Hay algo premonitorio en el nuevo EP de Sr. Tomate, Desde el centro del naufragio. Fue publicado en septiembre de 2019, pero el tono poético de las letras, el título y la imagen de tapa dan cuenta de la llegada de un tiempo sombrío y caótico. En la ilustración de portada, siete barcos se hunden en simultáneo en aguas grises y no parece haber salvavidas. “De sol a sol, cuánta ansiedad, desde el centro del naufragio”, canta Poli con su particular densidad y sinceridad en De sol a sol.

Desde el centro del naufragio es la frase que sintetiza el leit motiv de la poética y musicalidad del EP”, confirma la cantante y letrista. “El naufragio como idea de fin por algún imprevisto en el viaje, seguido por la necesidad de sobrevivir usando lo que se tenga a mano, porque a fin de cuentas lo que buscamos es eso: sobrevivir”, dice Poli, crecida en Bahía Blanca. Y sus palabras cuadran bien con el contexto actual.

Luego de “un tiempo de silencio y reflexión”, la banda platense entregó un disco breve pero intenso. Un viaje de apenas tres paradas: Remolinos, De sol a sol y La rompiente. Canciones agridulces: ni esperanzadas ni pesimistas. Realistas y viscerales, tal vez. Y desde lo musical, la producción del disco exhibe un pop melódico que permite una escucha agradable y llevadera. Menos punk –¡mucho menos punk!–, crudeza y desprolijidad que en tiempos de Ritmo de vida (2008). Pero la espesura de siempre. Nunca liviandad.

“Quizás el sonido pop de este disco esté dado porque los temas tienen estructuras bien armadas y cada melodía tiene su espacio bien claro en las canciones, pero a la vez también cada una tiene su momento de psicodelia donde dejamos un poco librado al azar del momento de grabación lo que íbamos a tocar”, explica Edu Morote, baterista, percusionista y también letrista. “Siempre nos ha gustado incursionar con diferentes sonidos, ritmos y variedad de instrumentos”, suma Poli.

 

Un colectivo sobre el agua

En Sr. Tomate, el laburo compositivo siempre es muy colectivo. “Nos damos el lugar de probar y de animarnos a buscarle el sonido a los nuevos trabajos, a pesar de que no tenga nada que ver con grabaciones anteriores”, explica la también guitarrista. El sonido colectivo y el color pop del EP tiene que ver, claro, con los aportes de Pedro Millenaar (armónica y coros), Alejandro Bertora (trompeta y teclados) y Hernán Montaño (bajo).

El formato EP, además, no les es ajeno. No es la primera vez que sacan un disco corto. “Desde los inicios con Sr. Tomate, el EP o disco de solo unas pocas canciones fue y es un formato que nos seduce; tal vez sea por la necesidad de plasmar de una manera bien sencilla y directa lo que venimos sintiendo en ese momento”, ensaya una respuesta Poli. “Siempre aparecen un grupo de canciones que al trabajarlas en simultáneo se terminan hermanando, y ése el momento de grabarlas sin esperar a que aparezcan otras”, refuerza Edu.

El disco se complementa con un audiovisual a tono realizado por Victoria Calligo, Solivella y María Belén Burgos. Hay imágenes de playas desiertas, amplias y una aparente calma. “Para nosotres la parte visual de la banda siempre fue muy importante para terminar de cerrar nuestras ideas, por eso le sumamos a la música un relato audiovisual que invita a tomarse unos minutos y contemplar el horizonte”, cuentan.

Con más de 15 años en escena, Sr. Tomate es una banda que salió “del under del under” platense. Un grupo misterioso, inclasificable y dinámico que logró un sonido propio. Y que apuntaló la escena indie platense post Cromañón junto con El mató a un policía motorizado, La Patrulla Espacial, 107 Faunos, El Perrodiablo y muchos proyectos más. ”Yo diría que hay miles de escenas platenses”, acomoda Morote, también batero de la banda de Sara Hebe. ”Porque en la misma ciudad hay diferentes circuitos musicales, con diferentes estilos. Hay para todos los gustos y eso es lo que me gusta.”

“En Sr. Tomate siempre todo se dio bastante de manera natural, no buscamos un sonido original o personal. La suma de todas nuestras personalidades y gustos bien diferentes generó algo particular desde los comienzos de la banda”, dice Poli. “Me encanta que seamos inclasificables y que podamos hacer cualquier cosa”, remata Edu.

¿Cómo hacen para sostenerse durante tanto tiempo en la escena? No son una banda que toque demasiado seguido…

EDU: Para no aburrirnos, cada vez que hacemos algo nuevo tratamos de generar algo que nos sea una novedad en algún aspecto. Ya eso nos genera una motivación para hacerlo. Con respecto a los tiempos en los que hacemos las cosas, se van dando naturalmente, guiados siempre por las cosas que nos van pasando a nivel personal.

¿Cómo viven estos días de aislamiento? ¿Y cómo imaginan el futuro de la música luego de este momento extraordinario?

POLI: Me atrevo a decir que a veces vamos inventando a medida que suceden las cosas. No sólo con respecto a la música sino a la vida. Podemos tener miles de recetas futuristas pero cuando las cosas suceden y hay que transitarlas, ahí empieza el presente.

EDU: El futuro de la música y de todo me genera mucha intriga, la verdad. Porque por más que haya maneras de seguir haciendo música a la distancia y desde nuestras casas, lo que se genera al tocar música al lado de gente es totalmente irremplazable.