En un documento del FBI apareció el nombre de un funcionario de Arabia Saudita como sospechoso de haber apoyado a la célula de Al-Qaeda que actuó en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. Se trata de Mussaed Ahmed al-Jarrah, funcionario de la embajada saudí en Washington al momento de los ataques que provocaron la muerte de más de 3 mil personas. 

La aparición del nombre de un funcionario saudí en la investigación reavivó los reclamos de las víctimas de investigar la responsabilidad de Arabia Saudita en los ataques contra el Pentágono y las Torres Gemelas. En rigor, el nombre de al-Jarrah fue censurado cinco veces en el documento pero, en una sexta mención, no se lo tachó. Cuando periodistas de Yahoo News subrayaron el error, el Departamento de Justicia solicitó retirar el documento. 

El gobierno norteamericano investigó posibles vínculos sauditas con el ataque a través de dos hombres: el clerigo Fahad al-Thumairy y un supuesto agente llamado Omar al-Bayoumu, que habría dado dinero y casa a los atacantes en Los Ángeles, ciudad donde también residía al-Thumairy. Arabia Saudita siempre negó las acusaciones, mientras el FBI apuntó que ambos hombres tenían orden de ayudar a la célula junto a un tercero, que sería Al-Jarrah.

Los abogados de las víctimas conocían el nombre del funcionario, dado que habían hecho un pedido especial al presidente Donald Trump el último 11 de septiembre al cumplirse 18 años de los atentados. La información les había llegado de manera confidencial a través de la Justicia, por lo cual no podían divulgar el nombre. Ante esta novedad, un vocero de los familiares consideró que ocurrió "una gigante metida de pata" y que queda al descubierto el encubrimiento de los sauditas. 

Al parecer, el "tercer hombre", presuntamente Al-Jarrah, se dedicaba a supervisar las actividades del Ministerio de Asuntos Islámicos en mezquitas y centros islámicos apoyados por el gobierno saudita. Tras su paso por Washington fue enviado a Malasia y a Marruecos. 

Lo que no queda claro es cuáles son las evidencias del FBI que vinculan al diplomático con los ataques. En el texto se alude a la sospecha de que Al-Jarrah "encargó" a dos personas que ayudaran a la célula, pero se trata de una especulación, no de una conclusión. Pese a ello, hay una declaración de una ex agente del Boureau, quien remarca las sospechas del FBI sobre el diplomático.

Desde los ataques de 2001, Arabia Saudita negó de forma sistemática cualquier vínculo con los atacantes. La monarquía absoluta de Oriente Medio, uno de los gobiernos más autoritarios del mundo, es uno de los principales aliados norteamericanos en la región y uno de los principales proveedores de petróleo. 

El 11 de septiembre de 2001 los ataques se concretaron con cuatro aviones. Dos impactaron sobre las Torres Gemelas, que se desplomaron, otro contra el Pentágono en las afueras de Washington, y un cuarto cayó en las afueras de Pensilvania. La red Al-Qaeda, liderada por Osama Bin Laden, se atribuyó los operativos que provocaron la intervención militar norteamericana en Afganistán e Irak.