Durante 2018 ha habido una enorme pérdida patrimonial en Argentina. Muchos dejamos de ser millonarios”, Eduardo Costantini, empresario desarrollador inmobiliario.

El proyecto político-económico macrista destruyó capacidades productivas: veinticinco mil empresas cerraron sus puertas en los últimos cuatros años. En particular, la destrucción del tejido productivo fue muy intensa en el sector manufacturero. Por eso, Mauricio Macri recibió una fría despedida en la última Conferencia Industrial de la UIA. El ex presidente disertó con la mitad del salón vacío.

El vicepresidente de la UIA José Urtubey declaró que lo había aplaudido “sólo por respeto”. Otro importante dirigente fabril, el santafesino Guillermo Moretti, fue más duro aún: “Yo me retiré antes de que hable porque también tengo respeto por mí mismo”.

Los datos duros explican las caras largas empresarias. El último dato del Indec (mes de noviembre) revela una caída interanual del 4,5 por ciento. Eso implica diecinueve meses consecutivos de retroceso industrial. La baja acumulada en los primeros once meses de 2019 es del 6,9 por ciento interanual.

Según datos de la UIA, la producción industrial nacional per cápita cayó 17 por ciento en los últimos cuatro años. El correlato de esa espiral descendente fue la pérdida de puestos de trabajo: 160.000 trabajadores registrados fueron despedidos. Eso representa nada menos que el 13 por ciento del plantel industrial existente en diciembre de 2015.

En el libro "La raíz de todos los males", el periodista Hugo Alconada Mon sostiene que Mauricio Macri estuvo involucrado en el esquema de recolección de fondos para la campaña electoral de 2015. “Quiero el uno por ciento de tu patrimonio para financiar mi campaña. Vos sabes que si yo gano, normalizaremos el país y el 99 por ciento restante de tu patrimonio va a valer muchísimo más”, habría sido el argumento esgrimido.

La mayoría de las empresas sufrió en carne propia el fracaso de esa profecía. La destrucción patrimonial afectó a pymes y grandes empresas. El S&P Merval cayó 30 por ciento en dólares en 2019, tras haber retrocedido un 50 por ciento el año anterior. En los cuatro años de gobierno macrista, el índice Merval acumuló una caída del 57 por ciento en dólares.

Los ADRs argentinos que cotizan en Wall Street también descendieron de manera muy fuerte en 2019. Las bajas más importantes fueron: Edenor (-76,5 por ciento), Grupo Supervielle (-57,0), Transportadora Gas del Sur (51,0), BBVA (50,0) y Pampa Energía (47,2 por ciento). Al lamentarse de la gestión económica de Cambiemos, el CEO del grupo cerealero Los Grobo (Gustavo Grobocopatel) sostuvo que “tenemos que aprender de lo que nos pasó y tratar que no nos ocurra más”.

El problema de algunos actores es que su capacidad de aprendizaje esta obturada por su sesgo ideológico. El resultado del nuevo experimento neoliberal no tuvo nada de sorpresivo. El laboratorio de la historia ya enseñó cómo culminan estos desatinos. Sin embargo, el eje de las críticas de la elite empresarial no fue el desacertado rumbo económico de la Alianza Cambiemos sino la mala praxis (que también la hubo). Alfredo Zaiat explica que “el mundo empresario sigue mostrando preocupación por el regreso de un gobierno populista, cuando uno neoliberal licuó su patrimonio. Es un caso de estudio, ya no sólo con categorías de la sociología y de la economía, sino de la psicología social. En esa mezcla clasista, de ideología, ignorancia y negocios, no asocian la devaluación de sus activos con una política económica ortodoxa”.

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@diegorubinzal