Las sirenas antiaéreas resonaron por toda China y las banderas flamearon a media asta. En paralelo cientos de millones de ciudadanos rindieron tributo a las víctimas directas del coronavirus. También hubo un sentido homenaje a los "mártires" del sistema de salud que dieron su vida para salvar a otros. Ya casi sin casos locales, China, donde surgió la Covid-19 hace cuatro meses, fue levantando gradualmente restricciones a su pueblo. El gobierno informó de un nuevo contagio en el epicentro del brote, la ciudad de Wuhan, y otros 18 de personas llegadas desde el extranjero. Además hubo cuatro nuevas muertes, con lo que el total oficial trepó a 3.326.

En el homenaje nacional, el gobierno destacó el sacrificio de los más de 3.000 trabajadores de la salud que contrajeron la Covid-19 y a los 14 que murieron por la enfermedad. Entre esos últimos figuró el médico Li Wenliang, quien fue reprendido por la policía tras hacer público el brote. Desde entonces fue reivindicado y agregado a la lista nacional de "mártires" de la pandemia. A las 10 de la mañana, los ciudadanos se quedaron de pie y en silencio en las veredas. Los automovilistas tocaron bocina mientras sonaban las alarmas antiaéreas colocadas en casi cada esquina del país.