A los 9 años los autos empezaron a llamar su atención. Por eso, a los 11 su mamá le enseñó a manejar y a los 15 le regaló su primer vehículo. Aixa Franke fue a sus últimos años de secundaria en Bariloche montada en su Citroen 3CV modelo ‘76. Nunca imaginó que a los 27 ya habría fundado el club para mujeres amantes de los autos Racing Girls y que sería la única de la categoría GT2000.

“Racing Girls surge en septiembre de 2017 como una necesidad mía porque me gustaban los autos, las carreras, y siempre lo tenía que compartir con hombres o sola, porque tampoco tenía muchos amigos a los que les gustaran. Entonces empecé a buscar por Instagram si había más chicas fanáticas de los autos como excusa para hacerme amiga o tener contacto y armar un primer encuentro”, relata Aixa.

Así surgió este club que fomenta que más mujeres se acerquen a los autos en general, y al automovilismo en particular, a través de diferentes eventos que coordinan. El último Día de la Mujer, por ejemplo, realizaron un Cuarto de Milla en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, donde corrieron 70 conductoras. También organizan Track Days, actividad a la que una se puede acercar con su auto particular y meterlo en la pista; y charlas y capacitaciones sobre mecánica y manejo deportivo, entre otros tópicos. “Al principio la idea era hacernos compañía, ir a las carreras, pero me di cuenta de que tenía un montón de conocimiento, garra y empuje que algunas no tenían, o que no se animaban, entonces entendí que podía aportar desde ese lado para dar charlas y motivarlas”, explica Aixa.

En su día a día fabrica carteras y vive de lo que le deja su local en Palermo. Evalúa desde hace un tiempo dedicarse de lleno al automovilismo, pero para correr todos los meses tiene que conseguir 80 mil pesos; eso le cuesta mantener y poner a punto el auto. El GT2000 no es una categoría nacional, por ende no se puede decir que corre de manera profesional, aunque su actitud lo sea desde el entrenamiento y compromiso.

–¿Cómo fue tu ingreso a la categoría y la recepción de quienes la integraban?

–Al principio participaba de las propias actividades que organizábamos en Racing Girls. Hasta que un día un piloto me dijo que me tenía que subir a un auto de carrera. A mí me daba miedo porque normalmente los pilotos hacen un camino desde que son chicos, pasan por el karting, por el Fórmula y recién después a un auto de carrera. Y yo venía de la nada y ya tenía 25 años. Para mí era un sueño pero creía que no podía porque ya era tarde. Pero me animé y me subí. Corrí en un Sport Prototipo sin experiencia. Fue en una carrera con invitadas mujeres para promover lo que yo estaba haciendo, así que fuimos cinco pilotos mujeres. ¡Es una experiencia que no me olvido más! Encima, yo era una debutante, obviamente la más lenta, pero él había quedado tercero en su final. Entonces yo, por ende, largaba tercera. ¡Era obvio que me iban a pasar como poste caído! (se ríe). Largué como una reina, estuve un ratito primera pero duré una vuelta ahí. Además se rompió el auto, una amargura… Pero estar primera por un instante fue épico.

–Imagino que a algunos no les habrá caído simpática tu incorporación.

–No, obvio. El que te conoce y ve la pasión que tenés, quiere ayudarte a toda costa. Pero obviamente te cruzás con hombres retrógrados que no entienden cómo una mujer está corriendo, se ofenden cuando les ganás.

–¿Predominan los que te rechazan o los que te tratan de igual a igual?

–Los que me tratan de igual a igual. Yo me gané el lugar con trabajo. No pedí que me dieran más caballos de fuerza, no me victimicé con mi fuerza de brazos. Me gano la igualdad corriendo sin quejarme. Entonces se dan cuenta que sos uno más. Uno más sin género: uno/una más.

Hasta hace no mucho, el espacio de la mujer en el automovilismo era el de ser promotora. Aixa lo fue y lo aprovechó para adquirir conocimientos. “Miraba todo, les preguntaba a los chasistas por qué movieron eso o por qué hicieron aquello”. Hoy ya no pregunta, es ella la que indica qué hay que hacerle a su auto. Y su equipo ejecuta. Son cinco: Ana, Ailén, Naila, Micaela y Belén. Las chicas que corren.

* Pibas con Pelotas.