Desde París

Fin de una etapa inaugural que funcionó como un espejo renovado, donde los países que visitó el presidente Alberto Fernández vieron el reflejo de un país muy distinto al que había presentado las retóricas macristas. Ni fuera del mundo, ni apartado sino integrado y aún más atendido y escuchado que precedentemente por todos aquellos que, en Roma, Berlín, Madrid o París, fueron sensibles a la pedagogía presidencial sobre la situación argentina, la imposibilidad de pagar la deuda y la obligación de elaborar un marco para crecer. Emmanuel Macron, en París, le ofreció al mandatario argentino un gesto poco común, si no excepcional: evocó frente la prensa, antes de que comenzara la sesión de trabajo y el almuerzo, el respaldo de Francia frente a sus socios y el FMI para la gigantesca tarea de asumir la deuda en condiciones que permitan crecer. Antes de su partida hacia Buenos Aires, el jefe del Estado habló con este diario y otros medios sobre lo ocurrido en esta gira e hizo un balance en el cual destacó que el viaje había “superado las expectativas”. Consagrado esencialmente a la gira, el diálogo abordó el tema de la negociación de la deuda, pero no otras cuestiones nacionales. Con todo, en el seno de la delegación oficial había cierta impaciencia por los contrafuegos encendidos en torno a la despenalización del aborto y la presunta pelea del Presidente con el Papa, tanto más cuanto que, según destacaron fuentes de la delegación, el Presidente ha “dicho las cosas que dice siempre”.

Balance de la gira

--Se siente que, tanto en la presidencia francesa como en usted, había muchas expectativas sobre su visita. ¿Cómo resumiría usted el balance de esta gira?

--A mí me parece que la gira salió como queríamos que saliera. Nosotros, en algún momento, sentimos la necesidad de dos cosas: de plantearle a Europa que para nosotros Europa es importante, y segundo plantearle a Europa lo que nos pasa y pedirles su ayuda. Europa es un continente enorme, del cual muchos de nosotros descendemos, y fundamentalmente son los grandes inversores que Argentina tiene. Estoy muy contento. Desde el inicio de la gira con el Papa, con quien para mí es muy gratificante siempre hablar y él sabe cuanto valoro y cuanto pondero sus juicios, y con quien, además, pudimos hablar sobre los problemas que tiene la Argentina. De algún modo, ese fue el inicio de lo que terminó en el Vaticano con el seminario sobre la situación actual, sobre capitalismo y sobre deuda. Desde ese momento tenía reunión con (el premier italiano Giuseppe) Conte, que también fue muy valiosa porque Conte tuvo un gesto de mucho apoyo explícito hacia nosotros. Luego estuvo la cena con (la mandataria alemana) Angela Merkel, que fue formidable también. Nunca había tenido la oportunidad de estar hablando más de dos horas con Merkel sobre lo que le pasa al mundo, a la Argentina, a Europa. Volver a reencontrarme con (el presidente del gobierno español) Pedro Sánchez, con quien somos amigos y estábamos esperando el momento de ser presidentes para poder volver a trabajar juntos. Y al fin el encuentro con Macron, un encuentro importante para la Argentina porque Macron casi me invitó a hablar del futuro diciendo “nosotros vamos a apoyar para que la Argentina salga de este tema”, incluso antes de empezar a hablar. Valoro mucho ese gesto y la actitud que tuvo.

El acuerdo con el FMI

--¿Cree que el acuerdo con el FMI está más cerca hoy luego de esta gira?

--El Fondo debe ver que el mundo advierte lo que nosotros estamos planteando. El Fondo, que tiene con Kristalina Georgieva una Directora Ejecutiva con mucha capacidad de escuchar, debe estar viendo lo que está pasando en Europa y cómo Europa quiere atender lo que Argentina ofrece como solución. Siempre hay instancias de diálogo y negociación y me parece que hoy estamos más acompañados que antes. Hace una semana nos sentíamos un poco más solos y ahora nos sentimos muy acompañados por las grandes potencias.

-- ¿Usted ya habló con Kristalina Georgieva?

--No. Sé que tuvo una larga reunión con Martín (Guzmán, ministro de Economía) que él me contó, que fue muy positiva según me dijo. Lo importante es que nosotros empezamos a contarle al mundo lo que nos pasó, lo que nos pasa y dónde queremos ir. Y es muy saludable para nosotros ver que el mundo nos está entendiendo.

La renegociación en la provincia

--Volviendo a la deuda y a lo que ocurrió en la Provincia de Buenos Aires con el vencimiento de los bonos, ¿se trata de una señal de apertura?

--Lo que pasó en la provincia de Buenos Aires es una decisión del gobernador que yo comprendo perfectamente. Estamos trabajando de buena fe en la negociación de la deuda. Ese fue un vencimiento que cayó anticipadamente en dólares y no quisimos que nadie pensara que nosotros queríamos defaultear. Queremos encontrar una solución real a la deuda sin caer en el default. Pero lo que también sabemos es que la deuda es insostenible. Va a ser imposible cumplir con las obligaciones. Esto lo sabemos desde antes de asumir. Por eso intentó el reperfilamiento, por eso mandó leyes pidiendo autorizaciones para reperfilar porque era imposible cumplir. Con lo cual, yo comprendo perfectamente al gobernador, pero va a ser muy difícil poder seguir la lógica del gobernador. Nosotros también tenemos disciplina fiscal. No vamos a andar emitiendo dinero a lo loco. Hemos hecho una propuesta y esperamos que la entiendan.

El rol del Papa

--¿Los pronunciamientos del Papa lo tomaron por sorpresa?

--No me sorprendieron porque en la charla privada que tuve con él hablamos de la Argentina. Y la verdad es que tenemos una visión muy parecida sobre lo que le pasa a la Argentina en materia económica y social: la necesidad de resolver el tema de la deuda como condición para poder crecer y la necesidad de que los argentinos dejemos de pelearnos por zonceras y nos pongamos, unidos, a enfrentar la crisis. En eso tenemos una mirada muy común con el Santo Padre. A mí no me sorprendió, me alegró que sean públicas.

El tema Venezuela

--Usted piensa que hoy es necesario volver a Contadora para resolver las crisis regionales. Ese grupo creado en los 80 y compuesto por México, Panamá, Colombia y Venezuela y luego Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay intervino para resolver los conflictos armados en América Central. ¿Cómo se vuelve hoy al espíritu de Contadora, qué papel puede desempeñar Europa y cómo se inscribe la Argentina en ese proceso?

--Tengo la impresión de que en Europa están viendo a la Argentina como un país que puede tener la capacidad de amalgamar situaciones de conflicto con normalidad, o sea, ayudar a que la normalidad no se quiebre en América Latina y se pueda trabajar juntos. Uno de esos temas que preocupa a todos es Venezuela. Lo que yo plantee es que debemos buscar otros caminos para resolver el tema de Venezuela porque si continuamos en este y seguimos haciendo las mismas cosas no vamos a obtener otros resultados. Todo lo que se hizo hasta ahora no sirvió para alcanzar un resultado mejor. En ese sentido, a todos los líderes de Europa les he planteado que Europa tiene que concentrar sus esfuerzos en Contadora, ayudar a Contadora para que Contadora reviva y traté de buscar una solución distinta. Esta mañana hablé con Josep Borrell (Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad) y hablé de ese tema. Quedamos en ver cómo podemos sumar esfuerzos para trabajar ahí.

--El ex canciller de Raúl Alfonsín, Dante Caputo, solía decir que la Organización de Estados Americanos era como un hospital que estaba lejos de los heridos y que lo que había que hacer era mandar una ambulancia junto a los heridos. ¿Es un poco esa la idea?

---Bueno, yo quisiera que la OEA funcione como Dios manda, que es lo que no ocurre. Tengo que trabajar para que la OEA vuelva a ser la OEA y Contadora resuelva lo que no se está resolviendo. La OEA no tiene como tarea resolver un problema. El problema es que la OEA lo ha generado, lo ha profundizado. No pido que lo resuelva, sino simplemente que deje de complicarlo. Todos creemos que el problema de los venezolanos deben resolverlo los venezolanos. Y para eso hay que generar una mesa donde los venezolanos se sienten y recuperen el diálogo. Me parece que Contadora es un buen lugar para eso. Básicamente lo que siento es que el tema de Venezuela está como estancado y nosotros debemos salir del estancamiento. Y me parece que Contadora puede ser un mecanismo para salir de él.

--¿Los líderes europeos le han solicitado a usted que cumpla con algún rol?

--Ellos sienten que nosotros tenemos como una sensación de privilegio porque estamos institucionalmente muy sólidos, nuestra democracia no está en jaque ni en cuestionamiento de ningún tipo, la Argentina es un país culturalmente de peso en el continente. Entonces sienten que nosotros podemos hacer algo. Yo siento además que, si con otro presidente de América Latina, que tiene un pensamiento cercano al mío, que es Andrés Manuel López Obrador, si juntos nos ponemos a trabajar para ayudar a encontrar una solución con el tema de Venezuela, por ahí podemos favorecer el diálogo que tanto buscamos. En realidad, lo que nosotros queremos no es resolver el problema de los venezolanos, sino que los venezolanos se sienten y ellos resuelvan su futuro.

El “aislamiento” argentino

--En este contexto, ¿esta gira ayudó a disipar las dudas sobre el presunto aislamiento de la Argentina?

---Sí, creo que sí. Ayudo a algunos que, desde Europa, creían que nosotros teníamos una vocación distinta. Esas dudas fueran disipadas. Creo que ayudó mucho. También a quienes, desde adentro, creían que nosotros veníamos a marginarnos del mundo. Deben estar descubriendo cuánto les mintieron.

La figura de CFK

--Usted, ante Macron primero y luego en la conferencia que ofreció en el Instituto de Estudios Políticos, evocó la figura de Cristina Kirchner. En un momento se instaló la idea que era mal valorada por los líderes europeos.

--Ningún líder europeo me planteó semejante cosa. Inclusive Merkel la recordó varias veces como alguien muy vehemente en la defensa de sus posiciones y muy inteligente. Si hice una mención a Cristina es porque Macron, en su discurso preliminar, habló de las mujeres argentinas que habían tenido en Eva Perón un liderazgo importante. Yo dije que eso fue cierto, como tenemos en la Argentina hoy el liderazgo de Cristina en vastos sectores de la sociedad. Pero la verdad es que ningún líder europeo me habló negativamente de Cristina, al contrario. Para mí, Cristina expresa un liderazgo femenino singular, que no muchas mujeres en la historia argentina han tenido. Negar eso es como tapar el sol con las manos.

El fracaso de la política exterior de Macri

--El éxito de esta gira también fue desarmar el bastión de Macri a propósito de su política exterior exitosa.

---¿La de Macri? Te confieso que cuando escuchás hablar a los líderes europeos cómo se sintieron defraudados por Macri te das cuenta de que de exitosa no tiene nada. Mentirle al mundo no es una buena forma de hacer política.

La política exterior actual

--Paradójicamente el que vuelve a traer a la Argentina al mundo es usted.

---Ni una cosa ni la otra. El mundo es hoy una gran aldea y uno tiene que estar vinculado al mundo indefectiblemente. Pero la política internacional no es sacarse fotos. Es asumir compromisos más profundos y a lo largo de esta gira lo hicimos. Lo hicimos con el Papa, lo hicimos con las autoridades italianas, lo hicimos con Pedro Sánchez cuando hablamos de la necesidad unir más a América Latina con Europa, lo hicimos con Merkel hablando no solamente de la Unión Europea sino de alternativas de inversión alemana en la Argentina, y lo hicimos con Macron hablando de medio ambiente, de derechos de la mujer y de muchas cosas del futuro. Entonces no es solamente sacarse fotos sino asumir compromisos de otro tipo. También para nosotros fue importante lo de Israel. Pudimos hablar con las autoridades de Israel y con la oposición al actual gobierno. Me parece que tuvo mucho sentido.

La relación con Estados Unidos

--Y de cara al futuro queda Estados Unidos.

-- ¡Queda el mundo! Esto no debe ser una excepción sino como se debe funcionar. Nosotros necesitábamos explicarle a Europa. Europa es un continente que debe ser atendido de otro modo por la Argentina. Para mí era muy importante empezar como empezamos. Pero llevarnos bien con Europa no quiere decir que tenga que desatender a los Estados Unidos, a México, a Brasil, o a China, o a Rusia, no. Yo creo, como dijo Merkel, en la multilateralidad de las relaciones internacionales. No hay que concentrar los vínculos con uno. Creo en la multilateralidad y Europa es muy importante.

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