Un relevamiento del Centro de Estudios Atenea muestra que la decisión del gobierno nacional de producir contenidos educativos con la plataforma Seguimos Educando es clave para garantizar un piso de trabajo para todo el país, ya que la mitad de las provincias ni siquiera tenía áreas destinadas a la educación digital. La producción de herramientas y materiales de apoyo para que los docentes y estudiantes puedan seguir enseñando y aprendiendo durante la pandemia fue así, durante el primer mes sin clases presenciales, muy dispar en los 24 distritos de la Argentina.

La principal fortaleza del sistema educativo, en esta situación, ha sido la rápida reacción con que el gobierno nacional logró poner en marcha medidas como la plataforma digital, los programas educativos en la televisión y radio y la impresión de cuadernillos de actividades. Atenea también marcó la principal debilidad o desafío del sistema: lograr personalizar la experiencia de educación digital y desarrollar mejores posibilidades de vincular a los docentes con los alumnos. Es que, hasta ahora, la mayoría de las plataformas son utilizadas para subir contenidos, pero no para comunicarse con los estudiantes.

Todas las provincias “han desarrollado alguna estrategia de manera casi inmediata” para enfrentar la suspensión de las clases, señala el informe del Centro Atenea. Sin embargo, la mitad no cuenta con áreas dedicadas a la educación digital. “Sus portales y plataformas digitales muestran dispares alcances, posibilidades de interacción y facilidades para sus usuarios”.

Sobre las dificultades que la modalidad de educación a distancia supone para las ciudades y pueblos más alejados, el informe recuerda que el 80 por ciento de los hogares argentinos tiene acceso a internet aunque sólo un 63 por ciento dispone de una computadora. A pesar de que el uso de internet es extendido en nuestro país, la mayoría de los accesos se realiza desde teléfonos celulares. Estos datos vuelven a poner de relieve el daño ocasionado por las políticas del macrismo y su decisión de dejar de entregar computadoras a los estudiantes.

Atenea registró que 17 provincias ofrecen a sus docentes la posibilidad de contar con aulas virtuales, donde la interacción permite mayor acompañamiento pedagógico a los estudiantes. Sin embargo, el centro de estudios advirtió que será “estratégico” contar con un espacio virtual “donde se pueda alojar efectivamente a los estudiantes de un curso y realizar algún seguimiento de su comportamiento en línea”. Es decir que considera necesario dar pasos para que el rol del docente vaya más allá del envío de trabajos y su posterior corrección.

Entre las plataformas que relevó, el centro de estudios destacó los sitios de Buenos Aires, CABA, Córdoba, Mendoza y Misiones. Santa Fe, Tucumán y Tierra del Fuego también están entre los distritos que crearon sus propias plataformas. Con todo, la mayoría operan como repositorios de información desde donde descargar recursos: el uso de internet se parece así a una biblioteca y tiene poco de herramienta de intercambio o comunicación.