude... le tengo miedo a la gente. Algunos días simplemente no querés la atención de que todos te estén mirando. Y te hace sentir insegura”, dice. “Es como un ataque de pánico. Y desafortunadamente tengo un trabajo que no es la mejor situación para eso. Pero no quiere decirr que tenga que dejar de hacerlo. Crear límites alrededor tuyo es saludable. Según mi experiencia, muchos ataques de pánico pueden ser detenidos simplemente con decirle a alguien ‘perdón pero realmente no puedo hacer esto porque me siento incómoda’. La manera en la que lidio con eso es hablándolo. Hablo de eso en mi cuenta de Instagram”.

De hecho, Barden fue elegida para el rol de una joven mujer que lucha con un desorden de ansiedad en una próxima película, Pink Skies Ahead: fue después de que la escritora y directora Kelly Oxford viera sus posteos online sobre sus propios problemas de ansiedad. Otro tema en este momento cercano al corazón de Barden es el sexismo: “Está en mi vida, no solo en la industria”, dice. “Soy solo una mujer de Yorkshire. Soy constantemente subestimada. Tengo 27 años y me veo como si tuviera 20. Mido 1 metro 55 y no tengo educación, apenas recibí lo obligatorio. Y soy una mujer de clase trabajadora. Me subestiman todo el tiempo”.

El año pasado, Barden tuvo un enfrentamiento en el set de una película estadounidense relacionado con el sexismo. “Trabajé con un actor que me dijo que yo solo era la piba de la película”, relata. “Dijo que no tenía permitido ser parte de la conversación con el director. Le dije que era un misógino y entonces, cuando hubo una pausa en la filmación de unas tres horas tuvimos una gran discusión de la cual yo no pensaba bajarme”.

Barden creció en Wetherby, West Yorkshire. Cuando era niña fue a un círculo de drama en un club masculino. Sus padres, un oficial de prisión y una contadora, la alentaron. Su debut actoral llegó a los siete años, cuando tuvo un rol como extra en un episodio de la serie televisiva My Parents Are Aliens. En 2007 tuvo su debut en la pantalla grande con Mrs. Ratcliffe Revolution, de Bille Eltringham; en 2015 interpretó el personaje de Liddy en la adaptación al cine de Lejos del mundanal ruido dirigida por Thomas Vinterberg.

Ese año consiguió un personaje en La Langosta como “la mujer de la nariz sangrante”, después de fingir que se atragantaba con un maní en la audición para el director Yorgos Lanthimos. “No tenía la edad que querían para el personaje – mi verdadera edad o la manera en la que me veía. Lucía demasiado joven. Pero para un cineasta como Yorgos... su actitud fue ‘de todos modos, ¿a quién le importa?’ La película no era sobre la vida real.” La mayoría de las veces funciona al revés, e interpreta personajes más jóvenes que ella. “Ahora paso mucho tiempo en Estados Unidos y están obsesionados con encontrar maneras de lucir más jóvenes, con lo que estoy realmente agradecida de tener algo que otras personas quieren y no tuve que pagar por eso”, señala.

Para Barden fue refrescante interpretar a una monja en el thriller Lambs of God (“Corderos de Dios”), una serie dramática para la televisión australiana que incluye en su reparto a Ann Dowd (la “Tía Lydia” de El cuento de la criada) y que se verá próximamente a través de HBO. “La razón por la que lo tomé es explorar lo que significa ser una mujer que también es una monja”, dice. “Mi personaje nunca conoció a un hombre, fue criada en el convento. ¿Cómo es una mujer que no sabe lo que es un hombre? ¿Y cómo responde cuando un hombre aparece?”, explica.

Le pregunto si coincide con Scarlett Johansson en que quienes se dedican a la actuación deben ser capaces de interpretarlo todo, hasta a un árbol. “A mí me gusta relacionarme emocionalmente con mis personajes. Me gusta tener una aproximación natural a las cosas. Pero no podés presumir que podés interpretarlo todo. Además, esta es una gran, gran industria, y no mucha gente tiene mucho trabajo. Si creo que no estoy bien pera un personaje doy un paso al costado”.

Cuando era niña, Barden no tenía modelos de actuación cerca. “No podía ver un camino que pudiera seguir, o alguien que me gustara ser, lo cual te hace sentir bastante aislada”, señala. Nunca había estado en un teatro antes de asumir un personaje en una representación de Jerusalén en el Royal Court en 2009. Pero hubo un momento significativo en su vida cuando vio a Judy Garland en El mago de Oz, en la casa de sus abuelos, a los cinco años. Quedó cautivada por la performance. Su habilidad para ser “emocionalmente inteligente” y “en el momento” son atributos que Barden trata de copiar. En su casa de Yorkshire incluso tenía un terrier llamado Judy: la misma raza que Toto en El mago de Oz.

Mientras filmaba la segunda temporada de The End of the F***ing World, Barden escuchó mucho a The Mamas and the Papas, Jefferson Starship y ABBA, porque se siente más influida por la música que por ver películas. “Siiempre hay un momento en la canción en la que decís ‘Ah, es esto’”, dice. “Es en el estribillo o una nota que suena y te pega, y en una escena tratás de encontrar eso mismo”. Para evitar los spoilers a quienes no la han visto, mantiene las cartas de la segunda temporada contra su pecho, pero sí dice que Alyssa muestra “un lado más oscuro”. “En el principio interpreto a la misma persona para que el público pueda reconocer al personaje, pero a medida que avanza la serie creo que se ve un lado más oscuro de ella, que es algo que me entusiasmó mucho cuando leí el guión de Charlie Covell”, dice. “Obviamente la Alyssa que conocemos de la primera temporada es una persona muy extrovertida que siempre tiene algo para decir, y aparentemente puede articular sus sentimientos muy bien y es resiliente al trauma que sufrió... de que quizás James haya quedado removido de su vida para sempre. ¿Cómo esta persona que pensás que puede sobrevivirlo a todo vuelve de eso? Conocés a estas personas, pero no quiere decir que pueden sobrevivirlo todo”.

Cabe preguntarse cuán similar se siente ella en la vida real a su personaje de Alyssa. “Soy extrovertida y proceso las cosas de una manera similar a ella, pero no soy tan rebelde”, dice. “Nunca insultaría a una camarera en una cafetería”. Si consigue escapar al personaje es algo que se verá con el tiempo, pero al menos sabe que sus fans tuvieron la paciencia de esperar casi un año para saber si Alyssa y James tienen otro viaje juntos.

*De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.