Joe Biden se impuso en otra jornada clave de la interna del Partido Demócrata para la candidatura a la presidencia de Estados Unidos. El estado que repartía más delegados era Michigan, donde Biden se imponía por 12 puntos de diferencia. También le sacó amplia ventaja en Missouri y Mississippi. En total, los estadounidenses votaron en seis estados en donde se repartieron 352 delegados. Se necesitan 1991 delegados para alcanzar la candidatura presidencial. Biden llegaba a esta jornada con 652 delegados, en tanto que Sanders reunía 575.

Michigan era el estado bisagra en esta elección. Allí estaban en juego 125 delegados. En las presidenciales de 2016 en este estado históricamente demócrata Trump dio la sorpresa ganando la elección. Sin embargo en las primarias de ese mismo año Sanders se había impuesto a la precandidata Hillary Clinton. Eso hacía pensar que el senador por Vermont volvería a ganar la interna este año. Sin embargo Biden volvió a dar el batacazo. Con el 50 por ciento del padrón escrutado el exvicepresidente de Barack Obama se imponía con el 53 por ciento, contra 41 por ciento para Sanders.

Missouri era el tercer estado en importancia de esta jornada. Allí se repartieron 68 delegados. Y la victoria fue aún mucho más abultada para Biden. Con el 30 por ciento del padrón contabilizado Biden se imponía con el 59 por ciento contra el 32 del senador progresista. En tanto que en Mississippi, donde estaban en juego 36 delegados, Biden ya lograba una victoria por un margen mucho más amplio. Con el 30 por ciento del padrón escrutado, el exvice de Obama obtenía el 80 por ciento contra el 15 por ciento de Sanders.

La segunda ciudad en importancia de esta jornada era Washington donde se eligieron 89 delegados. Por el coronavirus allí la elección se hizo por correo. Los otros estados en disputa durante este martes fueron Idaho con 20 delegados; y Dakota del Norte, con 14 delegados. Al cierre de esta edición aún no se conocían los resultados de estas votaciones.

Biden, de 77 años, llegó como favorito después de ganar en el supermartes pasado. Allí logró imponerse en diez de los catorce estados que estaban en juego. La victoria más importante y sorpresiva fue la que obtuvo en Texas, donde se alzó con el 34,49 por ciento de los votos. La exitosa elección que hizo ese día le valió el apoyo de varios precandidatos que se bajaron de la interna. El lunes a la noche, durante un acto en Michigan, sumó el respaldo de tres exaspirantes afroestadounidenses: los senadores Cory Booker (Nueva Jersey) y Kamala Harris (California), y el exgobernador de Massachusetts, Deval Patrick. El exvicepresidente cuenta con un fuerte apoyo en la comunidad negra. La semana pasada le manifestaron su apoyo Amy Klobuchar, Pete Buttigieg, Mike Bloomberg y Beto O’Rourke.

Por su parte, Sanders, de 78 años, recibió el espaldarazo de la representante por Nueva York Alexandria Ocasio Cortez, así como del reverendo Jesse Jackson, un activista por los derechos civiles de los afroamericanos y antiguo aspirante a la candidatura demócrata (1984 y 1988). Dentro de los precandidatos que se bajaron de la pelea lo respaldaron Bill de Blasio y Marianne Williamson. Resta saberse a quién seguirá la senadora progresista de Massachusetts, Elizabeth Warren, alguna vez favorita en los sondeos.

Las próximas primarias serán en el populoso estado de Florida, donde los dichos de Sanders sobre la Revolución Cubana y Fidel Castro parecieran jugarle en contra. Durante esa jornada también se votará en Illinois, Ohio y Arizona. El 24 de marzo será el turno de Georgia. Biden aboga por una plataforma tradicional demócrata con reformas legislativas de centro. A su vez, Sanders se define como un "socialista democrático" e impulsa una agenda donde resalta su programa de salud universal. A pesar del temor de muchos demócratas de que el senador por Vermont esté demasiado a la izquierda para ganarle a Trump, el promedio de encuestas nacionales de RealClearPolitics muestra a ambos por encima del mandatario en caso de enfrentamiento. Biden le sacaría una ventaja del 6,5 por ciento, en tanto que Sanders se impondría con un 4,9 por ciento.

Un exabrupto de Biden, muy amplificado en redes sociales por los partidarios de Trump, generó revuelo mientras los votantes iban a las urnas. Ocurrió mientras el exvicepresidente recorría una planta en construcción de Fiat Chrysler en Michigan. Allí fueron a saludarlo varios trabajadores hasta que uno lo confrontó. El hombre lo acusó de buscar restringir el derecho que otorga la Constitución de Estados Unidos a tener armas de fuego. Biden le respondió de manera enfática que era un mentiroso. "Apoyo la Segunda Enmienda", le dijo el exvicepresidente, y agregó: "No te voy a quitar el arma".

Por su parte, el presidente Donald Trump no se privó de comentar las internas antes de que se conocieran los resultados. "¡Va a ser un mal día para el Loco Bernie!", escribió en Twitter. Trump asegura que desde el establishment Partido Demócrata busca robarle la elección. Según analistas sus declaraciones forman parte de una estrategia para hacer disminuir la participación electoral. Y de paso beneficiar a los republicanos.