Desde La Habana

Hay historias de amor que vencen al tiempo. Los muros de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña son testigos de la pasión del pueblo cubano por los libros. En la tarde de domingo, el sol y el calor podrían ser una especie de pícaros conspiradores para estar en otra parte. El lugar elegido masivamente para pasear, recorrer stands, comprar libros o escuchar conferencias es la 29º Feria Internacional del Libro de La Habana, que tiene como país invitado de honor a Vietnam. “El peronismo es una historia de amor permanente y es una forma de hacer política”, dice Gisela Marziotta en la presentación de las biografías Juan Perón. Ese hombre y Eva Perón. Esa mujer, acompañada por Víctor Santa María, director general del Grupo Octubre, y Javier Figueroa, embajador argentino en Cuba.

En la sala José Antonio Portuondo, Marziotta, autora junto a María Seoane de la biografía de Perón, recuerda que se critica mucho al peronismo (y a Perón) como machista. “El primer gobierno feminista es el gobierno de Perón, que nos da la posibilidad de ser ciudadanas. Si no hubiera sido por la decisión política de darnos la posibilidad de votar, no solo de elegir sino también de ser elegidas, tampoco hubiéramos tenido nunca un documento de identidad; el único papelito que acreditaba que estábamos vivas era la partida de nacimiento, no teníamos ni siquiera documento. El peronismo es feminista desde el principio”, subraya la diputada nacional, que asumió su banca el 29 de enero pasado en reemplazo de Daniel Filmus, y agrega que las dos biografías tienen como novedad fotos inéditas, “un trabajo impresionante” de archivo y diagramación que hicieron Daniel Flores y Teresa Pacitti.

Santa María, secretario general de SUTERH, el sindicato de trabajadores de edificios, presidente del PJ de la Ciudad de Buenos Aires y director general del Grupo Octubre, es el autor de la biografía Esa mujer junto a María Seoane. “Como diría la compañera Cristina Fernández de Kirchner, se han escrito ríos de tinta sobre Eva, tanto de un lado como del otro, tanto para hablar bien hasta el caso extremo de que cuando se estaba muriendo muchos pintaban las paredes con ‘Viva el cáncer’; para que vean que la grieta realmente no viene de estos últimos años”, aclara Santa María y comenta que la particularidad de la biografía –que fue publicada por la editorial Octubre en 2019, en el centenario del nacimiento de Eva- está en el tratamiento de la historia de amor con Perón. “Eva fue perseguida incluso cuando estaba muerta; generaba temor en los sectores más oligárquicos la presencia de su cadáver, que fue uno de los primeros desaparecidos de la Argentina. Eva dio (y seguirá dando) mucho que hablar; con Perón y Eva se compone una historia que seguramente va a trascender los tiempos”.

“Como soy abogado y diplomático, tengo impunidad para hablar ligeramente de muchas cosas”, ironiza Figueroa, el embajador argentino en Cuba, que antes cumplió destinos diplomáticos en Londres y Sudáfrica. “La potencia que tienen la figura de Evita y Perón tiene que ver con las pasiones que desató y desata. Estos libros demuestran que esa pasión sigue viva en nuestra cultura. Como decía el general: ‘Todos los argentinos son peronistas; hay algunos que lo saben y otros no’”. Perón y Evita eran diferentes; esas diferencias, desde el antiperonismo, fueron subrayadas para plantear una lectura polémica: que Evita estaba a la izquierda de Perón. Santa María recoge el guante del tema. “Muchos decían ‘Néstor es diferente a Cristina’ –compara-. La otra mirada, los que piensan diferente, siempre intentan dividir el campo nacional y popular. Perón es un gran educador y su mejor alumna es Eva. Él la formó y le dio un fuerte contenido político. Pero los dos fueron una pieza fundamental para la construcción del campo nacional y popular”, explica el director general del Grupo Octubre y arriesga una hipótesis sobre la vigencia del peronismo. “Si el peronismo ha logrado algo en nuestro país (como pasa acá también con la revolución cubana), es una verdadera revolución cultural; pudo haber hecho más casas y más hospitales, pero fue una revolución cultural que toma como sujeto a los trabajadores y los empodera a través de las organizaciones sindicales”.

Para la historia del peronismo, Evita y Perón van de la mano. “El antiperonismo que rescata la figura de Eva supongo que lo hace porque se murió joven, como pasa con el Che Guevara: se mueren jóvenes y se santifican –reflexiona Marziotta-. No sé qué hubiera pasado si hubiera seguido viva. El progresismo, que suele ser antiperonista o gorila, como decimos nosotros, no sé si la hubiera rescatado si no se hubiera muerto. Desde el progresismo se toma la figura de Eva muy a la par del Che. Los dos mueren jóvenes, en un momento de esplendor político”. Desde el secuestro del cadáver de Evita hasta el robo de las manos de Perón, los cuerpos de las principales figuras políticas del peronismo han padecido la violencia. “Eva les producía miedo aún muerta –advierte Santa María-. En el libro está la historia de un general que tiene el cadáver en su casa y él tenía tanto miedo que en un momento de noche siente ruido, cree que pasa algo con el cuerpo de Eva, dispara supuestamente a alguien y mata a la señora. Cuando uno no conoce al otro, empieza la discriminación, el miedo y el odio por desconocimiento”. Marziotta precisa que el motor de cualquier tipo de violencia es el odio. “Las manos me remiten a hacer. Perón era un hacedor y cortarle las manos es impedirle hacer y esa gente lo odiaba por lo que hacía. Lo que querían es que no hiciera ni muerto. Todo lo que se buscó siempre era que Perón dejara de hacer lo que mejor hacía, que era hacer. Esa frase ‘mejor que decir es hacer’ es la síntesis de lo que él era”.