La creciente             6 puntos

Argentina, 2019

Dirección y guion: Franco González y Demián Santander.

Duración: 70 minutos.

Intérpretes: Cristian Salguero, Mercedes Burgos, Héctor Bordoni, Facundo Aquinos.

Estreno hoy jueves a las 20 horas en Cine.arTV, luego online en la plataforma Cine.Ar Play (primera semana con acceso gratuito, luego $30 el alquiler).

El agua rodea a los personajes. Los marca a fuego, valga la ironía. El agua del río puede crecer y es entonces cuando resulta imperioso tomar ciertos recaudos. Matía surge del agua, nada afanosamente y llega a la orilla. Es necesario secar toda la ropa pero alguien lo está buscando y es mejor esconderse. El nuevo largometraje de Franco González y Demián Santander no ofrecerá demasiada información sobre el pasado de ese joven recién llegado, pero el espectador puede jugar a adivinar marginalidades y, tal vez, crímenes por los cuales aún no ha pagado. Un hombre lo rescata, lo lleva en su lancha, le ofrece un refugio de chapa venido a menos. No es el mejor de los lugares, pero al menos sirve para guarecerse, dormir y comer. El hombre, dueño de algunas tierras, vacas y ovejas a quien todos llaman “El correntino”, le dará trabajo por una paga no demasiado motivante, pero peor sería nada. El cuarteto de personajes centrales de La creciente se completa con una joven que vive con el jefe y otro joven asistente más experimentado que Matía.

Drama rural en tierra de hombres rudos, en el cual las mujeres parecen obligadas a obedecerles, el film de González y Santander le debe bastante a la tradición del western, no tanto por su iconografía (aunque algo de eso también está presente) como por algunos de sus temas y códigos. El extranjero sin pasado que irrumpe en el lugar y quiebra el equilibrio de fuerzas, el enfrentamiento entre machos alfa que sienten horadada su posición de poder, la mujer que ve una posibilidad cierta de escapar de un destino prefijado, la aparición de un plan para hacerse con dinero ajeno. Claro que en lugar de ranchos, saloons y parajes desérticos, aquí las rutinas cotidianas están pautadas por los rasgos de la vida isleña, aunque ello no impida el arreo de animales como sostén de vida y las visitas al bar para tomar una cerveza fría. Con una narración hierática y personajes al tono, La creciente va construyendo de manera pausada las razones de la violencia, que explotará finalmente de manera inevitable.

El delta del Paraná ha sido testigo de decenas de visitas de equipos de rodaje cinematográficos en los últimos tiempos, en producciones que van desde el documental hasta el ensayo poético y de allí al policial. La creciente utiliza ese ámbito cercano geográficamente, pero tan distinto en sus modos de vida, para construir una tierra con reglas propias, separado del resto del mundo por la frontera acuática, un límite concreto pero también simbólico. El deseo en su acepción más física, visceral, el instinto de supervivencia, la disyuntiva entre escapar o permanecer y enfrentar a quien se considera un enemigo forman parte del universo de Matía y El correntino, cuyo choque no es necesariamente generacional. Cristian Salguero (La patota, Un gallo para Esculapio) y Mercedes Burgos (la protagonista de La niña de tacones amarillos) le otorgan credibilidad a dos criaturas zarandeadas por un relato que va adquiriendo gradualmente los tonos inconfundibles de la tragedia.