Desde Londres
Desde Londres.El anuncio no sorprendió a nadie. El canciller Dominic Raab, que sustituye a Boris Johnson mientras se recupera del coronavirus, extendió oficialmente la cuarentena por tres semanas "como mínimo", tal como venía advirtiendo el gobierno desde la semana pasada. “Los índices de infección no han bajado lo que deberían para hacer cambios. Una modificación del distanciamiento social podría significar nuevamente un aumento. Si aflojamos ahora, sería dañino para la Salud Pública, pero también para la economía”, señaló Raab.
El Reino Unido es el quinto país europeo con más de 100 mil contagios confirmados (después de España, Italia, Alemania y Francia) y el cuarto en número de decesos con casi 14 mil muertos (Alemania tiene menos de tres mil muertes). Pero a diferencia de los otros países, su lista de contagios y muertos ha aumentado aceleradamente en los últimos días y todavía no llegó al pico que se pronostica, sin certezas, para la semana próxima.
En este sentido hay consenso social y político para extender la cuarentena. Los distintos partidos políticos apoyaron la medida. La directora de la central empresaria británica (CBI), Carolyn Fairbairn, indicó que la salud debía ser la prioridad. "Al mismo tiempo, reconocemos que esto es un enorme desafío para muchas compañías. Es vital que las medidas de apoyo anunciadas lleguen a las empresas. Y que haya claridad sobre su duración. Cuando la ciencia dé el visto bueno, habrá que ver cómo levantar la cuarentena. Hay que empezar a planear con cautela y con la salud como prioridad, para recuperar la economía", dijo Fairbain. El jefe de epidemiología del Imperial College, el profesor Neil Ferguson, criticó duramente al gobierno por esta falta de planificación.“Hay que tomar decisiones ya. Tenemos que armar una infraestructura, una cadena de mando y control, una organización totalmente nueva y no veo que se esté actuando con la celeridad necesaria. Con el Brexit se creó un ministerio especial para el Brexit. Ahora estamos en una crisis mucho peor y no veo nada que se le asemeje”, dijo Ferguson. El equipo del Imperial College fue clave en el cambio de estrategia gubernamental cuando forzó al primer ministro Boris Johnson a virar de un asombroso laissez- faire (inmunidad de manada) a una política más activa que desembocó en la primera cuarentena anunciada el 23 de marzo. A mediados de ese mes, un informe del Imperial College había pronosticado medio millón de muertes en el Reino Unido si se seguía con la política en curso.
La reacción tardía, dogmática, casi displicente del gobierno y la devastadora fuerza de la pandemia han resultado en un saldo hasta la fecha de 13729 muertos hospitalarios y 104.133 contagiados. En ambos casos el número real es mayor si se incluyen los decesos fuera de la estructura hospitalaria del Servicio Nacional de Salud (NHS) y si se considera que las estadísticas de contagio se hacen en base al número de personas testeadas. “Es posible que el número de infecciones esté bajando como sugieren algunos datos, pero más allá de eso, hasta que se descubra una vacuna, se necesitará mantener la distancia social, las pruebas y el rastreo de contacto de los infectados. Por eso mismo necesitamos un plan”, señaló Ferguson.
En la conferencia de prensa este jueves, Raab habló de cinco condiciones para salir de la cuarentena: que el NHS esté en condiciones de lidiar con un aumento de casos, que haya una caída sostenida en el número de decesos y en el de contagios, que se superen desafíos operativos como el testeo y el equipo protector hospitalario y que haya una certeza de que el relajamiento no va a generar un nuevo pico de casos.
El Reino Unido está bien lejos de estas metas. El día que se anunció la primera cuarentena, el 23 de marzo, hubo 87 muertos. Este jueves casi 10 veces más: 861. En su cálculo global, el prestigioso Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) de Seattle estimó la semana pasada que el Reino Unido será el país más golpeado en Europa con 66 mil muertes para este agosto. En una entrevista con la BBC el domingo, uno de los asesores gubernamentales, Sir Jeremy Farrar, coincidió con que el Reino Unido sería “el peor o uno de los más golpeados en Europa”.
El miércoles la secretaria de salud, Nadine Norris, que contrajo el virus el mes pasado, tuiteó que la única salida completa será cuando haya una vacuna. “Los periodistas deberían dejar de preguntar sobre la estrategia de salida. Hay una sola salida completa de la cuarentena y es cuando haya una vacuna. Hasta ese momento tendremos que encontrar medios para adaptar a la sociedad y encontrar un equilibrio entre la salud y la economía".
Este martes, la Office for Budget Responsibility (OBR), entidad autárquica gubernamental, calculó que la actual cuarentena significará una pérdida de dos millones de empleos y una caída del PBI del 13% para todo el año. La OBR basó su cálculo en que la cuarentena se prolongaría otros tres meses y que en los tres meses siguientes, solo habría un levantamiento parcial de las restricciones. En resumen, que de acá a mediados de octubre, se mantendría la misma política con pequeños ajustes en el camino. El anuncio de la actual extensión se da en momentos en que el mismo Boris Johnson está convaleciente en Chequers, la casa de campo oficial del primer ministro. Johnson fue internado el domingo 5 de abril en el Saint Thomas de Londres, al día siguiente pasó a Terapia Intensiva y solo fue dado de alta el jueves pasado después de, según su propia versión, estar “50 y 50% entre la vida y la muerte”. El cálculo es que por lo menos tiene otras tres semanas de recuperación antes de que pueda regresar a 10 Downing Street. Si la salud lo acompaña será a tiempo para decidir cuál es el próximo paso.