Fue en una clase en La Catedral en 2012. La guitarrista y cantora María Laura Santomil, alias Maleva, llegó a su clase como cualquier otra noche. Estaba acostumbrada a que el número de alumnas superara siempre al de los varones presentes, de modo que venía muy bien que, como era su costumbre, Maleva se ofreciera a conducir a alguna otra chica. “Pero un día, se alteró esa regla y de pronto estábamos parejos y me querían poner a bailar con un señor y ser conducida. Y me enojé. Mucho. Me había empeñado en que quería conducir. Entonces, el señor al que le tocó conmigo, que tendría más o menos la edad de mi papá, gordito, con bigote, tuvo un gesto, me dijo ‘vos no te hagas problema, yo hago de mujer’”.

Las milongas, cuenta Maleva, ya no son lo que eran y aquella escena hoy desentonaría bastante: “En ese momento, se habla así: ‘hacer de mujer’, ‘de hombre’. Hoy la cotidianeidad de la milonga es otra. No existía esta libertad. Yo vivía interpelando a los profesores: ‘si todos pagamos la misma plata, ¿por qué yo puedo practicar el rol que yo quiera? Hoy se habla directamente de conductor/a y conducido/a. Hoy hay milongas que no aclaran si son queer o no queer, y la gente va y baila como quiere y punto. Tal vez alguna a lo sumo se presenta como ‘milonga libre de roles’”.

Maleva es una de las más de ochenta hacedoras de la escena cultural tanguera argentina (músicas, intérpretes, comunicadoras, bailarinas, poetas, investigadoras y gestoras culturales) congregadas en Tango Hembra, el festival feminista que este viernes y sábado ofrecerá una grilla llena de espectáculos con el madrinazgo de Susana Rinaldi, talleres de cambio de rol, presentaciones de libros y más. El cantito que corean a cada rato las cantantes y las organizadoras del evento resume su espíritu: “Atenti, muchachos, el tango ya no es macho”. Se trata del primer festival de estas características en el mundo, un mundo que ya no se parece en nada al 2012.


SER O NO SER (BINARIOS)

“Investigamos y no encontramos otro festival de tango feminista. No, en Europa tampoco. Nuestra idea es poner en valor todo el laburo que hay de músicas, bailarinas comunicadoras en el universo del tango, una tradición que exagera mucho el tema de la masculinidad y donde conseguir trabajo es muy difícil”, dice una de las organizadoras, Florencia Ubertalli.

“Participo y apoyo profundamente la movida pero no puedo dejar de señalar que el nombre del festival reproduce el binarismo que desde el tango queer venimos poniendo en disputa hace muchos años”, acota la cantante Fifí Real, que el sábado 7 de marzo va a compartir escenario en el festival con la orquesta La Empoderada. Participa sí, pero con reservas: “Voy a hacer este mismo planteo durante la presentación. Porque la idea es abrir las discusiones no cerrarlas. Lo que me lleva a pensar: algo que marca este momento es la pulsión por la inclusión. Pero falta preparación para poder generar espacios con personas no binarias. De todas maneras es para resaltar que a todo el mundo le de miedo ser binario y no puedan hacerse cargo de lo que son y ya”.

El nombre “Tango hembra” es una forma de ironizar acerca de lo que decía Julio Sosa, aquello de que “el tango es macho”, responden desde la organización del festival. “Es un chiste y de ningún modo haber usado la palabra ‘hembra’ es símbolo de que seamos un espacio reducido a las personas autopercibidas mujeres, desde el punto vista biológico y de la lógica binaria. Compartimos sin duda el deseo de que haya igualdad más allá del género que cada quien abrace en cada momento de su vida. Tampoco se nos escapa que si bien celebramos la Ley de Cupo femenino en la música como algo positivo, hay un problema que es que otras identidades están quedando afuera. Es un problema no resuelto.”, aclara sobre este tema la cantante Florencia Ubertalli.

LAS DÉCADAS BAILADAS

Desde hace veinte años el tango queer viene sacudiendo el circuito del 2x4, poniendo en tensión la estampita obligatoria para el bolsillo del turista: la pareja de hombre y mujer entrelazados, cada cual en su sitio, con la bandera de fondo. La propuesta del tango queer es, en resumidas cuentas, un intercambio de roles de baile donde conviven las identidades sin jerarquías. Y si se tiene en cuenta la genealogía de cómo fue inserción en las milongas este modo de ser y estar en la pista, se trata sin duda de un aporte de origen lesbiano para revolucionar ese género musical.

Para Mariana Docampo, que presentará su libro Tango Queer en el festival, la movida de la que es pionera creció en cantidad y en calidad. En cantidad, porque hoy en día en Buenos Aires es muy sencillo encontrar una milonga de este estilo cualquier día de la semana, y en calidad, porque el circuito del tango tradicional fue intervenido, flexibilizado y modernizado por la fluidez de los roles y la posibilidad de bailar guiando o dejándose guiar indistintamente en casi cualquier milonga: “salvo espacios especialmente conservadores, no es raro ver parejas del mismo sexo bailando, o ver mujeres conduciendo”, explica.

El Tango Queer, empezó allá por los 2000 en la Casa del Encuentro, con algunas parejas de lesbianas que se acercaban para ensayar paso a paso el quiebre de la tradición. En 2006, en asociación con la Marshall, de Augusto Balizano, Mariana creó el Primer Festival de Tango Queer de la Argentina y desde entonces la propuesta se expandió vertiginosamente. “Una persona de 20 años que se acerca hoy al tango ya no se va a encontrar con un ambiente ultraconservador, marcado por los estereotipos patriarcales, hoy se acerca a una danza que puede bailarse de muchas formas. En la primera década del XXI el tango queer fue una ola previa a la ola feminista actual, al que se liga Tango Hembra”, dice Docampo.

La movida estética originada en los 90 del llamado Tango Nuevo y la proliferación de milongas populares a la gorra en todos los rincones de la ciudad también contribuyeron a esta transformación del circuito del tango tradicional, y a relajar las maneras de bailar. Hoy es muy habitual ver en los ambientes de tango, no necesariamente queer, a dos mujeres bailando juntas, intercambiando roles, o a una mujer guiando a un varón. “Ahora todo es más flexible. Se piensa que siempre fue así pero creer que las cosas siempre fueron así invisibiliza, una vez más, la importancia de la movida de las lesbianas en esta transformación. Porque en La Queer no solo enseñábamos a bailar los dos roles a las mujeres sino que además era un espacio en donde podíamos practicar, y eso es muy importante para afianzar el baile. Siempre propiciamos un ambiente amigable que alentaba esta práctica, les daba seguridad a las mujeres que querían guiar. Hoy si una mujer que recién empieza a bailar quiere aprender a guiar en una milonga del circuito no queer, nadie te lo va a negar, o casi nadie. Antes si querías guiar, era complicado encontrar un hombre que se dejara y había miedo de ‘pasar por lesbiana’ si te veían bailando con otra chica. Hoy el feminismo logró que se reduzca ese miedo. Eso es buenísimo para las lesbianas y para las mujeres en general, porque tiene que ver con nuestra libertad de elegir, nuestra libertad sexual, nuestra libertad de amar”. Hoy la Milonga Queer no es lugar de encuentro exclusivamente lgbti: “vienen todes, pero con nuestras reglas, para quienes quieran tomarlas.”

GARGANTA CON ARENA

“Siempre se habló de que el tango es macho, en las letras y en las composiciones. Si bien falta visibilizar muchos temas y desigualdades, esa visión ya fue. Este festival viene a mostrar lo que ya sucede: que el tango hoy es diverso. El paño de lo que es el tango hoy. También es cierto que tenemos que ser mejores”, cuenta Bárbara Grabinski, voz de la orquesta Desde el sur del litoral. Grabinski quiere decir que falta visibilizar desigualdades, y que se cumpla la Ley de Cupo en la música que se aprobó el año pasado, que plantea reservar un 30 por ciento de la grilla de los ciclos para cantantes y bandas de mujeres.

Falta también que los varones vayan a los festivales de tango feministas como público, disfruten y acompañen. Falta, cuenta Bárbara, que le dejen de decir al oído este clásico con tonada de carcamán: “Mirá que a mí no me gustan las mujeres cantando tango, pero vos Polaca… ohhhhh”. La de Bárbara no es una vocecita de dama: “¡Es una voz gruesa de cancha! Pero a esa voz y a mi actitud recién me las banco ahora, desde hace pocos años. En el escenario y en la vida. Antes trataba de disimular con una actitud corporal ‘minita’. Siempre en mi vida me vi en la necesidad de ocultar mi parte más varonil. De chica me gustaba jugar al futbol en la vereda y las vecinas me agarraban en la calle y me arrastraban a mi casa. Años después empecé a estudiar teatro, y así fue como pasé a improvisar tangos en un bar. Al poco tiempo armé los ciclos Noches Bárbaras para relacionarme más mujeres que estuvieran en el ambiente, mujeres que hoy son mis grandes amigas”. Las quería conocer de primera mano porque sólo le llegaban los comentarios de tangueros: “ésta es una loca”, “aquélla, una jodida”.

OTRAS LETRAS

En la necesidad de que proliferen nuevas letras coinciden todas, y también Fifi Real: “Hasta en las milongas queers se bailan letras binarias. La orquesta de mujeres China Cruel y la milonga Feminil en este sentido son súper interesantes. Porque si no, queremos hacer cosas nuevas pero caemos en la reinterpretación de los mismos tangos. La escena pide nuevas letras que reflejen lo que está pasando en los colectivos. Faltan letras que se puedan alejar no solo de los tangos de los años 40, sino de los de los 90, de ese tango ligado al turismo menemista, ese relato heteropatriarcal cis del tango pasional que se repite en todas las casa de tango, donde se explota a los músicxs y a lxs bailarinxs para seguir con ‘La cumparcita’ y ‘El día que me quieras’”.

El movimiento joven, dice Fifí, debe cruzar la vereda: “No me refiero a los intentos de mezclar el rock con el tango, porque parecería que el tango es sólo algo en lo que caen los rockeros al llegar a viejos. El movimiento joven tiene que ir por un camino descontracturado sin perder la fantasía milonguera. Quiero volver al tango popular que hable de lo que está pasando hoy en la calle. Más allá de los temas del dúo Bife, Alto Bondi y Susy Shock no veo suficientes representaciones marikas dentro del tango canción”.

TANGO HEMBRA: Segundo Festival Internacional Feminista de Tango. Viernes 6 y sábado 7 de marzo a partir de las 18 en el Galpón B, Cochabamba 2536.