En apenas un día, el estado de Nueva York registró 5.707 nuevos casos de coronavirus y elevó la cifra de infectados a 20.875, la más alta de todo Estados Unidos. Hasta el momento son 157 las personas que murieron y la zona más afectada es la mítica ciudad, con 12.305 contagios, casi el 60 por ciento del total de todo el estado. El gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, se mostró preocupado por el crecimiento de los casos positivos, y exigió al gobierno federal que aplique con urgencia la Ley de Defensa a la Produccion que permitiría el acceso a los medicamentos necesarios para tratar a la pandemia. Por su parte, el alcalde Bill de Blasio le pidió al presidente Donald Trump que la cuarentena obligatoria, que ya rige en esa ciudad, sea declarada a nivel nacional. Pero el mandatario parece decidido a no avanzar con medidas más drásticas, frente al temor de que se enfríe aún más la alicaída economía estadounidense.

"El crecimiento de casos continúa, es lo que vemos todos los días y la pregunta es cuál será el punto de quiebre", planteó el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, durante una conferencia en la que precisó las nuevas cifras. "Nueva York tiene de lejos la mayor parte del problema" en todo el país, agregó Cuomo, anticipando que "hasta el 80 por ciento de la población” puede contagiarse y que la crisis durará meses.

Para el gobernador, lo necesario ahora es “reducir la cantidad de contagios, hacer más testeos y aislarnos". Además, resaltó que el estado realiza 16 mil testeos rápidos por día, más pruebas per cápita que Corea del Sur. Sin embargo, la cantidad de casos aumenta y se calcula que los hospitales deben incrementar en un 50 por ciento su capacidad.

"Necesitamos que el gobierno federal aplique la Ley de Defensa a la Producción para acceder a los medicamentos que necesitamos. No podemos seguir esperando que las empresas vengan a asistirnos", insistió Cuomo. 

Quien también se hizo eco de la gravedad de la situación fue el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, al vaticinar que "esta semana será mala y la que viene, peor". “Este es solo el comienzo de algo que empeorará en abril y mayo, y tenemos que prepararnos. Tenemos que cambiar la manera en que vivimos, y necesitamos absolutamente ayuda de Washington" dijo de Blasio, entrevistado por CNN. Sin usar el término cuarentena, el alcalde exige hace varios días que se extienda la política implementada por Nueva York a nivel nacional.

Tanto el alcalde como el gobernador de Nueva York insistieron en que el gobierno federal debe obligar a las empresas a fabricar más respiradores y máscaras para proteger el rostro, cuya escasez aumenta en el país y en el mundo. "Si no recibimos respiradores rápidamente, en una semana o algo así nuestro sistema de hospitales públicos no tendrá suficientes para mantener viva a la gente", alertó De Blasio.

El cirujano general de Estados Unidos, Jerome Adams, comparó incluso a Nueva York con Italia, que el sábado anunció 793 muertos en un solo día. "Desafortunadamente, estamos viendo que Nueva York se está acercando a Italia. ¿Por qué? Porque los números de casos que se ven reflejan lo que pasó hace dos semanas. Demasiadas personas están dejando pasar demasiado tiempo para tomarse seriamente estos 15 días", advirtió Adams.

Nueva York dio el viernes pasado un paso adelante en sus drásticas medidas para tratar de frenar el coronavirus, ordenando el cierre de todos los negocios no esenciales y pidiendo a la población que se recluya en sus casas todo lo posible para evitar los contagios. Quienes no perdieron el empleo están trabajando desde casa. 

Las dudas de Trump

Actualmente, una tercera parte de la población estadounidense permanece bajo cuarentena por orden de gobernadores estatales o alcaldes. Pero el presidente Donald Trump se resiste a decretar el aislamiento en todo el país, aunque ya se registran más de 35.500 contagios y al menos 473 muertes.

"No podemos dejar que el remedio sea peor que la enfermedad", twitteó Trump el lunes. El llamado "período de 15 días" finalizará el 30 de marzo. El presidente dijo una semana atrás que el objetivo era desacelerar la propagación de la enfermedad durante ese lapso, lo que provocó que se detuviera mucha de la actividad de la mayor economía del mundo. 

El plan incluía el cierre de escuelas y restaurantes en algunas regiones del país, sin contemplar la posibilidad de una cuarentena a nivel nacional. Según un articulo publicado por Washington Post , Trump evalúa las llamadas de algunos legisladores republicanos y asesores de la Casa Blanca que le sugieren reducir las medidas destinadas a contener el coronavirus.

De esta forma, el mandatario se mostraría decidido a desoír los consejos de los funcionarios federales de salud, que exigen medidas más estrictas. Para Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, la reducción prematura de las medidas de distanciamiento social "obstaculizaría los esfuerzos para mitigar el virus" y "devastaría la estructura de los hospitales de Estados Unidos".