Desde Santiago

Francisca Barbosa tiene 25 años, integra el Movimiento Anticapitalista chileno y su militancia la respira en la calle. Ése es el espacio vital de esta estudiante de Derecho y trabajadora que lleva dos símbolos muy fuertes sobre su cuerpo: el pañuelo verde atado al cuello que expresa la lucha a favor del aborto y una remera violeta con la imagen estampada de Silvana Garrido Urdiles, víctima de un femicidio el 27 de enero de 2019.

-¿Cómo vivió la marcha por el 8M que marca un nuevo mojón en la lucha de las mujeres chilenas?

-La marcha ha sido histórica. Una vez más salimos las mujeres y esta vez aproximadamente fuimos dos millones en Santiago. Las calles estuvieron repletas y no solo la Alameda. Demostramos que existe la fuerza de la movilización para decir: no queremos que Piñera nos siga gobernando. Nuestras demandas son demandas de la clase trabajadora y muy centrales. Somos parte del movimiento social y estamos a la cabeza de él. Impulsamos y reinauguramos un calendario de lucha porque la gente nunca dejó las calles. Las calles nunca se vaciaron. Nuestras demandas son todas anticapitalistas y ninguna se resuelve en el marco del capitalismo. Hay que salir a denunciar eso que para nosotras es muy importante.

- Es evidente que las mujeres están en la vanguardia, pero hay otro componente de lo que acá se llama la Primera línea y son los jóvenes estudiantes. Pero no aparece la clase trabajadora organizada. ¿A qué lo atribuye?

- La juventud y las mujeres han sido fundamentales desde el estallido hace más de cuatro meses. En cosas muy concretas: nosotras creamos el colectivo las Tesis con el himno feminista Un violador en tu camino; el boicot a la PSU (Pruebas de Selección Universitaria), o sea que ellas y ellos hicieron el primer acto de rebelión y creemos que la clase obrera no entró con fuerza porque las burocracias sindicales tienen un rol determinante en esa ausencia. Además, claro, de que en Chile hay una sindicalización del 12 por ciento y los gremios son pocos y despolitizados. La dirigencia nucleada en la Unidad Social, la CUT, los gremios más importantes, llamaron a un paro de 11 minutos el 11 de marzo a las 11 de la mañana cuando se cumplan dos años de gobierno de un presidente que es responsable de asesinatos, mutilados y todas las violaciones a los derechos humanos en el país. Es ridículo. Nosotras estamos cansadas del saludito a la bandera; de que se diga “saludos al colectivo feminista”, “Piñera es un asesino”, “tiene que renunciar” pero no pase nada.

-La salida que conciben para el presidente es la renuncia. Ahora bien. ¿Y después qué? ¿Qué sería superador del sistema que ustedes cuestionan?

-Nosotras decimos que además de Piñera deben irse todos. Creemos que tenemos la fuerza para sacar a un presidente. Hay sectores políticos que dentro del Congreso como afuera no se lo han propuesto como tema central y no fueron capaces de imponer su trabajo militante y organizativo para poder echarlo. Acá mandamos nosotras pero también manda la movilización y creemos que la mejor salida no es que salga solo Piñera. Hay gente que dice que si se va él vienen los milicos y hay sectores que están con aquello de más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Hoy su gobierno no puede sostenerse. Los asesinos están impunes pero la fuerza de la movilización ha seguido la ofensiva y eso siempre dio resultado para nosotras. Piñera tiene un 6 por ciento de aprobación y él nos gobierna porque la oposición le vota las leyes. La centroizquierda desde el Congreso le vota las leyes. La Concertación y el Frente Amplio. Nosotros tenemos una ley anti-barricadas, anti-saqueos porque todo el Frente Amplio legisla las propuestas de gobierno que creemos que criminalizan. Montar una barricada o parar un auto se castiga con cárcel.

-¿Para su espacio mantenerse en la calle es tan estratégico como primordial?

- Sí, es primordial pero también queremos avanzar en la unidad de la izquierda. Ese sería un paso fundamental. Hace mucho tiempo que estamos abogando por la organización, por el componente importantísimo que tiene la llamada Primera Línea y hay que desarrollar otras políticas. Todavía hay mucha espontaneidad y está bien, pero falta que la dirigencia se una con una voz centralizada que proponga seguir luchando por una constituyente libre y soberana, ya que esta cuestión es una trampa.

-¿Cuál es la posición de ustedes sobre el plebiscito de abril?

-Para nosotros y nosotras el sí se traduce en decir que no queremos más la constitución de Pinochet. Y esto es progresivo. No llamamos ni al boicot ni al rechazo, no estamos con los sectores de la izquierda que lo han hecho, pero me molesta este binarismo de apruebo o rechazo porque es algo que nos impusieron y no vamos a aceptarlo y vamos a ir a votar el apruebo pero avanzando en la unidad con otros sectores de izquierda para seguir denunciando, desbordando el proceso a diferencia de estos sectores reformistas. No es legítimo, pero tampoco podemos regalarle el rechazo a los fachos. Nosotros no estamos con esas posiciones que dicen “se viene el fascismo”, “que los militares van a salir a la calle”, que “el próximo presidente va a ser igual que Bolsonaro”.

- ¿Quién sostiene a Piñera, más allá de su voluntad de seguir en el gobierno?

-Para mí Piñera cogobierna con el Congreso y con políticos que defienden la gobernabilidad o que abogan por el pacto o el acuerdo que son figuras de la Concertación, todos unos viejos decrépitos totalmente responsables de la mierda que ha pasado porque ellos han administrado y profundizado el legado de Pinochet.

-¿Cómo seguirá todo después del 8M?

- Con la huelga general feminista que continúa este lunes y el miércoles que se cumplen dos años del gobierno de Piñera. Claramente no vamos a adherir a ese paro de once minutos y vamos a salir a la calle con fuerza. Está planteada una movilización y habrá mucha gente en la calle.

-Los grupos que se ven en distintos lugares de Santiago cubriéndose las caras con pañuelos y deambulando por los cortes en la ciudad, ¿son parte de esa espontaneidad que mencionaba?

- Hay un fuerte cuestionamiento a la política en general y a los partidos, como que muchos entienden que la política es sinónimo de partidos y que ellos son únicamente los que están en el Congreso. La rebelión que no es de izquierda ni de derecha se dio así, un poco a partir de grupos de amigues que se dijeron, vamos, nos encapuchamos. Por sectores como la Dignidad o Santa Lucia ves que están encapuchados durante todo el día y como se vio en octubre, noviembre y diciembre hay barricadas por todas partes donde se hacen fogatas. Nosotras el miércoles vamos a ir lo más cerca posible de La Moneda y tratando de posicionarnos en el discurso de que Piñera es un asesino y se tiene que ir. Paramos el 8 y el 9 en los trabajos productivos y reproductivos.

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