El coronavirus avanza y las ferias del libro en el mundo se cancelan, suspenden o reprograman, como la Feria del Libro de Londres, el salón del Libro de París, la Feria de Bolonia, la de Madrid y Bogotá (Filbo). La 46° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que debería realizarse del jueves 30 de abril al lunes 18 de mayo en el predio de la Rural, con La Habana como ciudad invitada, se suspenderá. No hay una comunicación oficial todavía porque las autoridades de la Fundación El Libro, la entidad organizadora, están esperando que el gobierno de la Ciudad publique el decreto que establezca por escrito que la Feria –que convoca a más de un millón de personas durante 19 días- debe cancelarse. Para una industria golpeada por la política económica del macrismo –inflación por las nubes, derrumbe de la producción y caída de las ventas- el escenario es catastrófico. “No es fácil decir no la hacemos, como tampoco es fácil, en este contexto de crecimiento de la pandemia, decir la hacemos -explica un escritor y editor a Página/12-. No se puede jugar con la salud del público, de los expositores, los trabajadores y las autoras y autores”.

En el hemisferio norte la previsión es que la pandemia decline a fines del primer semestre del año, que es cuando comienza el verano en los países europeos y Estados Unidos. En el sur, en cambio, se estima que el pico del coronavirus se alcanzará durante el otoño-invierno. Reprogramar la Feria para el segundo semestre de 2020, advierten varios consultados, resulta complicado. Cambiar la fecha para fin de año presenta un problema: la división internacional de carácter consuetudinario establece que la Feria de Buenos Aires –junto con la de Bogotá- transcurre durante el primer semestre del año, mientras que la Feria de Guadalajara arranca a fines de noviembre, principios de diciembre. Octubre es el momento de la Feria de Frankfurt, que encabeza el podio en el rubro “centro de negocios”. ¿Se puede hacer nuestra Feria a fines de noviembre? “No; es inviable porque, además, cinco meses después, en abril de 2021, habría que hacer otra Feria. La reprogramación es difícil no sólo para la Fundación El Libro, sino también para el predio de La Rural, que debe tener ahora un lío de almanaques descomunal”, responde otro editor, en referencia a que en la Rural se hace también ArteBA, la feria de arte contemporáneo, que estaba prevista del 16 al 19 de abril y se suspendió hasta nuevo aviso.

En el terreno de las hipótesis un editor esboza una conjetura. “Si la Feria se hiciera, muchos de los invitados internacionales confirmados como Javier Cercas no viajarían porque es costoso que vengan antes y cumplan la cuarentena prevista. La Feria no se hace solo por los invitados internacionales; es una parte importante de la programación, pero no es la única. Cercas tiene tanta convocatoria como Claudia Piñeiro”. La Fundación El Libro pagó aproximadamente el 60 por ciento del espacio a la Rural y los expositores abonaron en cuotas sus stands. Carlos Díaz, director editorial de Siglo XXI, subraya que es “imposible” que la Feria se haga y que es “mucho mejor” que se cancele. Lo dice con dolor y responsabilidad. “La Feria para nosotros es poner guita, tiempo e ideas. El daño para las editoriales va a ser fuerte porque todas ya estamos terminando de pagar los stands que contratamos el año pasado; la tierra se va pagando en cuotas y cuando arranca la feria prácticamente se termina de pagar y queda una cuota –explica Díaz-. Todos aprovechamos la Feria para hacer los lanzamientos más fuertes del año porque es una vidriera increíble, porque vienen representantes del exterior y libreros del interior, que son clientes que recibís una vez al año”.

La semana pasada se había anunciado que el ministerio de Cultura de la Nación duplicaba el presupuesto para el Programa Libro %, más de 47 millones de pesos para que los bibliotecarios de todo el país pudieran comprar libros en la Feria. “Conabip siempre fue muy importante para nosotros, dentro y fuera de la Feria también; pero como en estos últimos años les habían recortado tanto el presupuesto, se había vuelto un poco más marginal el aporte. La noticia de que les habían duplicado el presupuesto a los bibliotecarios era espectacular y esperábamos que fuera un muy buen año –reconoce Díaz-. En el caso de Siglo XXI, estamos cumpliendo veinte años y habíamos pensado un montón de actividades, promociones, regalos para los visitantes, bibliotecarios, libreros como para el público en general. Ese festejo estamos viendo si lo pasamos para el 2021 o qué diablos hacemos”.

Hacer la Feria sería una locura, un acto de irresponsabilidad. La Feria del Libro Infantil, que debería realizarse en julio en distintas sedes, también peligra. “La cancelación de la Feria es un daño grande, pero mucho peor es que eventualmente se hiciera y no fuera nadie, porque ahí contrataste gente, hiciste el stand, te embarcaste con todo para estar viéndonos las caras entre nosotros. El acto de cancelación es una cuestión de sensatez”, concluye el responsable de Siglo XXI.