Un día después del espaldarazo que recibió por parte del FMI, el Gobierno apostó a mostrarse en plena actividad. A los actos ya previstos, el de la mañana en Escobar y el de la tarde en Olivos, le agregó una reunión en la Casa Rosada que se podría considerar el debut del Consejo Económico y Social con la participación de funcionarios, sindicalistas y empresarios. Tan promocionado durante la campaña, la organización del Consejo parecía haber entrado en un impasse, que ayer se reflotó para hablar en trazo grueso sobre la renegociación de la deuda, precios, salarios y reactivación económica. En Gobierno destacaban el encuentro porque al fin pudieron salir de la agenda financiera para hablar de la economía "real", más a tono con la prédica oficial. La movida coincidió con los nuevos elogios públicos que le prodigó el presidente Alberto Fernández al ex candidato presidencial Roberto Lavagna, lo que disparó de nuevo las versiones sobre su posible desembarco al frente de este Consejo, pero desde su entorno volvieron a bajar las expectativas sobre un cargo.

"El objetivo del Gobierno es trabajar en la disminución de los índices de inflación y el crecimiento del salario real de los diferentes sectores productivos, que se encuentran en una crisis importante y deben volver a la senda de la producción y el crecimiento", sostuvo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que encabezó la reunión de la que participaron los integrantes del gabinete económico: el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, el de Producción, Matías Kulfas, el de Trabajo, Claudio Moroni, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. Este gabinete se reúne todos los miércoles para un seguimiento de la actividad económica, pero esta vez se atrasó un día a la espera de la resolución del FMI y se amplió a empresarios y sindicalistas, otorgándole un cariz mucho más trascendente. 

Pero del lado de los invitados no todos estaban muy al tanto de lo que se trataba. Uno de los secretario generales de la CGT, Héctor Daer, comentó en una radio poco antes que estaba yendo a la Casa Rosada pero no sabía para qué había sido convocado. Eso sí, en cuanto se puso en tema fue elogioso tanto con el encuentro como por el logro conseguido por el Gobierno ante el FMI.  "Venimos conversando hace rato de la necesidad de ir generando acuerdos necesarios con la perspectiva de mediano y largo plazo como país, más allá de la coyuntura", sostuvo el jefe gremial. 

Respecto a los reclamos sindicales, subrayó que en la actual situación de recesión los sectores empresarios debían comprender que era un momento para posponer la idea de una mayor rentabilidad y les recomendó "poner en marcha la parte ociosa del sector productivo". A Daer lo acompañaron en la mesa su coequiper cegetista, Carlos Acuña, Antonio Caló (UOM), Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Cavalieri (Comercio) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). 

En el Gobierno celebraban su capacidad para armar estos encuentros multisectoriales. Porque al lado de Daer se ubicaron los representantes empresariales con Miguel Acevedo y Guillermo Moretti (UIA), Daniel Funes de Rioja (COPAL), Adrián Kaufmann Brea (Arcor) y Luis Betnaza (Techint). Acevedo, quien desde la campaña que viene mostrando coincidencias con los planteos de Alberto Fernández, explicó que "el Gobierno está tratando de conseguir una convergencia" de distintas variables, donde se incluyen "dólar, inflación y eso es a lo que hay que llegar" para estabilizar la situación del país.

Obviamente, Guzmán hizo un repaso de lo expresado por el FMI y de su objetivo de conseguir una reestructuración de deuda que ofrezca un margen para la reactivación de la economía. También se destacó la baja conseguida en el último índice de inflación, como un objetivo que se debía mantener. En lo referido a lo que en la Rosada destacaban como medidas para la economía "real" apuntaban a los créditos para Pymes lanzados en los últimos días, la moratoria presentada por la AFIP, el relanzamiento de los Precios Cuidados y el reparto de las tarjetas Alimentar, que ya muestran una inyección de recursos estatales que van directo al consumo. 

En coincidencia con la reactivación de la idea del Consejo Económico y Social -en la Rosada aclaraban que no había sido su debut-, el Presidente encabezó más temprano un acto en Garín por la apertura de una planta de medicamentos biológicos, en la que Roberto Lavagna reapareció en primera fila junto al designado embajador en España, Ricardo Alfonsín. "Nosotros, con Roberto advertíamos que era una Argentina de ilusión, que indefectiblemente iba a encontrar un momento de quebranto", sorprendió Alberto Fernández en un momento del discurso. Hizo después una segunda mención a Lavagna, de quien ya había dicho que le gustaría que asumiera la presidencia del Consejo, una idea que el propio ex ministro había impulsado enviando un proyecto al Congreso. Pero desde su entorno volvieron a descartar la idea de un cargo, como el que sí asumió su hijo Marco en el Indec y el diplomático Rodolfo Gil como embajador en Portugal.