El cura Fernando Zannier, de la Iglesia Medalla Milagrosa, fue denunciado por acoso sexual, exhibición obscena y violencia de genero. Una joven de 29 años detalló haber recibido mensajes obscenos de índole sexual por parte del sacerdote a través de WhatsApp

El religioso pertenece a la Congregación “Canónigos Regulares de Letrán”, organización que pidió perdón y anunció que el cura renunció a sus funciones en la parroquia y solicitó licencia de otro cargo como “Visitador” para ponerse a disposición de la justicia.

La denunciante espera que el sacerdote sea apartado de la Iglesia Católica y animar a que si hubiera otras víctimas también lo denuncien. La demanda fue radicada el pasado 26 de diciembre en la justicia ordinaria. La joven tiene los mensajes, fotos y audios como prueba.

Según detalló la abogada Gabriela Arancibia, quien representa a la denunciante, los hechos ocurrieron el pasado 23 de diciembre. “La joven tenía comunicación con el cura por WhatsApp, él fue quien la casó. Esta vez, su abuela estaba enferma en la clínica y le pidió la extremaunción. La víctima le habló de cómo estaba su abuela, de cómo estaba ella porque además se estaba separando de su pareja. Luego, a las 1 de la madrugada del 24, (el cura) le empezó a enviar mensajes ‘¿estas caliente igual que yo?’. Ella decidió no responderle. En un momento él le envió fotos de su cuerpo y de sus partes íntimas. Ella después le envió un audio rechazándolo y manifestándole su situación de incomodidad”.

La joven también le dijo al cura que tomaría medidas con lo sucedido, Zannier “le pidió que le tenga piedad porque no le haría daño a él sino a la Iglesia. A partir de ahí ella lo bloquea. Los mensajes son bastante fuertes. Él tenía la intención de abusar de su confianza y situación de vulnerabilidad”, expresó la abogada.

La letrada también contó que el cura antes había citado a la mujer en la Iglesia para cuando volviera de sus vacaciones en febrero, diciéndole “mirá que podés pedir la nulidad del matrimonio”. “Por suerte no fue nunca porque no sabemos si pudo haber sido peor”, expresó Arancibia.

La causa se investiga en la Fiscalía Penal 1 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, donde actúa de forma interina por la feria judicial, Rodrigo González Miralpeix. Zannier aún no fue imputado, desde el Ministerio Público Fiscal informaron a Salta/12 que se están realizando las actuaciones preliminares y a partir de ello se determinará la imputación y la calificación de los delitos.

Arancibia indicó además que hicieron presentaciones hace una semana en el Arzobispado. La letrada dijo que luego se concretó una reunión con una comisión de la iglesia integrada por una abogada y una monja quienes pidieron que no den a conocer sus nombres pero se comprometieron a que “harán lo necesario para que se resuelva el caso”. “Nos recibieron bien, escucharon a la víctima, la monja dijo que le cree. El sábado sacaron un comunicado desde la iglesia en el cual piden disculpas”, expresó Arancibia sobre la reunión.

La Congregación “Canónigos Regulares de Letrán”, a la que pertenece Zannier, informó en un comunicado que ya ha puesto en conocimiento a las autoridades eclesiásticas en Salta y en Roma acerca de la denuncia. También dijo que lamenta lo sucedido y pidió perdón ante “el daño causado por uno de sus miembros”.

“Fernando Zannier renuncia a sus funciones de Párroco de la Medalla Milagrosa y por lo tanto dejará de desempeñar sus funciones ministeriales en Salta (…) Ha solicitado a la Curia General en Roma licencia en su cargo de Visitador de la Provincia lateranense de Argentina, para poder así estar totalmente disponible para que se realicen las investigaciones pertinentes”, comunicó la Congregación. Añadió que el cura está a disposición de la justicia y que espera “la resolución que se haga del tema”

“La idea es que se lo excluya de la Iglesia Católica”, sostuvo Arancibia. Consideró que Zannier no puede estar a cargo de otras personas. El sacerdote llevaba alrededor de dos años en la Iglesia Medalla Milagrosa del barrio Tres Cerritos de la ciudad de Salta.

Arancibia dijo que la difusión de la denuncia en los medios viene sirviendo para que se agilice el proceso pero que también surgieron comentarios revictimizantes de usuarios de Internet. “La denuncia fue del 26 de diciembre, no había novedad hasta el jueves pasado que se ordenó la prohibición de acercamiento y de ejercer actos de violencia. A partir de que salió en los medios se encausó”, dijo. 

Hasta el momento, la denunciante no ha recibido asistencia y contención integral del estado salteño.