El gobierno de la Provincia de Buenos Aires tomó nota del incidente ocurrido en Ituzaingó en el que un grupo de jóvenes y mayores apedreó a un patrullero que exigía que la gente cumpla con la cuarentena. Cuando parecía que el incidente había quedado en el olvido, personal de Investigaciones de Morón, el Grupo Halcón, efectivos de Narcotráfico, Infantería y policía local concretaron seis órdenes de allanamiento libradas por el juez federal Juan Cruz García, que imputó a los sospechosos por los delitos de daños, resistencia a la autoridad y el artículo 205 del Código Penal que tiene que ver con el aislamiento e impone una pena de seis meses a dos años "al que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la propagación de una epidemia". En total, los detenidos fueron cinco. De todas maneras, en La Plata consideran que el foco principal debe estar puesto en las personas que circulan, son frenadas en los controles, y aún así patotean y se enfrentan a los efectivos. El saldo hasta ahora, en la Provincia de Buenos Aires, es de 784 aprehensiones como ésas.

Según prácticamente todos los especialistas, una de las claves es evitar la propagación del virus en los sectores más vulnerables, en especial en el Gran Buenos Aires. Son las zonas con menor capacidad de aislamiento y en que el cuadro es más agobiante por las situaciones de hacinamiento. En Brasil ya se registran casos en las favelas de Río de Janeiro, con un desarrollo imprevisible, y, justamente, la reunión de Alberto Fernández con los intendentes del Gran Buenos Aires apunta a paliar la situación en las zonas humildes. O sea, la combinación que se busca es la de asistencia pero también hacer respetar el aislamiento.

En ese marco sorprendió la reacción del grupo que estaba en la esquina de Portugal y San Fernando, el viernes pasado en Ituzaingó, que además tuvo una enorme repercusión porque las imágenes se viralizaron. Las detenciones apuntan a evitar que punteros o barras bravas de los barrios ejerzan un control que vulnere la cuarentena.

Dos de los detenidos son menores, ambos de 17 años; y los tres restantes son de 37, 39 y 41 años. Todos quedaron a disposición del juez federal García, que indagará hoy mismo a los mayores y decidirá si los mantiene detenido o los excarcela. Esta última alternativa parece difícil.

Fuera de aquel incidente de Ituzaingó, no hubo otros hechos significativos de esa naturaleza. Hay una costumbre de los adolescentes de juntarse en esquinas para tomar unas cervezas y no son inhabituales las escaramuzas con los hombres de uniforme. Sucede que es distinto en este momento, con el peligro del virus amenazando las zonas humildes. En La Plata consideran que es clave cortar con la gente merodeando en las calles y quedándose en las esquinas, pero aún más trascendente les resultan los 784 detenidos por circular de un lado al otro, cubriendo mayores distancias. Ahí se agrega un peligro mayor de transporte del virus. Para colmo, esas personas, más de una vez, patotean a las autoridades en los controles.