Después del escándalo generado por la acusación de la Fiscalía de Brooklyn, que denunció el pago de sobornos por parte de Rusia y Qatar para ganar la elección de esas sedes para los Mundiales masculinos de fútbol en 2018 y 2022, los Gobiernos de ambos países salieron a defenderse y negaron los cargos.

Rusia y Qatar aseguraron  no haber "pagado coimas" para la organización de los mundiales de fútbol 2018 y 2022, respectivamente, tras la acusación de de la Fiscalía de Brooklyn, Estados Unidos.

En primera instancia, el que habló fue Dmitri Peskov, el portavoz del Gobierno ruso, que aseguró que no tenía conocimiento de lo que significaba la acusación. "No entendemos de qué se está hablando. Rusia obtuvo el derecho a acoger el Mundial de forma absolutamente legal. Esto no tiene nada que ver con soborno alguno, lo negamos categóricamente", afirmó el portavoz del Kremlin.

Y para descartar cualquier tipo de sombras sobre el torneo, remarcó enfáticamente: "Rusia acogió el mejor Mundial en la historia y todo el país está orgulloso de ello".

A comienzos de la semana, desde la Fiscalía de Brooklyn, en Estados Unidos, acusaron a ambos países de haber "comprado voluntades" de distintas federaciones durante el mandato del suizo Joseph Blatter como presidente y de Julio Humberto Grondona como vice.

"Hemos visto las informaciones en la prensa. No entendemos de qué se está hablando. Rusia obtuvo el derecho a acoger el Mundial de forma absolutamente legal. Esto no tiene nada que ver con soborno alguno, lo negamos categóricamente", argumentaron desde el gobierno de Vladimir Putin.

Por su parte, Qatar publicó un fuerte comunicado a través del Comité Organizador en el asegura que no hay indicios en su contra. "No hay ninguna prueba que demuestre que se obtuvo la organización del Mundial de 2022 de manera dudosa", aseguraron los qataríes.

"El Comité Supremo de Qatar niega rotundamente las acusaciones contenidas en los documentos judiciales que si hicieron públicos en Estados Unidos el 6 de abril de 2020. Estas acusaciones forman parte de un caso antiguo, que no se centra en el proceso de licitación de la Copa Mundial de la FIFA 2018/2022", argumentaron los organizadores del próximo Mundial, que insistieron en que se trata de una falsa imputación, que se conoció hace cinco años, cuando se impulsó el denominado FIFAgate, un escándalo por el que fueron detenidos varios de los dirigentes más encumbrados del fútbol mundial.

"Tras varios años de acusaciones falsas, nunca fueron presentadas pruebas que demuestren que Qatar ganó los derechos de organizar la Copa Mundial de la FIFA 2022 de forma poco ética o por medios que infringieran las estrictas reglas de la licitación FIFA. Cualquier acusación que diga lo contrario no tiene fundamento y será ferozmente refutada", cerraron las autoridades qataríes.

Este lunes, en los tribunales de Brooklyn, la fiscalía apuntó por primera vez al pago de sobornos por parte de los dos países, Rusia y Qatar, para varios dirigentes latinoamericanos, que recibieron millones de dólares para votar a estas dos naciones como sedes de los Mundiales.

"Varios miembros del comité ejecutivos fueron ofrecidos y recibieron sobornos vinculados a sus votos. Por ejemplo, (el brasileño) Ricardo Teixeira (titular de la Confederación Brasileña de Fútbol), (el paraguayo) Nicolás Leoz (presidente de la Conmebol) y el Co-Conspirador 1 (presuntamente Julio Grondona) fueron ofrecidos y recibieron pagos a cambio de sus votos a favor de Qatar, para que albergue la Copa del Mundo 2022″, señaló el documento de la fiscalía, utilizado para acusar a los organizadores del último Mundial y del próximo.