El fiscal Pablo Cabot informó que siguen trabajando en la hipótesis de que Raúl Eduardo Pereyra mató a la hija de 8 años en el caso de los dos cuerpos hallados el fin de semana en un auto a un costado de la ruta nacional 34, cerca de General Ballivian. En tanto la familia es de General Mosconi. La pareja estaba separada y había una denuncia por amenazas de septiembre de 2019.

El informe preliminar de la autopsia a los cuerpos del hombre y su hija  reveló que ambos presentaban una herida de arma de fuego sin orificio de salida. El fiscal penal Pablo Cabot informó que siguen trabajando sobre la hipótesis principal de que el progenitor le quitó la vida a la niña y luego se suicidó.

El fiscal sostuvo que dicha teoría será corroborada mediante las pruebas restantes, “pericial balística y de laboratorio” que aún deben realizarse. “Cuando tengamos los resultados podremos arribar a una conclusión”, sostuvo Cabot. El arma pertenecía a este hombre, era una calibre 22, resta que se analice si las balas disparadas coinciden.

La madre de la niña es del pueblo wichi, Cabot informó que fue hasta General Mosconi donde vive la familia a entrevistar a la mujer. El fiscal contó que la pareja estaba separada hace 5 meses y tenían dos hijas en común, de 8 y 11 años. El fiscal se enteró por la mujer que en septiembre había realizado una denuncia por amenazas y no supo responder qué medidas se habían tomado al respecto.

Cabot sostuvo que creen que fue un asesinato en el marco de una “venganza en la mente y parámetros del autor” para dañar a la madre. Explicó que en estas situaciones, la víctima material del homicidio no es a quien el autor tiene en mente sino “un familiar directo, una persona muy allegada para causar mayor dolor”, en este caso a la mujer. También se denominan este tipo de crímenes como femicidios vinculados.

El fiscal explicó que el progenitor retiró a la niña la noche anterior y se comprometió a regresarla al hogar materno al día siguiente, el domingo en la mañana no lo hizo. La madre alertada además por mensajes que habría recibido de la expareja hizo la denuncia.

El hombre trabajaba como “changarín y dormía en un galpón cercano a la zona industrial de Mosconi”, explicó Cabot. El fiscal dijo que este hombre ya se había llevado antes a la niña pero no hubo problemas según lo que habría conversado con la madre. Sin embargo hasta el momento no hay indicios de la participación de otras personas en las muertes ocurridas.

Según el Servicio de Tanatología Forense del CIF Orán, padre e hija presentaban cada uno una herida de arma de fuego sin orificio de salida en la zona del cráneo