Con firma y apellido

Si reproducir el ambiente social del restaurante en casa ya era difícil, qué decir entonces del espíritu festivo de los bares. Pero no está muerto quien pelea; así lo demuestran decenas de barras y bartenders de todo el país, que ofrecen sus cócteles envasados para delivery y take away, repletos de sabor y creatividad.

Dos buenos ejemplos son Inés de los Santos y Tato Giovannoni, referentes de la mejor coctelería nacional. En el caso de Inés, bajo el lema #tomaloencasa presentó un recetario fantástico en coquetas botellitas, cada una suficiente para dos cócteles. Algunas opciones: el Negroni Je T’Aime, que además de gin Bombay, Martini Bitter y Martini Rosso (la base de todo Negroni) suma también uno de los licores más ricos del planeta, el Chartreuse. O el Boulevardier Favorito, con Jack Daniels, Martini Bitter, vermouth rosso y lemoncello. 

Para quienes busquen efervescencia está el Spritz de Lavanda y el Piña Spritz, que vienen en dos partes: la mezcla base por un lado y una botellita de Chandon 187 por el otro, para combinar en el momento. Lo original de #tomaloencasa es que se consiguen en muchos de los mejores restaurantes de Buenos Aires, como El Preferido, Birkin, El Pobre Luis, Green Bamboo, Cucina Paradiso, Proper y más.

Tato, por su lado, desarrolló los Enlatados Atlánticos , cócteles envasados en latas que representan la coctelería del premiadísimo bar Florería Atlántico. Generosos en cantidad (¡350ml!), ahí está el Gente del Este, con gin Príncipe de los Apóstoles, sidra Pulku, frambuesa, néctar de sauco y vinagre de frutos rojos (de los que elabora la China Muller en Bariloche). También el intenso Negroni Balestrini (gin, Campari, amaro Averna, agua de mar, eucalipto) y un muy original Spritz Atlántico, con moscato seco elaborado por el enólogo Matías Michelini, con jarabe de membrillos y agua con gas, entre más opciones. 

En este caso, hay dos formas de conseguirlos: en Florería Atlántico y, también, en restaurantes amigos como Chori, Asato Sushi, Farinelli, Narda Comedor, Paru Sushi y Niño Gordo, entre otros.

Para los cócteles de Inés de los Santos, ver en su Instagram: @delossantosines. Para los cócteles de Tato Giovannoni, ver en el Instagram @enlatadosatlantico o por el Whatsapp 11-5753-2905.

Hamburguesas, cócteles y hielo

Desde que abrió sus puertas hace cuatro años, Brukbar se convirtió en uno de esos bares de trasnoches repletas de amigos y alta energía, logradas por una combinación ideal -y tan difícil de conseguir- de rica comida, cócteles deliciosos y precios amigables. Hoy, pandemia mediante, este bar de Palermo mantiene las mismas características, ahora en formato “para llevar”. 

Del lado comestible, ahí están sus hamburguesas, que ya son marca registrada del lugar. Un mix de carnes y especias secreto (la receta viene nada menos que del Brukbar original, nacido en Bergen, una ciudad costera en Noruega), que luego adopta distintas versiones (todas a $290, con papas, batatas o aros fritos de cebolla). La BrukbarQ lleva queso dambo, panceta crocante, aros de cebolla y salsa barbacoa; la Entregá el morrón suma aires pizzeros con morrón rojo, jamón, aceitunas y mozzarella; y la Old Fashioned es una maravilla repleta de panceta crocante bañada en salsa a base de bourbon Wild Turkey, aceite de naranjas Angostura Bitters. A esto se suman una clásica Cheeseburger, también la de queso azul, la Pinche Burger con jalapeños y guacamole y una versión vegetariana, a base de hongos de pino. 

Del lado bebible, aparecen varios de los cócteles insignia de Brukbar, junto a varios clásicos eternos. A $200 cada uno, llegan en prolijas botellitas individuales, con garnish aparte, conteniendo mezclas conocidas como el Aperol Spritz, el Negroni, el Boulevardier o un Cynar Pomelo. A esto se suman recetas de la casa, como el tiki Médico Brujo (Captain Morgan Spiced, Jägermeister, jugo de ananá y de pomelo) o el tan refrescante como delicioso Agüita de coco, con gin Gordon's, almíbar de coco, jugo de ananá y limón. “Un paseo por una isla caribeña sin salir de la ciudad”, prometen y cumplen.

Un dato de color: Brukbar siempre hizo alarde de tener una fantástica fabricadora de hielo, produciendo cubitos transparentes de agua filtrada. Hoy aprovechan esa maravilla de la tecnología, enviando incluso el hielo que precisás para tu cóctel. Más fácil, imposible.

Brukbar queda en Fray Justo Sta. María de Oro 1801. Menú y pedidos de 19 a 22 por Instagram (@brukbarba) o al Whatsapp 11-3211-1652.

Sordos, ciegos y mudos

Antes de que la mayoría de bares y bartenders se animaran a salir al ruedo con sus cócteles con entrega a domicilio, hubo dos pioneros que oficiaron de conejillos de indias, dos barras que embotellaron sus mejores tragos permitiendo así que sus clientes habituales los pudieran disfrutar en casa. Uno de ellos es Mito Mercato, con sus maravillosos kits de cuarentena, con cócteles, tapas y vinos. 

El otro es Tres Monos , un bar cada día más reconocido (acaba de ser nominado a mejor nuevo bar de Latinoamérica, por el reconocido festival Tales of the Cocktail), que armó una propuesta tan sólida como recomendable. Tres Monos nació bajo la premisa de los tres monos sabios, una escultura japonesa de mediados del milenio pasado. En ella, un mono se tapa la boca, el otro los ojos, el tercero los oídos. Para muchos bartenders, es una enseñanza de cómo comportarse detrás de la barra, sin oír lo que no debe ser oído, sin ver lo que no quiere ser visto, y sin decir lo que no debe decirse. Lo que pasa en el bar, queda en el bar.

Liderado por la dupla de Sebastián Atienza y Charly Aguinsky, Tres Monos ofrece botellitas preciosas (1x$300, 2x$550, 5x$1200) con mezclas juguetonas y refrescantes, esas que le dieron su merecida fama. Ahí está el perfecto Milkicilin (un híbrido entre Penicilin y Milk Punch, con whisky, jengibre, miel, especias, limón, leche clarificada y humo), también el fresquísimo No te hinojes (con gin, lima, hinojo y espumante), además de recetas como el intenso Hojattan, que lleva bourbon con hojas de higo, vermut rosso y bitter de naranja, entre otros. Para acompañar, hay algunos platitos bien logrados: un muy argentino sándwich de bondiola con batatas a $400, unas ricas empanadas de matambre a la pizza (4x$380), el hummus de vegetales a $350 o la pizza straciatella a $500, entre otros.

No se trata de reproducir la experiencia de una noche en Tres Monos, en su pequeña y personal barra siempre repleta de gente; pero sí de recordar al menos, y con alegría, algunos de sus mejores sabores.

Tres Monos queda en Guatemala 4899. Menú y pedidos de 17 a 24 por Instagram (@3monosbar) o al Whatsapp 11-3884-2549.