"Hay algo en lo que se puede aprovechar la crisis. Lo que está sucediendo es algo muy malo pero también algo que nos une. El enemigo invisible que nos ataca", les dijo el presidente Alberto Fernández a los dueños de medios de comunicación con los que se reunió en la Casa Rosada para conversar sobre el mensaje oficial que deseaba transmitir a la población a propósito de la epidemia. En ese mismo camino de dejar de lado la "grieta", como mostró el domingo en la conferencia de prensa en Olivos en la que apareció junto a Horacio Rodríguez Larreta, convocó para el miércoles a los representantes legislativos de los bloques de la oposición para discutir una postura común ante el desafío que plantea la enfermedad.

La sucesión de reuniones en la Casa Rosada mostró a Alberto Fernández preocupado por encontrar soluciones a los distintos problemas simultáneos que presenta el Covid-19, pero también viendo cuáles son las posibilidades que se abren en la crisis. El Presidente siempre fue, puertas adentro, partidario de adoptar cuanto antes las medidas más drásticas para afrontar la epidemia. Entre los médicos y especialistas no había una postura unificada. Mayoritariamente le aconsejaban esperar un poco a que el número de contagiados resultara más significativo. Pero con la experiencia de lo que se veía en Italia y, más recientemente, en España, Fernández pensaba que era mejor actuar por más que por menos. "¿Vieron? Al final la OMS me terminó dando la razón a mí", se jactó Fernández en la reunión interministerial. Durante el fin de semana, la Organización Mundial de la Salud aconsejó a los países utilizar todas las medidas a su alcance para evitar ya mismo la propagación del virus.

Cuentan que Fernández escucha a todos sus funcionarios y especialistas, pero resuelve finalmente él. Tiene plena coincidencia con sus ministros en que ahora es necesario inyectar recursos en la economía para evitar que la recesión se profundice en medio del parate al que obligan las medidas para detener el contagio. Los días "negros" de caídas de acciones y suba de riesgo país se acumulan, en medio de un escenario global de terror. Claro que muchas de esas medidas obligan a otras para compensar, por eso pese a las muchas horas de reuniones que se extendieron hasta la noche, los anuncios económicos, sociales y de transporte quedaron para este martes. 

En el medio de esas discusiones, Alberto Fernández imaginó la oportunidad para saltar definitivamente la grieta. El ministro del Interior, Wado de Pedro, se comunicó telefónicamente con el jefe del bloque de diputados de Juntos por el Cambio, el radical Mario Negri, para invitarlo a un encuentro este miércoles en Olivos. Negri había expresado en los últimos días su deseo de colaborar en la emergencia poniendo a disposición los especialistas en salud de su partido. Está previsto que también participe el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que hará extensiva la invitación a los demás jefes de bancadas, como el radical Luis Naidenoff, los macristas Cristian Ritondo y Humberto Schiavoni, y el lilito Maximiliano Ferraro. En principio, las invitadas serán las autoridades parlamentarias por lo que no estarían ni el ex presidente Mauricio Macri ni Patricia Bullrich --presidenta del PRO--, ni Alfredo Cornejo --titular de la UCR--. 

Al encuentro lo organizan en Olivos porque está previsto que Alberto Fernández comience a trabajar desde allí, para dar el ejemplo de "home office", el estilo laboral que promueve para estas dos semanas de restricción de movimientos. Este martes, el Presidente se quedará allí y serán sus ministros quienes hagan los anuncios en la Casa Rosada. Antes de dejar el edificio, Fernández pasó por la capilla junto al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, para dedicarle una oración al cura Brochero, al cumplirse cuatro años de su canonización por el papa Francisco. Brochero murió cuando atendía a los enfermos por una peste.