16 de junio de 1963. 09.29 hora local en el Cosmódromo de Baikonur, antigua Unión Soviética. A los 26 años, a bordo del Vostok 6, la civil Valentina Tereshkova se convierte en la primera mujer del mundo en viajar al espacio. Su nombre en clave fue Chaika (Gaviota en castellano) y dio 48 vueltas a la Tierra en 71 horas. La hazaña no solo comprobó que las mujeres ofrecen en el espacio la misma resistencia física y mental que los hombres, si no que salvó la misión con su inteligencia, instinto de supervivencia y bravura. Gracias a eso hoy, 6 de marzo de 2017, celebra su cumpleaños número 80.

“Ese vuelo entró en la historia, fue una auténtica hazaña y un paso importante para el desarrollo de la cosmonáutica nacional, y hasta el día de hoy es un ejemplo de valor, sacrificio y amor por la patria”, afirmó el primer ministro ruso Dmitri Medvedev en su mensaje de felicitación. Es fácil, con el diario de ayer, reconocer la grandeza. Pero la heroína rusa, condecorada y reconocida, no tuvo en su viaje al espacio el mismo trato que su colega varón, Yuri Alekséyevich Gagarin, el piloto militar que fue el primer ser humano en viajar al espacio exterior el 12 de abril de 1961, en la nave Vostok 1.

Valentina Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 en Máslennikovo, una localidad chiquita en la actual Rusia. Creció en una familia modesta, su padre manejaba un tractor y su madre trabajaba en la industria textil. La joven, fanática de la matemática, la ciencia y el paracaidismo, tuvo que dejar la escuela para ingresar a una fábrica de neumáticos. Y siguió formándose mediante cursos por correspondencia y en escuelas nocturnas.

En plena Guerra Fría, en 1962 se enteró de que la agencia espacial, bajo la dirección del entonces primer ministro Nikita Kruschov, pedía voluntarias para ser astronautas. Fue reclutada junto a otras cuatro mujeres de entre más de 400 candidatas. En secreto. No pudo contárselo ni a su madre. En una de sus entrevistas más recientes, dijo: “Si tuviera dinero, viajaría otra vez al espacio aunque sea como turista, y también volaría a Marte, incluso con billete sólo de ida”.