El viernes último desde el sistema de alerta Proadapt se había informado sobre la crecida del río Bermejo. Las aguas que taparon los caminos por kilómetros dejaron dejado aisladas a 75 familias aproximadamente, de distintos parajes ribereños del departamento Rivadavia Banda Sur. Además, hubo un informe difundido por pobladores preocupados por la situación de niños enfermos y mujeres embarazadas.

Ya entonces se advertía que el paraje La Esperanza era el próximo en riesgo de quedar aislado. Las aguas llegaron hace dos días y si bien el río está bajando, por conocimiento histórico saben que deberán esperar dos o tres días más hasta que el camino quede sin agua.

Es la historia de todos los años. Así lo señaló el miembro de la comunidad wichí de La Esperanza, Dino Montes. Para lograr una comunicación con Radio Nacional Salta y plantear su problemática salió caminando por el agua. Al menos 60 metros tuvo que andar con el agua llegándole al pecho para poder encontrar señal.

“Esto recién comienza, porque después se nos complica más todo”, dijo Montes. En un intercambio por redes sociales contó a Salta/12 que cuentan con agua potable porque la comunidad tiene dos pozos de los que pueden extraerla. Uno de los pozos funciona con una pequeña bomba y el otro, de manera manual. Aclaró que ambas adquisiciones fueron parte de un trabajo solidario que llegó a la zona por parte de asociaciones civiles. Nunca por parte del Estado.

Hay caminos que están con uno o dos kilómetros de agua. “Para llegar a la parte seca de Rivadavia hay que salir caminando. Y si baja, podés salir pero solo en moto, porque te queda todo el barreal”, describió Montes.

Además de que con la motocicleta no pueden trasladar mucho alimento, “la gente no tiene para comprar mercadería por mayor. Se compra para el día”, señalo. Contó que hace un mes “anduvo Defensa Civil y depositó unos cuantos bolsones. Eran como 80, o sea que ahora quedaron dos por familia. Cada bolsón pesa cinco o seis kilos. Y un kilo de arroz alcanza para dos días nomás”, afirmó.

Montes considera que una de las posibles soluciones que podría mitigar el problema en los caminos es la construcción de defensas o terraplenes elevados. “Que nos hagan una defensa de un metro de alto y creería que solucionamos. Tenés que levantar dos o tres kilómetros esa barrera y quizás nunca más sufrimos”, especuló. Contó que otros parajes, como San Felipe, también pasaron por lo mismo. “En 12 kilómetros extendieron un terraplén con una barrera. Y ellos dejaron de sufrir lo que sufrimos nosotros”, sostuvo.

En cuanto al ingreso de agua al paraje y las viviendas, relató que entre los miembros de la comunidad construyen todos los años una defensa de entre 30 y 40 centímetros y, como se encuentran en una parte más alta, a veces evitan con eso el ingreso del agua.

“Deberá ser que tenemos que ir allá (a Salta Capital) a reclamar”, dijo.

Ayer ante la consulta, desde la provincia se indicó que no interviene porque este tema puede ser solucionado por la Municipalidad de Rivadavia Banda Sur, que por jurisdicción tendría que contener lo que acontece en el paraje. Luego se informó que algunas entidades provinciales estaban “monitoreando” la zona.