The xx filmó su último video lejos de casa, en Marfa, Texas, durante el verano. Pero Romy Madley Croft, Oliver Sim y Jamie Smith visten como siempre ropa negra: jeans, borcegos, camisas, como si no sintieran el calor. Andan en skate, juegan con un chango en un estacionamiento vacío, cantan a contraluz al atardecer. La hermosa canción –“On Hold”: empieza muy sutil, muy ellos, y crece hasta explotar en un estribillo que samplea a un viejo dúo de Filadelfia– habla de una relación quebrada; la típica del que se queda queriendo solo, redirige la atención y entonces el primero reclama: “Creo que es muy pronto para decir que ya fuimos, pensé que te tenía en espera”. El video, lo más abierto que hicieron hasta ahora, arranca con un chico llamando desde un teléfono público a un fijo, a una chica de ojos azules tristes, y es una miniatura de película teen noventosa, con equipo de fútbol, porristas, escenas en la tribuna, contra los lockers, en el restaurante con malteadas, que transcurren entre imágenes de sensualidad más europea: la pareja desnuda en la bañera y el sillón, el beso en la pierna del parque, el lindísimo Oliver Sim pasándole la afeitadora en la cabeza a un chico. En paralelo y blanco y negro sucede una fiesta casera donde Jamie Smith es el DJ, y esa energía dance que él proyectó será el primer impacto –suave, feliz impacto– de I See You, el tercer disco del grupo, cuatro años después del transparente y casi frío Coexist, que lanzaron antes de cumplir los 25, siendo ya tres estrellas tímidas de Londres con un Mercury Prize y demasiado estilo.

The xx se presentó con un pop crepuscular sumamente íntimo que sólo podría surgir de almas vulnerables y de una relación tan personal como la de ellos, amigos de toda la vida. Pero ningún vínculo es inmune al éxito y la convivencia y mientras se adecuaban a la nueva vida Croft también tuvo que procesar la muerte de una prima hermana y la del padre, que ocurrió mientras tocaban en París durante la primera gira. Al final de la segunda el grupo no se acabó porque Sim reconoció lo que venía provocando el principal malestar: que hacía demasiados años que brindaba sin parar y tenía un problema. Ahora lleva un año fuera de la cueva del alcohol, debutó como modelo de Christian Dior y está reconstruyendo la autoconfianza, dice. Smith con su tiempo hizo un nombre propio: remixó el último disco de Gil Scott-Heron y lo publicó como We’Re New Here (2011), produjo tracks para Drake y Alicia Keys, encabezó line-ups de fiestas en todo el mundo, y en 2015 lanzó otro disco, In Colour, que obtuvo nominación al Grammy. El manager y amigo Caius Pawson dijo en el especial de Pitchfork que a pesar de las limitaciones para desentrañar su propio universo emocional, Jamie xx, como todos lo conocen, fue el sostén durante ese período espinoso en el que Croft y Sim se vieron distanciados por primera vez desde que tienen memoria (se conocen desde los dos años). 

Los fans del comienzo (xx, de 2009) guardarán la impresión de “Crystalised”, “Islands”, esas canciones divinas sin género ni edad, plenas pero delicadamente: sin apabullar, sin cansar nunca. En ese momento tenían la regla de grabar sólo lo que pudieran interpretar en vivo: Sim y Croft en voces, bajo y guitarra, y Smith en los controles. Pronto despidieron a la tecladista Baria Quereshi, que al parecer no participaba de la composición. Después vino el más distante Coexist y no dio mejor música pero mantuvo la personalidad y el interés en ellos, creadores de un referente sentimental contemporáneo como son los debuts de MGMT o Tame Impala. Emociona que hayan evolucionado con tanta onda en I See You, que abre a lo grande con trompeta seguida del beat más fiestero. Sim canta primero con su misma templanza, en el estribillo se incorpora la dulce Croft y emerge la preciada ambigüedad de xx: “Dicen que sos un peligro pero no me importa. Voy a hacer de cuenta que no tengo miedo. Si esto termina en lágrimas no voy a decir adiós”. A continuación se pone inquietante, con un tema lento, romántico pero sombrío donde cantan juntos: “Decí algo amoroso, ya no recuerdo la emoción del afecto”. Tiene algo desgarrador esa línea. Al final las voces se cruzan con las del dúo californiano de fines de los ‘70 Alessi Brothers que también suenan al comienzo. Es lógico y acertado que desecharan la regla de hacer sólo lo que puedan tocar en vivo y abrieran el juego a los samples (habían usado apenas una vez en “Chained”), que es al fin la voz de Jamie Smith. En la tercera canción trajo al coro Trio Mediaeval en una composición majestuosa de David Lange (Requiem para un sueño, Youth), también al comienzo y al final donde el sample interactúa con las voces de Croft y Sim. “Lips” se llama el tema y debe ser lo más sexy que esté sonando, con una sección rítmica brutalmente adecuada que se apodera del cuerpo. 

Puede que el trabajo de Smith sea lo más sobresaliente en I See You, pero también esta vez recibió demos más elaborados que los de xx y Coexist, cuentan. Grabaron con asistencia de Rodaidh McDonald (Adele, The Horrors) en Londres, Reykjavík, Texas, Nueva York y Los Ángeles, donde pasaron una semana intensa de party people tras lo cual se tomaron un tiempo separados. Croft se quedó una temporada produciendo canciones pop y su aprendizaje fue empezar a cantar melodías espontáneamente. Con Sim siempre escribían antes, en silencio y soledad. Ahora, con Smith girando su música y mucho tiempo a solas para sanar el vínculo, armaron todo el álbum juntos, y es loco cómo todavía funciona el componente erótico siendo los dos gays (ella acaba de anunciar compromiso). Las amistades si interesan pueden ser tan neuróticas, amorosas y tema de canciones como los noviazgos. Acá la más elocuente es “A Violent Noise”, que tiene de protagonista a Sim en la amargura de la recuperación: “Ahora salgo pero cada beat es un ruido violento”, canta en el estribillo, y malignamente Jamie xx elaboró una producción que lo hace sonar desamparado en medio de una rave. Entonces aparece ella con una participación breve que dice: “Espero que encuentres lo que buscás/ Espero que silencies el ruido”. Después Croft canta a solas las más oscuras: “Performance”, con lacerante arreglo de cuerdas, y “Brave For You”, la mejor guitarra que dio desde aquellas líneas elementales y súper bellas del debut. “Replica” es otra flor delicada de ese estilo, y “I Dare You” es sencilla, uptempo y encantadora (cuando Croft dice: “Hace tanto que soy una romántica”). Pero al final reina la desolación. Más de una vez Sim le debe haber roto el corazón a su amiga, que acá hace un reproche pero desde el perdón: “¿Cómo te voy a dejar?” es la última frase. La segunda mitad de “Test Me” es instrumental, y así, como una nube, se desvanece este disco de amor para aprenderse las letras, que renueva la fuerza de la música y la amistad y los convierte otra vez en la banda del momento.

The xx se presenta en la primera fecha del Lollapalooza, el 31 de marzo en el Hipódromo de San Isidro. Tocan antes del cierre de Metallica. Entradas por allaccess.com.ar