El jueves que viene es el día elegido por la cúpula de la Confederación General del Trabajo para decidir “si hay una medida de fuerza y en qué fecha”, según informó uno de los miembros del triunvirato que conduce a esa organización, Héctor Daer, 48 horas después de la multitudinaria marcha en protesta contra las políticas económicas del gobierno nacional que terminó con el reclamo generalizado de un paro general. “Nadie del Gobierno nos llamó para reunirnos, ni a mí ni a otro de mis compañeros del triunvirato, ni a la mesa chica”, agregó el líder del gremio de Sanidad, desmintiendo versiones periodísticas de un acuerdo entre la dirigencia cegetista y el Poder Ejecutivo para evitar la huelga.

“El jueves de la semana que viene el Consejo Directivo se va a volver a reunir y definiremos si hay una medida de fuerza y en qué fecha será. Si tenemos que fijar una fecha, la vamos a fijar; eso nunca estuvo en discusión”, dijo Daer ayer por la tarde, agregando una nueva escena de suspenso a la película que tuvo su principal giro argumental este martes. Además, dijo que habrá una cita entre el triunvirato que conduce la CGT, conformado por tres secretarios generales de gremios de servicios, y los sindicatos del sector industrial, más golpeados por la coyuntura y quienes más presionan por avanzar con medidas de fuerza más duras.

Daer dejó una puerta abierta a que se levante el reclamo, en caso de que haya respuestas concretas del Gobierno a “la agenda” que la central obrera está planteando. Para evitar el paro, agregó Daer, “el Gobierno tendría que anunciar que cambia su política aperturista indiscriminada por una política de desarrollo, de defensa de la industria, que no le pondrá topes a las paritarias, y debe dejar de transferir directa o indirectamente beneficios a los que más tienen y más ganan, además de dejar de mantener un sistema financiero con altas tasas de interés que sólo sirven para la timba financiera”.

Por su parte, el secretario general del gremio de Panaderos y secretario de Finanzas de la CGT, Abel Frutos, consideró que la fecha del paro está “más cerca de los primeros días de abril”, que de fines de marzo, porque el 30 de marzo es “una fecha histórica para los trabajadores”, y quieren evitar “comparaciones”, en referencia al paro histórico que el 30 de marzo de 1982 realizó la CGT Brasil liderada por Saúl Ubaldini contra la dictadura militar. Encargado de la organización del acto del martes, que terminó con disturbios, Frutos dijo que fueron “programados por algún travieso” y agregó: “Todos sabemos quiénes son”.

Desde la Asociación Obrera Textil, conducida por Hugo Benítez, llegó una muestra de apoyo al triunvirato y una nueva advertencia al gobierno. En un comunicado, reclamó también por “el inmediato cese de un plan de gobierno que expulsa mano de obra a través de suspensiones, despidos, reducción de horas extras y cierres de empresas”. Según el texto, “el gobierno no puede hacer oídos sordos frente a semejante hecho protagonizado por los trabajadores en reclamo de la urgente corrección de las medidas económicas aplicadas en detrimento de la producción nacional y, en particular, de la industria textil”.

Para Benítez, “ya no alcanza con el diálogo” sino que “es preciso el urgente cambio de rumbo porque tampoco basta con generar las condiciones para indemnizar a los trabajadores”. El movimiento obrero, concluyó, debe estar “al frente de la lucha, que debe ser protagonizada con unidad para defender las conquistas sociales y los derechos laborales que aseguran el convenio colectivo”.

Diferente fue el tono utilizado por el secretario general de la Asociación de Trabajadores del estado (ATE), Hugo ‘Cachorro’ Godoy, que afirmó que “las protestas” contra la política económica “van a continuar” y que “los dirigentes que quieran ser cómplices van a ser arrasados por ese reclamo”. Para el dirigente que forma parte también de la conducción de la CTA, “hay que obligar” al Gobierno “a que cambie el rumbo económico” y “si no lo hace, las protestas van a continuar.”