Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, los dos rugbiers que fueron liberados pero siguen siendo investigados como partícipes necesarios del asesinato de Fernando Báez Sosa, se presentaron a declarar este jueves ante la Fiscalía de Villa Gesell. Pero no dijeron ni una palabra. Con una estrategia distinta al resto del grupo acusado por el crimen, no respondieron ninguna de las preguntas formuladas por la fiscal Verónica Zamboni pero tampoco opinaron sobre los supuestos errores procesales que denunciaron los otros ocho. 

Antes de las indagatorias, las cámaras de televisión tomaron a Guarino dialogando junto a su padre y a su abogado defensor, Hugo Tomei, agarrándose la cabeza y llorando en varias oportunidades. Luego del trámite judicial, se retiraron todos en el auto de Tomei. 

Ayer, los otros ocho imputados se quejaron durante la audiencia realizada de aparentes fallas en la instrucción que habría en el expediente y afirmaron que no declararon porque nunca les informaron la acusación. Hoy, se confirmó que el abogado Tomei presentó además a las pocas horas la apelación a las prisiones preventivas dispuestas por Zamboni. Ahora será la Cámara de Apelaciones de Dolores la que deba confirmar o modificar la situación de los imputados. 

La Sala I de dicho tribunal, que está integrada por los camaristas Fernando Sotelo, Luis De Felitto y Susana Yaltone, es la designada para actuar en el expediente. En el documento, la defensa planteó su disconformidad con la resolución del juez David Mancinelli respecto de las nulidades sobre presuntas irregularidades por parte de la fiscalía, las cuales ya habían sido presentadas en la audiencia preliminar del jueves pasado en un escrito.

Además, los ocho imputados se negaron a declarar sobre el hecho en sí y refirieron estar presionados por la prensa y por los presos. Los imputados de ser coautores del crimen habrían aprovechado la audiencia para decir que nunca se los notificó sobre la acusación ni se les dio detalles del hecho que se les imputaba.

"Primero quiero saber si todo eso es lo que se me tenía que leer desde el primer día, que a mí no me explicaron nada el primer día, nos tuvieron ahí parados todos juntos sin explicarnos nada”, declaró Máximo Thomsen, acusado como coautor del crimen.

En su declaración, el joven se quejó por la falta de explicaciones y el trato que recibieron por parte de la fiscal. “Lo único que se nos explicó es que la noche anterior se le había entregado a una familia un pibe en un cajón... Nosotros no sabíamos nada. Y al no saber nada, nunca tener un antecedente penal, nosotros confiamos en la Justicia y después nos dimos cuenta que la fiscal nos mintió en la cara", dijo Thomsen.