Aquí en Buenos Aires, se encuentra de vacaciones Paula Satta di Benerdi, socióloga egresada de la Universidad Nacional de La Plata y amiga del estudiante Patrick George Zaki, un joven egipcio, detenido el pasado 7 de febrero en el aeropuerto de El Cairo, quien regresó -al igual que Paula - a su país natal, para pasar unos días de vacaciones. Patrick no llegó a ver a su familia, amigos y pareja en su ciudad natal Mansoura (ubicada a 120 km de El Cairo), ya que fue detenido por la Seguridad Nacional en el Aeropuerto y desaparecido por 24 horas. Durante su desaparición, fue interrogado, golpeado y recibió descargas eléctricas, como así también, fue amenazado por su activismo a favor de los derechos humanos. Así lo describe EIPR (Iniciativa egipcia para los derechos humanos) la asociación que defiende a aquellas personas detenidas y torturadas en Egipto por ser activistas de los derechos Humanos y en la cual Patrick estaba trabajando.

Patrick y Paula actualmente son becados por el programa Máster Erasmus Mundus en Estudios de las Mujeres y de Género (GEMMA), organizado por un consorcio de universidades europeas que tienen un plan de movilidad y en septiembre pasado coincidieron en Bologna, Italia, al inicio del año electivo europeo. Paula, que a Patrick lo conoció apenas llegó a Bologna dice que “en principio nos ayudamos con hacer los papeles administrativos necesarios para el máster y entre la cursada y las cotidianidades de la vida misma en un país que no es el nuestro nos hicimos muy amigos. Patrick es una bella y sensible persona, que estaba muy interesado por la defensa sobre los derechos humanos y fue una persona muy activa en ese sentido”. 

Paula cuenta que viajaron juntos a Roma el 25 de noviembre por el día internacional contra la violencia hacia las mujeres, para participar en la masiva marcha que se llevó a cabo en aquella ciudad y que fue convocada por el movimiento feminista Non Una Di Meno (Ni Una Menos), pero que también, han participado en marchas que tenían que ver con los derechos sobre LGBTQI y todas aquellas que están relacionadas con Derechos Humanos, inclinándose por la lucha de los derechos y equidad hacia las mujeres, lo que él en su país lo tiene prohibido. Egipto es un Estado con un régimen de gobierno dictatorial, donde se violan los derechos humanos sistemáticamente. En la actualidad, hay 61.000 personas en prisión por ser activistas, en muchos casos con condenas a cadena perpetua y 3000 personas muertas, reportó el refugiado Ahmed Ali ante el Consejo de la juventud de España.

Lo que señala su abogado defensor, es que el joven Patrick, de apenas 27 años de edad, fue detenido en el aeropuerto del Cairo, y lo ilegal fue que luego de 24 hs. de desaparición Patrick, apareció frente a un fiscal que no le correspondía en su ciudad natal, ya que debería haber sido interrogado en el aeropuerto por un fiscal de El Cairo.

Las supuestas causas que enfrenta Patrick en esta detención preventiva son: "la difusión de rumores y noticias falsas para perturbar la paz social y propagar el caos"; "llamar a protestas no autorizadas para socavar la autoridad estatal y la caída del régimen"; "administrar una cuenta de redes sociales que atenta contra el orden social e incitar a la violencia e incidentes terroristas”. Sus redes sociales, a la actualidad, están cerradas, esta decisión fue tomada por sus amigos/as de Egipto para protegerlo a él y demás personas de su cercanía. Para su abogado defensor, así como la detención de Patrick fue ilegal, también estas acusaciones son falsas. La decisión del procesamiento fue la detención en prisión preventiva durante 15 días a la espera de una mayor investigación.

Egipto desde el año 2016, tiene una cuenta pendiente muy importante con Italia por el caso del joven Giulio Regeni, un estudiante de 28 años italiano, torturado en Egipto hasta su muerte. Su cuerpo apareció arrojado a una zanja a las afueras de El Cairo, en la ruta que conecta la capital con la ciudad mediterránea de Alejandría. Giulio fue torturado salvajemente durante cuatro días. Tenía siete costillas rotas y, además de recibir golpes y patadas, fue electrocutado en sus genitales. Su cuerpo presentaba lesiones propinadas con un arma blanca –presuntamente hojas de afeitar- además de abrasiones y contusiones. Desde entonces, las fuerzas de seguridad egipcias han negado cualquier implicación, sin embargo, la fiscalía italiana consideró hace dos años que cinco miembros de la policía y la seguridad nacional habían estado implicados en su desaparición. 

El Estado Italiano ha denunciado, además, la falta de colaboración del régimen egipcio, que ha multiplicado la represión y la campaña de arrestos desde que volvieron las protestas contra el régimen encabezado por Abdel Fatah Al Sisi, en el poder desde el 2013. Luego de las protestas ocurridas en septiembre, cuando la prensa internacional volvió a poner sus ojos en la corrupción manejada por su actual presidente, él simplemente sonrió engreídamente y dijo que eran todas mentiras en medio de un auditorio con localidades agotadas. 

La dictadura en Egipto se endurece más luego de que existan ocasionales ‘primaveras’ que ya son un recuerdo lejano y los crímenes cometidos por el régimen quedan totalmente impunes, como fue el caso de Giulio Regeni. Es por esta razón que la comunidad europea, y principalmente Italia y España, donde Patrick cursa sus estudios, se han pronunciado fuertemente ante las autoridades egipcias pidiendo su liberación. Además, Italia mantiene una intensa y sostenida comunicación sobre el estado de detención de Patrick en sus principales periódicos (Il Manifesto, L’Espresso, La Stampa, La Reppublica) y su cadena televisiva la RAI. Acompañada por manifestaciones en diferentes ciudades pidiendo su liberación.

En la actualidad Patrick está con prisión preventiva, en su ciudad natal, su familia que apenas lo pudo ver una vez, dijo que por suerte en su celda no está solo “que es una pesadilla, y que Patrick tiene que ser liberado para continuar con su intensa actividad universitaria”. El sábado 15, Patrick asistió a su primera audiencia que duró apenas 10 minutos. Como la audiencia se adelantó, había una esperanza de que saliera en libertad. En la sala se encontraban funcionarios de la Embajada de Italia, de la Unión Europea, para monitorear la audiencia, como así también una gran cantidad de medios internacionales y de Egipto, como nunca se ve ante una audiencia local, ni siquiera por juicios políticos del país. Sin embargo, los medios estatales egipcios han descrito la solidaridad internacional hacia Patrick como una interferencia externa en los asuntos internos de Egipto y la campaña de apoyo que existe en Italia hacia él, la acusaron de ‘sospechosa’. Desde Italia, más precisamente desde la Universidad de Bolonga, respondieron que su deber es estar atentos.

Patrick estuvo presente, frente al juez, esposado, con una camisa verde y de aspecto prolijo, alcanzó a decir que “no había hecho nada malo y que quiere volver a Italia”. Su abogado expresó la ilegalidad de su arresto, como así también las torturas que había sufrido y que el Estado hizo uso de una denuncia falsa y de una orden de arresto vigente desde septiembre de 2019, poco después de la salida hacia Italia del investigador y activista.

En un momento, según relata su abogado y hoy salió publicado en el diario en Il Manifesto, que el juez parecía estar convencido de darle su libertad, pero hubo un llamado que hizo que Patrick vuelva otra vez a la celda.

 Su abogado sentenció, que es obvio que un caso como este, con tanta presión internacional, no lo puede resolver un juez de provincia.

El próximo 22 de febrero se presentará para otra audiencia. En el régimen judicial de Egipto, esta situación de presentarse cada 15 días ante el juez puede durar, semanas, meses o años.

Su abogado defensor dijo que a Patrick le pueden dar perpetua. Italia presiona por su libertad, sus amigos, amigas, compañeros y estudiantes de toda Italia dicen que el Estado de Egipto no los va a cansar y que las protestas van a seguir exigiendo su liberación hasta que Patrick vuelva a Italia, su nuevo hogar y también pueda estar junto su familia. El único propósito de esas vacaciones.