La producción de acero crudo en febrero fue de 305.100 toneladas, lo que representa una caída interanual del 9,9 por ciento y un incremento del 4,7 por ciento en relación a enero, que se verifica luego de tres caídas mensuales consecutivas, informó ayer la Cámara Argentina de Acero. En cambio, la producción de hierro se ubicó en un nivel inferior tanto al del año pasado como al de enero. Las empresas siderúrgicas vincularon la mejora mensual en el acero a partir del desempeño del sector de maquinaria agrícola, traccionado por el agro, y la construcción, que también avanzó en el margen. De todos modos, la producción sigue muy lejos del nivel que tenía hace un año. El sector automotor y el de línea blanca, que demandan insumos siderúrgicos, no repuntan, mientras el mercado de Brasil, otro destino usual de las ventas del sector, sigue en crisis.

“Durante febrero aumentaron los despachos hacia los sectores pertenecientes al segmento agroindustrial”, festejó la cámara del acero. Los sectores manufactureros ligados al agro son los únicos que muestran algún tipo de dinámica positiva. La devaluación y la quita de retenciones y de otros controles dieron impulso al sector agrícola, que salió beneficiado (junto a los bancos) de la transferencia de ingresos en contra de los asalariados, jubilados y los sectores medios. De todos modos, la apertura comercial que dispuso el Gobierno limitó el efecto positivo sobre la industria local de maquinaria agrícola. Según los datos del Indec, la venta de tractores creció 25,5 por ciento interanual en 2016. La venta de tractores nacionales (aquellos que dan impulso a la actividad siderúrgica y a la metalmecánica) avanzó un 9,3 por ciento, mientras que los importados crecieron un 225 por ciento. En el caso de las cosechadoras, el total subió un 53,5 por ciento. Las nacionales lo hicieron en un 29,4 por ciento, pero los importados, un 191,3 por ciento. El organismo estadístico no proporciona datos de las sembradoras importadas.

Con los autos sucede algo similar, pero la diferencia es que el saldo para la industria nacional es negativo. El mercado nacional mostró en febrero un crecimiento del 25,8 por ciento frente al mismo mes del año pasado. Sin embargo, la venta de vehículos nacionales a las concesionarias cayó un 8 por ciento. Es decir, la mejora provino de los importados.

En febrero, la producción de acero crudo fue de 305.100 toneladas, un 9,9 por ciento menor respecto a la de febrero de 2016, aunque 4,7 por ciento por encima de enero. Es el primer dato mensual positivo en varios meses, luego de las caídas de enero frente a diciembre (6,8 por ciento), diciembre contra noviembre (13,0) y noviembre versus octubre (4,6). En octubre se había registrado un avance del 16,9 por ciento frente a septiembre. Esos datos muestran que la mejora mensual en febrero es todavía precaria.

Otro sector que demanda productos siderúrgicos es la construcción. Según el Indice Construya, la producción creció 8,2 por ciento frente a enero en la comparación desestacionalizada, después de una caída del 9,1 por ciento en diciembre frente a enero. De todos modos, el nivel de actividad está 6,7 por ciento por debajo de febrero del año pasado, similar a lo que sucede con la siderurgia (-9,9). Es decir que incluso en sectores que dan algún atisbo de repunte, la situación es todavía peor a la del año pasado.

La producción de hierro primario fue en febrero de 219.900 toneladas, 11,2 menor a la de enero de 2017 y 10,8 inferior en el interanual. Los laminados en caliente ascendieron a 297.900 toneladas, 4,9 menos que en enero y 25,8 por arriba del año pasado. Los planos laminados en frío cerraron en 89.400 toneladas, una caída mensual del 19,9 por ciento y del 22,4 por ciento interanual.