El Centro de Experimentación del Teatro Colón cumple treinta años y comienza su temporada recordando a Gerardo Gandini, su creador, primer director e impulsor tenaz durante el despegue de la experiencia. Foco Gerardo Gandini se llama el ciclo que desde el martes 3 hasta el domingo 15 articulará conciertos, una mesa redonda y la proyección de la película Los trabajos y los días. Precisamente con el premiado trabajo de Juan Villegas, una mirada sobre la cotidianidad del CETC, comenzará la serie: las proyecciones serán hoy martes, el miércoles, el jueves y el martes 10, a las 21, y el miércoles 11 y el jueves 12 a las 21.30. También con entrada gratuita, con previo retiro de localidades en las boleterías del teatro, el viernes 13 a las 18 Ezequiel Grimson coordinará la mesa redonda En torno a Gerardo Gandini: recuerdos, discusiones y prospectiva, con la participación entre otros de la pianista Haydée Schvartz, que interpretará Viernes Santo y Lluvioso, la obra que Gandini compuso en 2002.

Con un programa titulado Gandini Band, con la dirección musical de Valentín Garvie y Santiago Villalba, comenzará el viernes 6 y sábado 7 a las 20 la serie de conciertos. El jueves 12 y sábado 14 a la misma hora y el domingo 15 a las 17, se presentará la nueva producción del CETC sobre Ocho canciones para un rey loco, de Peter Maxwell Davies. La relectura del monodrama musical del compositor británico, ya programado por Gerardo Gandini en el CETC en las temporadas 1992 y 1994, contará con la actuación de los barítonos Víctor Torres y Alejandro Spies, dramaturgia y dirección de escena de Carolina Piola y el Ensamble Geam, bajo la dirección musical de Annunziata Tomaro. Para los conciertos, la entrada general es de $450; estudiantes y jubilados $330 y el pase cultura de $ 260.

La vanguardia es problemática, conflictiva y, en los casos mejores, desquiciada. Debe serlo, es su misión y parte de su esencia. A ese espíritu el CETC no estuvo ajeno en estas tres décadas de historia. Incluso como institución supo atravesar períodos en los que quedó a merced del fuego cruzado de las eternas y discusiones entre lo nuevo y lo viejo. Como en 2008, cuando en ese espacio se colocó la muestra de vestuarios de óperas tradicionales El mundo de Giuseppe Giacosa, como anticipo del museo temático que el entonces director del Colón, Horacio Sanguinetti, quería instalar en ese subsuelo apenas reacondicionado. Fue sólo un episodio, que se diluye entre nombres significativos de la experimentación artística que jalonaron la historia del CETC como Mariano Etkin, John Cage, Morton Feldman, Martín Matalón, Alfredo Arias, León Ferrari, Gabriela Prado, Edgardo Cozarinsky, Diana Theocharidis, Martín Bauer, hasta la actual dirección de Miguel Galperín.

“Muchos creadores encontraron espacio en el CETC, su rol fue y sigue siendo fundamental”, dice Valentín Garvie. El trompetista y director tendrá a su cargo, junto al pianista Santiago Villalba, la dirección de Gandini Band, un homenaje va más allá de la música y recala en el espíritu de Gerardo Gandini. “La idea fue hacer un proyecto más abierto, no tan literal, sobre su música, promover una aproximación creativa más que abordar obras acabadas, concentrarnos en el Gandini improvisador, el aventurero en distintos géneros, que con mucha frescura e irreverencia supo acercarse por ejemplo al tango y al jazz”, explica Garvier, que se formó y trabajó durante muchos años en Europa, donde entre otras cosas integró el Ensamble Modern.

“Para esta idea se me ocurrió convocar para dirigir juntos a Santiago Villalba, compositor y pianista, que fue alumno de Gandini y conoce muy bien su obra. Con él tuvimos la posibilidad de acceder al archivo Melos, donde nos facilitaron una serie de partituras y obras de Gandini, entre las que estaban los cuatro cuadernos de Diarios, piezas escritas para piano, que el mismo Gandini tocó en vivo, pero que también uso como bocetos para obras más grandes”, relata Garvier. “Nos pareció interesante tomar algunas de las piezas de estos Diarios y hacer una versión para un pequeño ensamble, con la improvisación está en primer plano. Y así convocamos un grupo de jóvenes destacados en la escena del jazz experimental”, continua el músico, que será además trompetista del grupo que se completa con Villalba en piano, Camila Nebbia en saxo, Nacho Szulga en contrabajo y Juan Filipelli en guitarra.

También la película Los trabajos y los días alude a la figura de Gandini de manera oblicua. El disparador del documental tuvo que ver con indagar el modo en que funciona una institución relacionada a la producción artística de vanguardia. “Me atraía la idea de reflejar una institución tan singular, un espacio público que produce lo que no está en el centro”, comenta Juan Villegas, su realizador. “Profundizando esa idea surgió la necesidad de contar no solo el trabajo de los artistas, también el de los productores, los administrativos, el personal de limpieza, de seguridad y todos los que hacen que una obra llegue al público. Eso resultó fundamental para estructural el documental, que cuenta los días previos al estreno de una obra”, explica Villegas.

“Durante la realización e incluso en el montaje, surgieron otras capas narrativas, sobre todo en relación a Gerardo Gandini. La centralidad de su figura en la creación y el desarrollo del CETC se fue configurando a través del relato de los testimonios”, sigue contando. “Entonces apelé a una película de Rafael Filipelli que registra el montaje de Liederkreis, la ópera de Gandini y es una suerte de retrato del artista. Como FIilipelli es para mí además un maestro y un referente, sentí que era también un homenaje a él. Y que mi película podía funcionar como espejo de la suya, que también está filmada en el Colón y que también registra la preparación de una obra”.