Con la demanda pulverizada por la paralización mundial de la actividad económica que está provocando el coronavirus, la única posibilidad para que el precio del petróleo encuentre un piso debe venir por el lado de un recorte de la oferta. Así lo entendieron los líderes de Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia, quienes desde hace varios días vienen negociando un nuevo acuerdo que involucre a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados. El presidente estadounidense Donald Trump buscó anticiparse este miércoles a los hechos y aseguró en Twitter que el recorte podría llegar a ser de entre 10 y 15 millones de barriles diarios. En respuesta a sus dichos, la cotización del barril llegó a dispararse casi un 30 por ciento y cerró un 20 por ciento arriba del miércoles, aunque todavía no hay nada definido.

“Acabo de hablar con mi amigo MBS (príncipe heredero) de Arabia Saudita, quien habló con el presidente Putin de Rusia, y espero que reduzcan aproximadamente 10 millones de barriles, y tal vez sustancialmente más, lo que, si ocurre, será ¡excelente para la industria del petróleo y el gas!”, puso Trump en Twitter. “Podrían ser hasta 15 millones de barriles. Buenas (y grandes) noticias para todos”, agregó luego en un segundo tweet.

El mercado reaccionó con euforia ante las palabras del líder de la principal potencia mundial. El precio del barril tipo Brent revirtió la caída de los últimos días y en pocos minutos trepó de 25,96 a 33,58 dólares. Luego se estabilizó en torno a los 30 dólares, su valor más alto desde mediados de marzo.

El precio del crudo venía cayendo levemente en los primeros meses del año hasta que el lunes 9 de marzo se derrumbó un 25 por ciento. El factor desencadenante fue el enfrentamiento entre Arabia Saudita y Rusia en la cumbre de la OPEP+ que se realizó los días 5 y 6 del mes pasado en Viena. Rusia rechazó allí la propuesta de Arabia para impulsar un recorte adicional de 1,5 millón de barriles diarios con la intención de mantener los precios en un contexto de fuerte retracción de la demanda motivada por el coronavirus.

Rusia dejó entrever entonces que la retracción de barriles si bien servía para sostener el precio, la medida impactaba en sus ventas a manos de empresas estadounidenses que se benefician de ese precio sostén que impone la OPEP+. A raíz de ello, rompió la negociación con la expectativa de que la baja de precio impacte sobre las empresas estadounidenses que tienen costos más altos al perforar con las técnicas de fracking. En respuesta a esa decisión, Arabia subió la apuesta y comenzó a ofrecer descuentos a los clientes de su petrolera Aramco. Además, dejó en claro que a partir de abril no solo no recortaría su producción sino que la llevaría de 9,7 a 12 millones de barriles diarios.

La disputa se desplegó en un escenario de fuerte retracción de la demanda. De hecho, la Agencia Internacional de Energía estimó que la caída podría llegar al 20 por ciento ya que unas 3000 millones de personas se encuentran en cuarentena a nivel mundial en respuesta a la expansión del virus. Esa situación dejaría como resultado un sobrante de unos 20 millones de barriles diarios.

Los anuncios de incrementar la producción en este contexto llevaron a que el precio del crudo cayera en picada. Un informe del Citigroup llegó a especular incluso con una caída momentánea a precios negativos por las restricciones de almacenamiento.

Si bien la ruptura entre Arabia y Rusia se produjo a comienzos de marzo, el acuerdo de producción vigente venció recién el martes y en los últimos días se aceleraron las negociaciones para tratar de encontrar una salida a la guerra de precios. El propio Trump reveló hace unos días que conversó con Putin sobre el tema y este jueves por la mañana las expectativas cambiaron bruscamente luego de que anticipara un posible acuerdo. Sus palabras se potenciaron con la decisión de Arabia de solicitar a los miembros de OPEP+ una reunión de emergencia. Riad destacó a través de la agencia oficial saudí la intención de "buscar un acuerdo justo que restaure el equilibrio deseado de los mercados petroleros".

En su tweet Trump aseguró haber conversado sobre este tema con Mohamed bin Salmán y agregó que el príncipe heredero a su vez había hablado con Putin. Sin embargo, el vocero de la presidencia rusa Dmitri Peskov desmintió a Trump y le puso suspenso a la posibilidad de alcanzar un acuerdo, sobre el que por ahora no trascendieron mayores detalles. "No, no hubo una conversación" declaró a la agencia Interfax. Además, agregó que "por el momento" no hay prevista ninguna entrevista agendada entre Putin y Mohamed bin Salmán.