“Es el impacto económico más severo que ha tenido la región en su historia”, dijo este martes la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, al referirse a la crisis que se desarrolla en América latina a causa de la pandemia del coronavirus. 

El organismo estima que la economía de la región va a caer un 5,3 por ciento y América del sur lo haría en un 5,2 por ciento.

En América latina y el Caribe, más de once millones de personas quedarían desempleadas y la pobreza por ingresos aumentaría en 30 millones de personas. 

La economía argentina está peor que los países vecinos, con una baja que se estima en el 6,5 por ciento para este año, en la línea de Ecuador y México. "Hay que entender que la economía no va a volver a la normalidad", dijo Bárcena. 

Planteó que se viene una nueva etapa en donde la conexión productiva regional e incluso nacional va a predominar sobre los entramados globales. En la visión de la Cepal, la actual crisis viene a acelerar un proceso de agotamiento que venía mostrando la globalización comercial.  

La Cepal pidió que haya préstamos baratos y ágiles por parte de los organismos internacionales y advirtió que además tendrá que haber facilidad para reestructurar deudas e incluso condonar, “no sólo para los países más pobres sino también para los de ingreso medio”

El organismo subrayó que en la región, el peso del pago de intereses de la deuda supera al gasto de los Estados nacionales en el sector de la salud. La Cepal también solicitó al FMI que apruebe una emisión masiva de los Derechos Especiales de Giro (DEG) para fortalecer las reservas de los países en dificultades y que la Reserva Federal de los Estados Unidos firme swaps de monedas no sólo con Brasil y México sino con el resto de la región. 

Consultada por Página/12, Bárcena apoyó la propuesta del gobierno de nacional de reestructuración de la deuda externa en manos de privados.

“Estamos hablando de una crisis de magnitud gigantesca. Lo que más nos preocupa es el muy fuerte aumento del desempleo, con impacto en la pobreza”, indicó Bárcena. El organismo considera que la región llega a la actual crisis con una situación de bajo crecimiento en los últimos siete años, altos niveles de endeudamiento y poco espacio fiscal, junto a fuertes conflictos sociales, como los casos de Chile, Perú y Ecuador.

“La caída del 5,3 por ciento que se espera para la economía de América latina y el Caribe para este año sólo es comparable con lo que pasó en 1930, cuando la baja en el PIB regional fue del 5 por ciento o en 1914, cuando la caída fue del 4,9 por ciento. Es decir, nunca en la historia de la región se dio una caída de esta magnitud”, dijo Bárcena en la presentación el informe de la Cepal, que contó con una conferencia de prensa organizada de manera virtual. 

Se espera que todas las economías de la región registren caídas este año. La Cepal calcula que la baja de la economía Argentina sería del 6,5 por ciento, en la línea de México y Ecuador, sólo superados por Venezuela. Brasil caería un 5,2 por ciento y en la línea del 4 por ciento quedarían Chile, Perú y Uruguay.

El deterioro de la actividad productiva redundaría un aumento del desempleo del 8,1 al 11,5 por ciento. En términos absolutos, implica un incremento en la cantidad de desempleados de 11,7 millones de personas, de 26 millones a 37,7 millones de personas en toda la región. La situación del empleo redundaría en un aumento de la pobreza en 30 millones de personas, y de la pobreza extrema, en 16 millones, hasta un total de 83,4 millones de personas.

Bárcena explicó que los sectores de servicios son los más directamente afectados por las medidas de distanciamiento, mientras que el rubro primario hasta ahora no ha sentido el impacto directo. Hizo especial hincapié en el desplome de las remesas hacia la región, que tiene mucho impacto en millones de hogares de pobres y especialmente en las economías del Caribe. Esa baja de las remesas se explica porque los trabajadores que han migrado suelen desenvolverse en los sectores más afectados, como construcción, gastronomía y turismo y no cuentan con protección por parte de los Estados en donde se radicaron. 

Otro factor de impacto negativo en la economía regional es la caída del comercio exterior, que se estima en el 17,6 por ciento para América del sur. Además, se produjo una masiva salida de capitales financieros, del orden de los 80 mil millones en los últimos meses.

"Hay que entender que la economía no va a volver a la normalidad. Los cambios van a persistir mucho más allá de la pandemia, se va a tener que diversificar a los proveedores, privilegiar ubicaciones más cercanas a los mercados de consumo y relocalizar procesos productivos", consideró Bárcena. En la visión de la Cepal, la crisis del coronavirus viene a acelerar un proceso de agotamiento que se venía mostrando en las redes de producción globales desde la crisis financiera de 2008.