El equipo de la Brigada Sanitaria que se formó por las organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) suspendió las actividades de atención, relevamiento y formación en el Chaco salteño. La decisión fue tomada a raíz de la situación que se vive en el país por la pandemia de coronavirus  y en acompañamiento a las medidas de aislamiento dispuestas por el Gobierno Nacional.

A fines de enero se declaró la emergencia sociosanitaria en los departamentos San Martín, Orán y Rivadavia en Salta por la mortalidad infantil y una muerte materna. La mayor cantidad de muertes ocurrieron en el pueblo wichi, lo que evidenció la precariedad en que viven las comunidades indígenas, con escaso alimento, sin agua potable y sin la asistencia necesaria en materia de salud pública, entre otras falencias.

"Hoy son estas poblaciones las que se encuentran en mayor riesgo, puesto que las medidas sanitarias más difundidas se hacen ilusorias en un terreno donde faltan el agua, la comida y la salud. El aislamiento que resulta ser una herramienta eficaz para el control de la distribución del virus, termina siendo contraproducente para este sector que se encuentra desprovisto de infraestructura, medicación y atención médica básica", sostuvo el equipo de la Brigada Sanitaria mediante un comunicado.

"Solicitamos a todas las autoridades nacionales y, fundamentalmente, provinciales que pongan principal atención en la elaboración de medidas de contención y refuerzo para todas las comunidades originarias que se encuentran constantemente violentadas por el modelo extractivista", manifestó el equipo de profesionales y voluntarios. Plantearon la necesidad de que se hagan pozos de agua, obras de saneamiento y se provean alimentos.


Condiciones alarmantes

La médica coordinadora de la Brigada Sanitaria Araceli Gorgal contó a Salta/12 las condiciones con las que se encontraron luego de haber asistido a aproximadamente mil personas de comunidades indígenas de los departamentos Orán y San Martín durante un mes. El campamento se ubicó en General Mosconi. "La mayoría de las personas se encuentran por debajo de la línea de pobreza y la indigencia. Muchos niños y niñas están en situación de desnutrición, eso varía de comunidad en comunidad. Hemos tenido números muy alarmantes como en la comunidad de Misión Carboncito donde el número de las personas con desnutrición está por encima del 70% de la población, lo cual es catastrófico", afirmó.

Gorgal señaló que las niñas y los niños también presentan parasitosis que son evitables y explicó que esto se relaciona con la falta de agua potable. Dijo que algunas comunidades tienen agua pero es intermitente. Además, expuso que "todas las comunidades carecen de red cloacal y de gas natural", varias no tienen tampoco electricidad. 

La médica describió que la mayoría de los hospitales y centros de salud de las zonas que asistieron se encuentran desabastecidos "fundamentalmente de recursos humanos". Planteó que la situación "es alarmante porque si bien los agentes sanitarios funcionan muy bien y tienen un recorrido en la población, eso no genera un feed back con las instituciones del Estado".

Según lo manifestado por la profesional, han tenido mayor diálogo con el Gobierno Nacional que con el provincial. El Gobierno de Salta "incluso nos ha cerrado las puertas o entorpecido el trabajo", expresó. 

La Brigada aspiraba a quedarse seis meses o un año, pero ante la emergencia por coronavirus en el país debió retirarse. "Cuando las actividades cotidianas se renueven volveremos al terreno y seguiremos con el mismo entusiasmo y convicción que caracterizó y caracteriza nuestro trabajo", aclararon desde el equipo de profesionales y de voluntarios y voluntarias.

La emergencia en los pueblos originarios de Salta persiste. Gorgal sostuvo que además de Santa Victoria Este en el departamento Rivadavia, también "en Orán y en San Martín las comunidades están muy atravesadas por la pobreza, la mayoría no recibe ningún tipo de ayuda social".

"Las comunidades originarias en su naturaleza, particularmente las wichís se alimentan de la caza y la recolección. A partir del desmonte y la contaminación de los ríos esta actividad se vio comprometida. Se los fuerza a tener que defender los bolsones de comida o las ayudas estatales. Esos bolsones vienen con alimentos que no saben trabajar, muchos terminan vendiéndolos con lo que también se ganan el prejuicio del resto de la población salteña", especificó Gorgal.

La médica dijo respecto a los alimentos que en las comunidades indígenas "no saben cómo mezclarlos y terminan consumiendo gran cantidad de hidratos de carbono, eso se ha visto reflejado en los índices de sobrepeso que también tienen niños y niñas y que no se relaciona con la cantidad de comidas que hacen por día". 

Según la profesional el 80% de las niñas y de los niños come una sola vez al día hidratos de carbono y no consumen proteínas, vitaminas o tipos especiales de lípidos. "Eso lleva a que aproximadamente el 5% de niños y niñas que hemos podido relevar se encuentran con retraso madurativo", indicó.

 La escasez de agua y la falta de red cloacal además de las parasitosis "produce dermatitis micóticas", aseguró Gorgal. "Cuando aparecen los camiones que llevan el agua, la mayoría de la gente la retira en bidones de agrotóxicos", planteó la profesional y asoció esto con el hecho de que alrededor del 6 o 7% de las niñas y los niños "se encuentran con neoplasias muy severas, que son formaciones anormales en alguna parte del cuerpo de un tejido nuevo de carácter tumoral, benigno o maligno. Nos hemos encontrado con situaciones muy alarmantes y de larga data debido a la escasez de instituciones públicas sanitarias de segundo nivel que permitan diagnosticar y tratar", expresó la médica.

Situación alarmante 

Gorgal precisó que las mujeres indígenas "se encuentran en una situación alarmante, la mayoría no trabaja ni estudia y se dedica únicamente a la maternidad, eso trae un montón de consecuencias", sostuvo. Dijo que en cuanto a salud sexual y reproductiva "la mayoría de ellas no se ha realizado ningún PAP (prueba de Papanicolaou)".

En comunidades como Misión Chaqueña "la última vez que las mujeres se han hecho un PAP ha sido hace 15 años", aseveró Gorgal. Las profesionales de la Brigada Sanitaria pudieron realizar 20 PAP. "Nos hemos encontrado con diagnósticos de cáncer de cuello uterino en un tercio de ellos a nivel macroscópico, es decir evidenciables. Esperamos los resultados de los PAP para evaluar la microscopía y cómo afecta en estadíos más precoces", explicó.

La médica precisó que mayoría de las mujeres originarias que atendieron convive "con infecciones vaginales y obstétricas, la mayoría no realiza ningún tipo de control obstétrico y si lo realiza, lo hace una vez durante todo el embarazo". 

Por su parte, el referente del Movimiento de Trabajadores Excluídos de la UTEP, Rodrigo García, indicó que la brigada popular asistió también con alimentos a más de mil personas en el Chaco salteño. Dijo que a Misión Chaqueña ya no llega el colectivo por la suspensión del transporte ante el coronavirus, tampoco a Hickman ni a Tonono, lugares entre otros que han quedado aislados e imposibilitados de salir a buscar alimento o asistencia sanitaria.

Posible brote de sarampión

García dijo que en dos familias hay 8 niños y niñas (que van desde bebés hasta la edad de 6 años)  sobre quienes detectacton un posible brote de sarampión en la Misión Kilómetro 16 de la ruta 86 y pese a haber cumplido desde la organización con denunciar e informar a las autoridades sanitarias y municipales, "nadie fue a tomar muestras" ni desde el hospital de Tartagal ni desde la intendencia de Mario Mimessi. 

El referente manifestó preocupación porque en base a las pruebas que hicieron tres médicas de la brigada, todas indicarían que el diagnóstico sería sarampión y dijo que ya hay un brote en el país y que la patología puede ser mortal. "No hicieron nada respecto a eso", alertó.