A comienzos de febrero, cuando en China llevaban un mes combatiendo el brote de coronavirus, el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC) hizo su primer estudio de los datos de los pacientes. La muestra la componían 138 enfermos del COVID-19 que habían sido hospitalizados. La media de edad era de 56 años y el 54,3 por ciento eran hombres, según informó el sitio de noticias de la BBC. Semanas más tarde, cuando el mismo centro realizó un relevamiento más amplio, con los registros médicos de 72.314 pacientes, los datos arrojaron una conclusión similar. El 51 por ciento de los casos confirmados eran hombres, pero lo que llamó la atención de los expertos es que la tasa de mortalidad también tenía números más elevados: 2,8 por ciento en los varones frente al 1,7 por ciento de las mujeres. Otro estudio publicado en la revista médica británica The Lancet sobre los datos de 99 pacientes infectados con el virus mostró que la edad media era de 55,5 años y que había infectados 67 hombres y 32 mujeres. En Argentina, se viene dando la misma tendencia. Hasta este miércoles a la mañana, había 49 varones y 30 mujeres contagiados con el COVID-19, es decir, 62 por ciento contra 38 por ciento. Y dos hombres fallecidos.

Consultado sobre este aspecto de la pandemia, el infectólogo Pedro Cahn, confirmó a Página|12 que los datos que se tienen hasta el momento indican que “los hombres tienen más tendencia a contagiarse que las mujeres y la letalidad sería algo superior en los hombres que las mujeres”. ¿Las razones? “No las entendemos del todo bien. Es posible que la presencia de los estrógenos ayudan a mejorar de alguna manera el bloqueo de receptores para el virus, pero es muy teórico. Los números crudos dan eso. Pese a que hay mujeres de mayor edad vivas que hombres de mayor edad, sin embargo, la mortalidad en números es mayor entre hombres que mujeres, al menos en la experiencia de Italia. En China lo atribuyen a que los hombres fuman más que las mujeres y por lo tanto tienen más deterioro respiratorio pero ese no es necesariamente el caso de Occidente, en realidad no tenemos una respuesta bien definida para una pregunta tan concreta”, explicó Cahn.