La Comisión Especial también expresó su rechazo al nuevo Código Contravencional porteño votado en la Legislatura de la Ciudad el 13 de diciembre pasado, presentado por el oficialismo como una supuesta herramienta para combatir “las mafias” y para prevenir la violencia de género. La reforma crea nuevas contravenciones y agrava las penalidades por cuestiones de género. Las denuncias se pueden hacer en forma anónima “bajo el argumento de preservar a las mujeres y evitar que sufran represalias si denuncian situaciones de violencia”.

Para la Comisión, “la lógica detrás de esta reforma es clara. El gobierno utiliza una problemática grave y real como es la violencia de género para justificar un aumento del punitivismo en relación al espacio público y para otorgarle mayor discrecionalidad y facultades de control y represión a la Policía de la Ciudad”.

“Lo paradójico del asunto, es que (el mismo gobierno) en el marco de un año de enormes movilizaciones en reclamo de mayores derechos para las mujeres (...) se negó a discutir en la Legislatura medidas elementales para las miles de mujeres que sufren la violencia de género, tales como la construcción de refugios transitorios y planes de viviendas, regímenes de asignaciones económicas y cobertura social, planes de inserción laboral para mujeres desocupadas, licencias laborales en el ámbito público y privado, licencias y pases educativos para las víctimas y sus hijos, o la creación de equipos interdisciplinarios que acompañen integralmente a las víctimas de violencia”.

Por eso interpretan que, en realidad, lo que se promueve con el nuevo código es “endurecer la persecución policial contra miles de mujeres y madres de bajos recursos que acuden a trabajos informales en la vía pública para garantizar el alimento de su familia. Por ejemplo, quienes cuiden coches o limpien vidrios serán sancionadas con una multa máxima de $5335 o con hasta 15 días de cárcel”.

 

En su oposición al nuevo código, la Comisión Especial planteó que “la reforma votada actúa en los hechos como un regreso a los edictos policiales. Por un lado, aumenta considerablemente la cantidad de conductas que son consideradas contravención y, por ende, aumenta las posibilidades de la Policía de intervenir de oficio. Por otro lado, con las nuevas denuncias anónimas la Policía de la Ciudad puede justificar su intervención ante cualquier situación: al no ser necesario acreditar la existencia real de una denuncia, les alcanzará con labrar un acta donde solo conste el incomprobable anonimato de la denuncia”. El blanco buscado serán los vendedores ambulantes, los “trapitos”, los que limpian vidrios o los artistas callejeros.