¡Uh, noooo! –decían los pesimistas–. A River de local le cuesta, sólo consiguió el 44 por ciento de los puntos en el Monumental. Va a resultar difícil Central Córdoba. 

¡Uh, noooo! A River se le va a hacer cuesta arriba con esa cancha tan poceada y pesada que va a conspirar contra su juego de pelota contra el piso y velocidad.

¡Uh, noooo! River se queda con diez por la infantil expulsión de Paulo Díaz apenas a los 13 minutos de juego. No es el día para River,  todo en contra, porque encima en el arranque del partido los santiagueños parecieron más armados, más prolijos. Y si once contra once fueron un poco más, con uno más, ni hablar.

Pero sí hay que hablar. De este fantástico River hay que hablar, de cómo rompe la adversidad, cómo se agranda en los momentos en que los otros se achican, como saca a lucir su orgullo y su rebeldía para que se note que juega con uno y que por el contrario se piense que juega con dos más. 

Hay que hablar de todo lo que hizo desde la expulsión de Díaz hasta el pitazo final para redondear una actuación fenomenal, digna de los aplausos más ruidosos. De River hay que hablar, de los vientos favorables que le soplan para destrozar en mil pedazos cualquier pronóstico agorero, de la buena actuación de sus delanteros, de manera especial Matías Suárez, que fue una presencia siempre inquietante para los defensores de Central Córdoba. 

El balance de su actuación es notable: participó en el primer gol, le hicieron un penal no cobrado, metió un tiro exquisito en el travesaño, sacó otro remate tremendo que dio en el costado del ángulo entre palo y travesaño. Cuando el DT lo sacó a cinco minutos del final se llevó una merecida ovación.

De Gallardo hay que hablar, que tras la expulsión de uno de los centrales no hizo ningún cambio. Podía haber metido un volante de contención por un delantero, que es lo que hubiera hecho el 90 por ciento de los técnicos del país, pero no, se quedó con la línea de cuatro y contó con que De la Cruz, Nacho Fernández y los de arriba no dejaran solo a Enzo Pérez en la mitad de la cancha y colaboraran en la obstrucción. Gallardo se anima a ese planteo audaz porque sabe que los futbolistas son capaces de duplicar el esfuerzo. Y eso fue lo que ocurrió. 

También es cierto que el conjunto santiagueño llegó al Monumental con poco combustible en el tanque de la elaboración. En varios pasajes del partido estuvo en situación de contraataque 4 contra 2 o contra 3, pero sus delanteros y volantes nunca tomaron las mejores decisiones. Fue tan así que la jugada de más riesgo para Armani fueron un centro de Chávez sin potencia a las manos del arquero y un par de pelotazos cruzados que fueron despejados pos los defensores. 

En el fondo Rojas fue una muralla, Martínez Quarta cometió un solo error que pasó desapercibido y los laterales cumplieron con lo suyo y hasta tuvieron tiempo para alguna excursión ofensiva como una muy buena de Montiel en la segunda etapa en una gran jugada colectiva.

Cuando quedaba sólo el tiempo extra, Gallardo mandó a la cancha a Pinola por Matías Suárez para cerrar el partido, pero el que aseguró la victoria fue un delantero Nacho Scocco, con una jugada fenomenal (enganche, caño, gambeta sobre la salida del arquero y toque suave a la red).

Fue la frutilla del postre en una tarde que como bien definió el entrenador a River le salió "redonda". A esa altura de la noche, consumado el 2 a 0. el camino al título se veía en Nuñez como una autopista de circulación rápida y super segura.

Síntesis

2 RIVER: Armani; Martínez Quarta, Rojas, P. Díaz; Montiel, I. Fernández, E. Pérez, De La Cruz, Casco; Borré, M. Suárez. DT: Marcelo Gallardo.

0 CENTRAL CÓRDOBA: D. Rodríguez; Quilez, Salomón, Nani, Bay; Alzugaray, Meli, C. Vega, G. Núñez; Cure, J. Herrera. DT: Gustavo Coleoni.

Estadio: River. Arbitro: Néstor Pitana. Goles: 47m Santos Borré (R); 92m Scocco (R). Cambios: 57m J. Rodríguez por Bay (C) y C. Chávez por Curé (C); 72m Ponzio por Pérez (R); 74m Scocco por Borré (R); 75m Cristaldo por Quilez (C); 90m Pinola por Suárez (R). Incidencias: 13m expulsado P. Díaz (R).