Cuatro críticos literarios -tres varones y una mujer- obsesionados con un escritor misterioso, Benno von Archimboldi, están dispuestos a ir al otro lado del mundo para rastrearlo. Llegan a Santa Teresa, una ciudad mexicana donde desaparecen mujeres. Un profesor de literatura refugiado en esa misma ciudad, con una hija adolescente, huele el peligro. Un periodista negro capta enseguida el clima ominoso donde la vida de muchas vale menos que nada. La ciudad donde la mayor parte de la trama se desarrolla es -aunque el nombre se haya cambiado- Ciudad Juárez, en la frontera entre México y Estados Unidos. 

En el corazón de 2666, novela monumental de Roberto Bolaño, que en su edición de bolsillo tiene casi 1200 páginas, hay una radiografía minuciosa de la masacre de cientos de niñas, adolescentes y jóvenes que conmovió al mundo contemporáneo, a fines del siglo pasado. Un relato vertiginoso va rodeando a los crímenes -relatados uno por uno, sin ahorrar detalles, con una cadencia que va dejando al desnudo lo insoportable de esa sucesión- de sus circunstancias: la sobreexplotación de las maquilas, una policía indolente, un sistema judicial sin herramientas ni voluntad, una sociedad de castas y una mafia con tentáculos en todos los resortes del poder son algunas de esas pinceladas. 

El altísimo sexismo ambiente queda pintado en una conversación entre policías durante un desayuno, luego de asistir al hallazgo de un nuevo cadáver: el detective cuenta chistes irreproducibles ante la risa de todos. El que siente incomodidad, o vergüenza, apenas calla. Y la rueda de los asesinatos sigue, en ese lugar del mundo que acuñó el término feminicidio. 

La última de las cinco partes de 2666 devela el misterio del escritor, cuya vida puede leerse como una parábola del siglo 20. El deseo de escribir como un motor indómito en cualquier circunstancia es la forma de entender la literatura que Bolaño llevó hasta las últimas consecuencias.

2666 se publicó pocos meses de la muerte del autor, en 2003, a los 50 años. La complejidad de las historias, el relato apasionante, lo que se devela y lo que se soterra en cada línea, son algunas de las virtudes que le valieron a 2666 ser considerado el mejor libro en español de los últimos 25 años.