"Hay un montón de bosteras que acompañamos y apoyamos a Daniela (Cortés). La acusación a Villa nos generó mucho miedo, indignación e impotencia", expresó Florencia Gastaminza, militante de Feminismo Xeneize, espacio que nuclea a diversos grupos de hinchas de Boca y que salió a criticar la reacción del club ante el episodio.
"Era necesario que el club se pusiera a disposición de contener a Daniela, la víctima, y tampoco se gestionó. Incluso cuando leemos que las instituciones se ponen 'a disposición' de la Justicia, tampoco da garantías que habrá una restitución de derechos porque sabemos que la Justicia hoy es altamente patriarcal. Los procesos jurídicos deben tener una mirada de perspectiva de género", afirmó Gastaminza, psicóloga de profesión.
La denuncia contra Villa tuvo su eco en las redes sociales el martes pasado, cuando se hizo tendencia el hashtag "la violencia no juega más", donde se recordaron los numerosos casos de futbolistas golpeadores.
"No es la primera vez de casos de violencia de género en clubes, ejercida por un varón que juega al fútbol y tiene un contrato millonario, sino que hubo un montón de casos anteriores, incluso en Boca, pero noto que hubo un cambio en la sociedad y a nivel institucional. Es muy evidente que el patriarcado no se cayó porque estas situaciones siguen pasando, pero ahora producen una sanción social", analizó la también integrante la agrupación Género y Diversidad Xeneize de la capital bonaerense.
Para la activista, esa "sanción social" hace que, a diferencia de situaciones anteriores, "hoy haya un millón de ojos sobre Boca. Antes se corría el foco hacia la acusación mediática o sostenían los discursos de justificar y decir que el club nada tiene que ver con esa violencia porque forma parte de la vida privada del jugador. Eso se está transformando".