El gobierno español anunció el cierre de sus fronteras terrestres para frenar la voraz expansión del coronavirus. La medida suspende temporalmente la movilidad de las personas que forman parte de los 26 países pertenecientes al espacio europeo Schengen de libre circulación. Según datos del ministerio de Sanidad de España, el número de contagiados se disparó a 9.892, casi 2.000 más que el domingo, y el número de fallecidos ya superó los 340. España es el segundo país europeo más afectado por la pandemia después de Italia. El presidente regional de Cataluña, el independentista Quim Torra, fue el último en sumarse a la larga lista de políticos españoles infectados por el Covid-19.

España cerrará sus fronteras terrestres para "contener la expansión del coronavirus", anunció el ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska. La entrada en el país por vía terrestre sólo se permitirá a ciudadanos españoles, residentes en España, personal diplomático acreditado y a quienes aleguen "causas de fuerza mayor", detalló el ministro.

De todas formas el país, que comparte una amplia frontera con Portugal y Francia, estará abierto al tráfico de mercancías, "para asegurar la cadena de abastecimiento", dijo Marlaska. La disposición se aplicará a partir de la madrugada del martes y hasta que concluya la declaración del estado de alarma, decretado por el gobierno español el pasado sábado y vigente durante al menos 15 días.

La medida suspende temporalmente la libre movilidad de personas dentro de Schengen, el espacio europeo de libre circulación de ciudadanos del que forman parte España, Francia y Portugal, entre otros. Interrogado por la prensa sobre un posible cierre del tráfico aéreo, Marlaska señaló que de momento no se da el caso, aunque podría llegarse a ese extremo "si las circunstancias lo exigen".

Debido al estado de alarma que rige desde el sábado por la noche, la gran mayoría de la población permanece en sus domicilios y sólo puede salir para comprar comida o medicamentos, acompañar a personas dependientes o ir a trabajar, si no puede hacerlo desde casa. Los colegios y universidades están cerrados, así como los comercios y servicios que no sean de primera necesidad. 

En las calles, el Ejercito actúa desde el domingo reforzando a la policía para controlar el cumplimiento del confinamiento y garantizar el abastecimiento de la población. Por su parte, la Unidad Militar de Emergencias colabora principalmente en tareas de limpieza.

Los militares pueden impartir órdenes a los ciudadanos, que de no obedecer corren el riesgo de ser sancionados con 30 mil euros en los casos más graves de desobediencia, o 60 mil si ponen en riesgo la salud pública. Las mayores penas son un año de prisión o 600 mil euros si se incumplen las restricciones del estado de alarma en forma reiterada.

En las últimas horas, el coronavirus continuó avanzando sobre la clase política. El presidente regional de Cataluña, el independentista Quim Torra, fue el último dirigente español afectado por el Covid-19. Torra arrastraba un cuadro de tos y fiebre que lo llevó a realizarse el test de coronavirus, sobre todo luego de conocerse que el domingo el vicepresidente catalán, Pere Aragonés, había dado positivo.

Ambos se suman a una larga lista de funcionarios, dirigentes y políticos españoles afectados por el coronavirus: las ministras de Igualdad, Irene Montero, y de Política Territorial, Carolina Darias; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; la expresidenta del Congreso, Ana Pastor; y el presidente y el secretario general del ultraderechista partido Vox, Santiago Abascal y Javier Ortega-Smith.